¿Felices?

1.4K 185 56
                                    

Keisuke había tenido razón en gran parte al decir que tendrían que tener cuidado con los mellizos, pero sólo se equivocó sobre quien sería el dominante. Tomó al pequeño serval desde la piel suelta de su cuello para que dejara de atacar a su hermano. El felino lanzaba zarpazos al aire de manera traviesa haciendo que el pelilargo suspirara frustrado. Tuvo que dejarlo en el corral de castigo hasta que volviera a calmarse. Regresó por la pequeña pantera que se había quedado inmóvil esperando a que su padre fuera por él.

—Ryosuke, no debes dejar que Takeru sea abusivo contigo— dijo acariciando su pancita riendo cuando atrapó su mano entre sus mullidas patitas.

La panterita ronroneaba por los apapachos de su padre. Chifuyu apareció detrás de una de las paredes chocando con ambos. Keisuke acarició su cabeza diciéndole que no se preocupara por el susto, pero ambos rieron al ver a su cachorro con todo su pelaje erizado. Baji lo dejó en el suelo para que siguiera en sus jugarretas.

—¿Takeru otra vez lo atacó? —preguntó el omega al ver a su otro cachorro destrozando una almohada dentro del corral.

—Si, escuché a Ryo llorar así que vine de inmediato a ver la razón. Mu le estaba mordiendo la cola y le araño la nariz— dijo haciendo una pequeña mueca de disgusto.

Chifuyu suspiró yendo hacia el serval encerrado. El pequeño comenzó a maullar en un tono muy agudo acercándose corriendo a su madre. El felino fue alzado y encarado por el omega.

—Ya me contó tu padre— dijo con voz seria.

El serval bajó sus orejas y dejó caer su cola por la culpa. Chifuyu lo regañó hasta que sintió que de verdad le había llegado sus palabras. Dejó al cachorro en el piso y lo vio caminar cabizbajo hasta su hermano para refugiarse bajo éste. Keisuke sintió verdadera ternura por la escena. Por más cruel y abusivo que Takeru fuera con su hermano menor, éste siempre le perdonaba rápidamente y era el primero en defenderlo de otros cuando se metía en problemas.

—¿Dónde está Kazutora?— preguntó Chifuyu después de asegurarse que los niños estuvieran en buenos términos.

—Dándose cabezazos contra algún árbol en el bosque— dijo sentándose en el sofá—. Ya sabes que son "esos" días.

Chifuyu se acercó a él y se sentó a su lado. Keisuke bufó molesto acariciando la cabeza del menor. El omega sonrió sintiendo como la vergüenza teñía su rostro de un suave color rojizo. El menor se acercó aún más a él hasta una distancia que podría considerarse acoso, pero que Baji sabía cómo interpretar perfectamente.

—Ya conoces las reglas. Respétalas— dijo rodando los ojos—. Yo cuidaré de los niños.

El chico asintió poniéndose de pie rápidamente para caminar a toda velocidad a la puerta principal.

—Volveré tan pronto como pueda— dijo con una pequeña sonrisa incómoda—. ¡Los amo!

 ¡Los amo!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Huellas [Tokyo Revengers] [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora