Huellas [Tokyo Revengers] [omegaverse]

Final

El grito de los niños más pequeños era ensordecedor. Los colores y diferentes aromas que ofrecía el festival de primavera era una experiencia única. Las familias podían compartir con sus integrantes en los diferentes puestos del lugar.

—Esto se le verá muy bien— decía Sonny colocando una pequeña corona de flores en la cabeza de Yui—. ¡Perfecta!

La bebé en los brazos de su madre bostezó de manera adorable haciendo que Sonny tomara por los hombros a su hermano menor y lo sacudiera en un ataque de ternura. Aoi se lo quitó de encima diciéndole que lo estaba dejando en vergüenza delante de los demás asistentes de la feria. Manjiro se puso de acuerdo con Sonny para abrazarlo haciendo que el chico gruñera harto de sus actitudes infantiles.

—Van a hacer que explote— decía Takemichi preocupado al ver cómo Aoi se ponía cada vez más rojo.

Sonny terminó con una mejilla enrojecida por el bofetón que su hermano le dio luego de explotar en un ataque de ira, tal como lo había predicho Takemichi. Manjiro alcanzó a evitar el bofetón también, mientras reía.

—Sabía que algo tenías que ver con ese gran escándalo— dijo Hiromi en compañía de Marc y los mellizos, quienes mantenían al chico rubio entre ambos para evitar que huyera, por órdenes del omega. Y cerca venía Katsumi también, seguramente por el castigo que sus padres le habían puesto—. ¿Qué rayos te pasó en la cara?

Sonny se echó hacia atrás con una sonrisa incómoda cuando Hiromi se le acercó peligrosamente al rostro. No deseaba tener problemas por algún malentendido.

—Aoi me golpeó por darle exceso de amor— respondió echando un vistazo rápido a su alrededor, buscando alguna forma de zafar de lo que podría ser un verdadero dolor de cabeza.

Hiromi se percató de eso, pero no se daría por vencido tan fácil. Intentó tocar la mejilla golpeada del alfa diciendo que estaba muy roja, pero Sonny sujetó su muñeca con suavidad y apartó su mano diciendo que no era tan terrible como se veía. Los mellizos contuvieron a duras penas la risa, mientras Marc sintió algo de vergüenza ajena al ver cómo su primo fue rechazado por segunda vez. Katsumi se mantuvo al margen de la situación.

—¡Marc, Katsumi! Necesito conversar un asunto muuuuuuy importante con ustedes— dijo Sonny salvando de paso a los dos chicos, llevándoselos lejos de Hiromi y los mellizos.

—Gracias— susurró aliviado caminando junto al mayor y al pelinegro, alejándose de los otros tres chicos.

Sonny les agradeció por salvarle el pellejo sólo por haber estado presente en el momento exacto. Se despidió con la mano de su familia quienes lo esperaban a lo lejos. Marc le comentó que había sido arrastrado por su primo al festival para poder participar ya que aún seguía castigado por sus padres. El mayor iba a darles ánimos cuando se quedó sin palabras al ver al grupo de omegas de la pandilla compartir en un puesto de dulces tradicionales, más que nada su atención estaba centrada en Kyoma.

—Se te cae la baba— bromeó Katsumi cerrándole la boca—. Deberías decirle que se ve bien.

Sonny aún estaba en silencio. A pesar de que Takemichi se había disculpado por su reacción, Kyoma prefirió hacerse a un lado para evitar nuevos problemas en un futuro con él, haciendo que la relación de amistad entre ambos llegara a un punto de tensión en el que casi ni se hablaban. Marc le dio el empujoncito que necesitaba para acercarse a Kyoma.

—¿Así a veces juegas a ser cupido? — preguntó Arata a su lado con una pequeña sonrisa.

Marc comenzó a tartamudear haciendo reír al omega, quien se puso de puntitas para dejar un beso en su mejilla antes de regresar con los demás y llevarse consigo a Kyoma como parte de un plan secreto que tenían.