Un pequeño golpe

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En la gran casa se respiraba un tenso ambiente. Nadie decía palabra alguna para que ese pequeño quiebre en un gran iceberg se expandiera y se generara un gran caos.

Takemichi salió de la habitación con la frente bañada en sudor y con las manos bañadas en una mezcla de sangre y otros líquidos. Nadie dijo nada hasta que regresó del baño luego de lavarse las manos.

—Fue una niña— dijo con una gran sonrisa.

Todos comenzaron a celebrar dándose abrazos o haciendo bailes graciosos. Wakasa había dado a luz después de una eterna espera. Y Takemichi fue el encargado de ayudarle con el proceso de parto.

—Nunca había visto tanta sangre y fluidos en toda mi vida— dijo siendo atrapado por Manjiro.

—Es lo bonito de traer bebés al mundo— bromeó llevándolo hasta una silla.

Sonny estaba sentado cruzado de brazos, con una gran sonrisa pintada en el rostro. No había nada que lo pusiera más de buen humor que la llegada de un bebé a la familia. Su hermano Aoi simplemente lo clasificaba como un bicho raro.

 Su hermano Aoi simplemente lo clasificaba como un bicho raro

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P

ara Sonny la llegada de la bebé a la familia fue un antes y un después en su vida. La recién nacida era todo su mundo y el motivo por el cual prefería pasar más tiempo en casa que con los demás.


—¡Que adorable es!— decía con la cachorrita en sus brazos meciéndola ante la mirada atenta de Wakasa—. Es tan pequeña...y huele a bebé.

—En verdad que dices cosas muy raras a veces— dijo su tío con una sonrisa burlesca—. Podrías tener el tuyo en unos cuantos años más.

Sonny negó con su cabeza diciendo que la persona que le gustaba no deseaba tener cachorros, por lo que debía conformarse con cuidar de su primita y tal vez sobrinos en un futuro. Wakasa pudo ver algo de tristeza en los ojos del menor.

—Quizás al crecer cambie de opinión... O puedes buscar un omega que si comparta tus sueños— dijo conteniendo un bostezo.

—Espero que cambie de opinión porque no deseo a otra persona como pareja que no sea él— dijo acariciando las mejillas de la bebé con su dedo— Aunque si no cambia de parecer, tampoco lo obligaré a hacer algo que no quiere.

Wakasa tuvo que bromear diciendo que era todo un galán. Sonny comenzó a reír mientras seguía paseando a la pequeña en sus brazos por la habitación. Shinichiro entró al cuarto y realmente no pareció sorprendido de encontrar a su sobrino cargando a la bebé.

—Está el grupo de holgazanes esperándote fuera de casa— dijo Shinichiro cambiándose de prendas a algo más cómodo para ahora él hacerse cargo de la bebé para que Wakasa pudiera darse un descanso.

Sonny le entregó la recién nacida a su tío y corrió a ver a sus amigos que mantenían una charla agradable con Takemichi y Emma. El chico se acercó a ellos pidiéndoles disculpas por haber desaparecido por casi una semana y tenerles tan preocupados. Se fijó en el chico rubio que parecía ser el más molesto de todos, pues ni siquiera le dirigía la mirada, dándole la espalda cruzado de brazos.

—¿Estabas preocupado por mí, Kiki?— preguntó abrazándolo de sorpresa por la espalda haciendo que el chico se sobresaltara y le propinara un buen golpe en el rostro con su cabeza.

Takemichi se posicionó entre los dos chicos y al ver cómo la nariz de Sonny comenzaba a sangrar, perdió la compostura transformándose frente a todos e intentando atacar al rubio gruñéndole y mostrándole los dientes, furioso. Su hijo trataba de calmarlo diciéndole que había sido su culpa por asustarlo, pero Takemichi sólo quería sacar de la casa al chiquillo que le había hecho daño a Sonny.

Kyoma huyó de la casa asustado por la reacción que había tenido Takemichi. Los demás se quedaron estáticos en sus lugares para evitar alterar más al zorro. Sonny le pidió disculpas a su madre por lo que haría antes de correr tras el chico rubio. Lo encontró llorando escondido dentro del tronco hueco de un gran árbol. Su escondite favorito desde que eran niños.

—Lo siento— dijo entre sollozos limpiando su rostro con sus antebrazos y muñecas—. No quise...pegarte.

Sonny entró a su refugio y lo abrazó hasta que logró que su llanto cesara.

—Tu madre me odiará toda su vida— dijo abrazado a sus rodillas mientras el menor le daba palmaditas en la espalda.

—Nah... Mamá no es capaz de odiar a las personas— dijo con su gran sonrisa característica—. Sólo reaccionó así porque vio sangre. Se pone algo loquito cuando pasa eso, pero ya verás que aparecerá por aquí para pedirte disculpas por su reacción. De seguro llorará contigo.

Kyoma buscó otro abrazo de consuelo en Sonny, quien con gusto se lo dió. Se quedaron en aquella posición hasta que el estómago del joven alfa rugió con fuerza haciendo reír al rubio más bajo. Kyoma levantó su vista y quedó dudoso sobre el porqué Sonny le miraba tan extraño de repente. Su cabeza fue inclinada hacia arriba desde el mentón y sus labios se unieron en un tímido beso.

 Su cabeza fue inclinada hacia arriba desde el mentón y sus labios se unieron en un tímido beso

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Manjiro suspiró al encontrar a Takemichi refugiado bajo la cama. Shinichiro le había comentado el incidente entre Kyoma y Sonny, y por experiencia sabía que podía encontrar a su compañero escondido en su "madriguera" de almohadas y abrigos. Se sentó en el suelo y dió golpecitos en el suelo para que supiera que se trataba de él.

El zorrito salió lentamente arrastrándose por el suelo con las orejas apegadas a su cabeza y chillando bajito.

—¿Ya te disculpaste con el chico?— preguntó Manjiro acariciando su cabeza con delicadeza.

Takemichi dió un largo chillido en respuesta. El rubio tomó al zorro con cuidado para abrazarlo y jugar con su cola.

—¿Sonny fue por él? Si es así, créeme que calmará las cosas y ese chiquillo no te guardará rencor— decía sacando los pelos sueltos del pelaje del animalito y dejándolos caer a un lado—. Nadie está molesto contigo. Fue una reacción normal si lastiman a tu cachorro frente a tus ojos.

El alfa dejó escapar una carcajada cuando el zorrito mordió su oreja con suavidad para escapar de su abrazo y volver a refugiarse bajo la cama. Pero Manjiro no lo dejaría ir tan fácil, con los años pudo conseguir el derecho a colarse en su madriguera sin ser atacado por ello.

—¿Mamá? ¿Papá?— preguntó su hijo menor entrando a la habitación.

La reacción del pelinegro fue de desagrado al ver a sus padres asomarse por debajo de la cama. Manjiro le aclaró de inmediato que no estaban haciendo nada malo para tranquilizarlo. El chico les dijo que Sonny había regresado junto con Kyoma. Takemichi le agradeció que le hubiera avisado mientras salía de su escondite para vestirse rápidamente. Tenía que disculparse de buena manera con ese chiquillo.

Huellas [Tokyo Revengers] [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora