Capítulo 1

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«Sobrevive», Una palabra inofensiva que cargaba una gran responsabilidad si era llevada sobre los hombros por mucho tiempo

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«Sobrevive», Una palabra inofensiva que cargaba una gran responsabilidad si era llevada sobre los hombros por mucho tiempo. La primera vez que la escuché, fue cuando apenas mis piernas pudieron sostener mi peso por su cuenta en mis primeros años de vida, desde entonces. Esta se transformó en un juego de supervivencia, en el que el más hábil lograba resistir ante las adversidades, era quien ganaba.

Donde pasar desapercibido entre el mundo mortal se trasformó en un «deber» diario, el mirar por encima de mi hombro hizo que por siglos repudiara mis verdaderos instintos; impulsando esa enferma obsesión a odiarme a mí mismo, detestar con locura mi naturaleza llegando a suprimirla en muchas ocasiones. Pero sobre todo, me empujó a un anhelo enfermizo a convertirme en un ser humano, llegando al punto de que se convirtió en cierto tiempo en una fijación que si no fuera por Hal habría terminado asesinando y destruyéndome a su paso. 

¿Acaso eso era demasiado pedir? Una realidad tranquila y sin tener que cargar con ese peso que por mucho tiempo me costó aceptar. Numerosas vidas que tuvieron que sacrificarse solo para que mi existencia perdurara hasta ese momento. Tantas almas perdidas que me persiguen en forma de pesadillas, recordándome que el hecho de ser lo que era convertía el hecho de estar vivo en una amenaza. 

No tenía ningún sentido y tampoco era justo para las personas que había dejado atrás, ya que después de todo, el tiempo seguía corriendo y al parecer este no tenía intenciones de detenerse por nadie. Aun cuando para mí este se había detenido de manera peculiar para mí, a los míos, manteniendo como forma de coraza un rostro joven cuya alma vieja ya había perdido la noción de disfrutar lo que alguna vez hizo con alguien en específico, alguien que ya no estaba a mi lado... 

La humedad del asfalto acompañado del frío de una madrugada perezosa se fue deslizándose en lo que alguna vez se consideró un pueblo pequeño llamado Northesden.

Después de varios años, este empezó a poblarse convirtiéndose en una pequeña ciudad futurista cuyas edificaciones conservaban aquel aire victoriano que tanto caracterizó el lugar, el clima no cambió desde entonces, quizás era lo único que se conservaban intacto de lo que pude llamar un ayer; había llovido a cántaros la noche anterior.

El sol apenas estaba saliendo en el horizonte y algunos trabajadores salían de sus casas con disposición a ir e iniciar una nueva semana laboral, en especial, aquellos que se desempeñaban en las áreas de cultivo que casi estaban en las profundidades de lo que sería el valle. 

Reduje la velocidad en la que estaba trotando y apoyé las manos en mis rodillas mientras tomaba bocanadas largas de aire cuando me detuve para tomar un descanso. Los mechones se pegaban a mi nuca y a los costados de la cara, hubo un tiempo donde los consideré un fastidio, pero al final decidí dejármelo crecer cuando las visitas con el barbero se hicieron regulares. El hombre joven que siempre me atendía dijo: «"Déjatelo crecer en capas, el 'Wolfcut' favorece tus facciones"» así que decidí obedecerlo y dejar que hiciera lo que deseaba con lo que tenía en mi cabeza. 

EN DISTINTA PÁGINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora