Capítulo 3

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 —¡Jungsoo Park, levanta tu culo de una buena vez, no tenemos tiempo para que hagas tu rutina estricta de skincare! —Escuché la voz melodiosa de mi ex gritar desde el otro lado de la puerta

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 —¡Jungsoo Park, levanta tu culo de una buena vez, no tenemos tiempo para que hagas tu rutina estricta de skincare! —Escuché la voz melodiosa de mi ex gritar desde el otro lado de la puerta. 

Como acto de reflejo enterré mi rostro en las almohadas, luego de haber cubierto mi cabeza con el cobertor, golpearon la puerta con insistencia segundos más tarde. 

—Estoy hablando en serio, Jungsoo, tienes que levantarte —insistió Natasha. 

Mi mente trajo vagos recuerdos de lo sucedido las últimas horas, recordándome que no estaba en Northesden, que tenía un rol por desempeñar, por esa razón, me reincorporé a regañadientes, agarrando la toalla que había dejado doblada en la mesita de noche antes de irme a dormir, procedía a salir de la habitación mientras bostezaba, salí del cuarto para ir directo al baño a darme una ducha helada con el único fin de despertar por completo. Media hora después, ya me encontraba desayunando con aquel par, entretanto me acababa de comer el pan tostado de mi plato, observé de manera pensativa a Natasha terminar de maquillarse. 

—¿Recibiste la dirección? —Tyler intentó llamar mi atención moviendo su mano frente a mi cara. 

—Sí. Tenemos que ir a las afueras de la ciudad a las diez de la mañana. —Estos se miraron entre ellos con incredulidad. 

—¿Y apenas nos vienes a decir eso?, ¿tienes idea que hora es en este momento? —interrogó Tyler levantándose de un brinco. 

No pude evitar sonreír, por supuesto que era consciente de que no llegaríamos a tiempo a no ser que fuéramos volando, pero era un riesgo que no podíamos tomar. 

¿Exponernos a los humanos en plena luz del día? De ninguna manera. 

—En vez de estar quejándote, apresúrate a encender la camioneta —interrumpí su descarga verbal de maldiciones. 

Ambos me dedicaron una mirada cargada de reproche mientras se apuraban a recoger sus cosas. Después de que terminé de desayunar, abordamos la camioneta y en el GPS puse la serie de números que me habían enviado esa mañana. Para nuestra suerte. El auto logró desplazarse hasta el exterior de la ciudad con facilidad; teniendo el tráfico a nuestro favor, de modo que cuando saqué mi pie fuera del vehículo el reloj marcó las diez en punto, tiempo justo en el que la puerta de lo que parecía ser un garaje descuidado se abrió dejando a la vista tres hombres en trajes monocromáticos impecables hechos a medida. 

—Justo a tiempo, enhorabuena... —dijo uno de ellos. Aquel hombre era de estómago voluptuoso y de cabeza rapada. Sus ojos verdes analizaron nuestros rostros antes de continuar hablando—: Ustedes deben ser de la guardia de Northesden, ¿Me equivoco? 

—En lo absoluto. Ellos son Natasha Spencer y Tyler Evans, mis compañeros, y yo, Soy Jungsoo Park, segundo líder de la guardia de Northesden. —Este estrechó mi mano con firmeza cuando se la extendí. Su mano tenía una ligera capa de sudor, por lo tanto, tuve que retener el impulso de secarme la mía con el dorso de mi pantalón. 

EN DISTINTA PÁGINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora