Revolví los huevos de forma cuidadosa tratando de que estos no se pegaran mientras mi garganta tarareaba una melodía improvisada, después me incliné hasta la tostadora donde las rebanas de pan no tardaron en saltar de su interior listos para ser servidos. Por alguna razón, me sentía pleno, la sensación de paz que hacía mucho había experimentado había regresado y aún no lograba familiarizarme con ella por completo.
Mientras hacía el desayuno, acaricié la espalda del koala humano que yacía colgado de mi cuerpo. Sus brazos y piernas me rodeaban con firmeza. Su respiración pausada hacía cosquillas en mi cuello, haciendo que de forma inevitable sonriera por la imagen cómica que seguramente estábamos dando.
Terminé de servir el desayuno y lo llevé al mostrador para tomar lugar en una de las sillas. El Dominante no tardó en acomodarse en mi regazo saliendo de su escondite. Había dormido por mucho tiempo y, aun así, lucía cansado. Las ojeras no eran tan prominentes desde que había vuelto a aparecer en mi vida, por lo que me estaba esmerando en ayudarlo a recuperarse de lo que seguro pudieron ser los meses más infernales en su corta existencia.
Sus pupilas se dilataron en el momento en que su mirada conectó con la mía y en sus labios se dibujó una sonrisa perezosa. Acunó mi rostro entre sus manos para inclinarse y besar mis mejillas, acelerando mi ritmo cardíaco por sus acciones.
Maldición.
—Te extrañé mucho, Jungsoogie —susurró sobre mi boca dejando cortos besos sobre esta.
—Y yo a ti. —Pasé mis manos por su espalda, acariciando la longitud de esta de forma lenta a la vez que correspondía a sus mimos—. Ven. A desayunar, precioso...
Frunció sus labios, poco conforme, y después de meditarlo por unos momentos, obedeció. Tomó lugar en la silla a mi lado para agarrar un cubierto y llevarse lo que había preparado a los labios, masticó y gimió de gusto cuando tragó, haciéndome sonreír de nuevo.
—Mierda. No tienes idea de lo mucho que eché de menos tu comida —expresó, antes de llevarse otro bocado a la boca. Iba a responder a aquello hasta que su teléfono resonó a un costado. Frunciendo el ceño, agarró este y se lo llevó a la oreja—. Hola, mamá... Sí. Estoy bien.
Ladeé la cabeza observándolo con interés, la forma en que sonreía mientras hablaba con su madre y buscaba acomodo en la silla era adorable. Verlo reír de vez en cuando produjo un cosquilleo curioso en mi pecho.
Por lo que ahí estaba yo, mirándolo con incredulidad, como si su existencia y todo lo que conllevaba ella aún fueran ajenos a mí. Sus gestos, su voz, su anatomía. Mis ojos recorrieron cada extremidad de su cuerpo, lamí mis labios de forma ocasional y solo cuando finalizó la llamada, levanté la mirada hasta conectarlos por los suyos.
Este me dedicó una mirada cargada de diversión mientras dejaba el aparato en el mostrador para agarrar de nuevo la cuchara y reanudar lo que estuvo haciendo antes de que aquella llamada sucediera.
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EN DISTINTA PÁGINA
FantasyJungsoo Park es un ser sobrenatural que vive entre los humanos, ocultando su verdadera identidad. Su vida cambia cuando se reencuentra con el hombre que fue su gran amor, pero que ahora tiene otra alma y otro pasado. Se trata de él, pero también de...