Los estudiantes fueron saliendo uno detrás del otro; algunos hablaban de lo que habían visto en la clase y sobre la tarea que el profesor Seong les había dejado para la siguiente, otros, mencionaban algo relacionado con la materia que verían después. Total, no les presté demasiada atención porque me encaminé hasta donde se encontraba el maestro recogiendo sus cosas.
Este al sentir mi presencia levantó sus ojos a mi persona, sus enormes orbes cafés escanearon mis facciones con su ceño ligeramente fruncido, aprecié estos de la misma manera que lo hice en su tiempo. Sus pestañas oscuras se batieron en unos cuantos parpadeos de antemano antes de volver su atención a lo que estaba haciendo antes de que yo me acercara con su rostro más relajado.
—Quería disculparme por lo del teléfono, debí apagarlo antes de que iniciara su clase —murmuré en tono bajo, como si quisiera crear un ambiente de confianza entre nosotros.
—No se preocupe, errores a esos me han ocurrido varias veces desde que comencé en mi labor como profesor —respondió colgando su mochila en el hombro para después encararme, sus orbes analizaron mi cara por un lapso corto de tiempo antes de añadir—: ¿Qué tal le pareció la clase?
—Fascinante... —Una amplia sonrisa se dibujó en sus labios provocando que en mi cerebro ocurriera un corto circuito.
«¿¡Cómo te atreves a sonreírme de ese modo y salir ileso en el acto, Yeonsuk!? ¿¡Acaso quieres matarme!?», pensé mordiendo el interior de mi mejilla. Me aclaré la garganta mientras acomodaba la chaqueta en mi hombro, pero lo único que logré fue revelar mi piel.
Su mirada fue a aquella zona de modo que estuve atento a su reacción, su expresión fue de curiosidad cruda acompañada de algo que no supe descifrar. Me miró con tanta fijación que, pude jurar sentir mi piel, ser acariciada por esta, y eso solo hizo que mi corazón se acelerara en el acto, desencadenando una serie de síntomas en cadena por todo mi cuerpo, mi dermis hormigueó y mi ritmo cardiaco también resultó afectado, y me sentí nervioso, de nuevo.
—¿Todo su brazo se encuentra tatuado? —Parpadeé varias veces ante su repentina pregunta.
—¿Ah? Digo... Sí. —Sus cejas se levantaron—. Tengo ambos, aunque el izquierdo solo cubre hasta mi codo.
—¿En serio?, ¿desde dónde comienzan los tatuajes de tu brazo derecho? —Se inclinó ligeramente hacia mí como si quisiera observar más de mi piel y ese acto intensificó más mi sintomatología.
Descubrí mi brazo para arremangar este hasta mi hombro sintiendo mis orejas calientes.
—Van desde mi clavícula hasta el dorso de mi mano —señalé los lugares mencionados ante la mirada atenta de aquel hermoso hombre—. Se unen en las clavículas y cubre toda mi espalda para concluir asomándose en el cinturón de Adonis.
Sus labios se entreabrieron y esperé ansioso a cuál sería su siguiente pregunta, pero el timbre sonó anunciando que el inicio de la siguiente clase había comenzado. Eso lo trajo de nuevo a la realidad y maldije esta por causar eso. Se apresuró a tomar sus pertenencias y una vez que recogió todo volvió a centrar su atención en mí.
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EN DISTINTA PÁGINA
FantasyJungsoo Park es un ser sobrenatural que vive entre los humanos, ocultando su verdadera identidad. Su vida cambia cuando se reencuentra con el hombre que fue su gran amor, pero que ahora tiene otra alma y otro pasado. Se trata de él, pero también de...