Capítulo 23

15 3 0
                                    

A través de la bruma de la inconsciencia podía escuchar voces, conversaciones ahogadas fuera de mi entendimiento y que, por más que intentaba seguirlas, la oscuridad me absorbía hasta lo más profundo de sus entrañas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A través de la bruma de la inconsciencia podía escuchar voces, conversaciones ahogadas fuera de mi entendimiento y que, por más que intentaba seguirlas, la oscuridad me absorbía hasta lo más profundo de sus entrañas. Luchaba por salir de ellas, trataba de despertar, pero nuevamente era arrastrado a una penumbra infinita. 

Una y otra vez, y la frustración solo hizo darme cuenta de que no solo no podía despertar, sino que tampoco podía moverme. Mis miembros se hallaban anestesiados, me sentía flotando en la nada, un pitido constante se hacía eco desde algún lugar en el espacio en el que estaba rodeado. 

«Jungsoo. Despierta» «Tienes que despertar.» Me repetía una y otra vez en una exigencia que muy en el fondo no podía cumplir. 

¿Me quedaría de ese modo para siempre?, ¿estaba vivo siquiera? ¿Por qué mi cuerpo se negaba a responder? ¿Qué eran esas voces?, ¿me estaba volviendo loco? 

Miles de interrogantes me dejaban en claro que mi cerebro, por lo menos, se encontraba funcionando, dándome un poco de confort. Después de lo que pensé que fueron miles de vidas, las voces en formas de ecos regresaron, pero a diferencia de las anteriores, estas eran claras, tanto que pude distinguir quiénes eran. Los chicos. Estaba seguro de ello. 

—¿Por cuánto tiempo lo vas a tener anestesiado? —Pude distinguir la voz de Natasha; la preocupación teñía su voz de forma notoria. 

—Lo suficiente como para que pueda recuperarse por sí solo —Hal dijo desde el otro lado, hubo un silencio en medio hasta que escuché a uno de ellos suspirar—. ¿Todavía se niega a marcharse? 

—Le dije que se fuera, pero no quiere. Se niega a dejarlo.—«¿Quién?, ¿quién quería Hal que se marchara?» 

—¿Y si lo sacamos a la fuerza? —propuso Hal con rudeza. 

—Te recuerdo que la persona que está afuera no es el humano que conociste hace treinta años, él no durará en patearte el trasero si intentas alejarlo de Jungsoo. —Hizo una pausa—... matará a cualquiera que se atreva a hacerlo. 

Escuché a Dawson bufar, ¿Razel? ¿Él estaba con ellos? La sola idea hizo estragos en mi persona, o al menos a mis pensamientos, sintiéndome medianamente consciente. 

—¿Crees que lo que dijo es verdad? —interrogó una tercera voz que reconocí, Tyler. 

—¿Sobre qué?, ¿qué él es Yeonsuk? —Hal expresó con frialdad—. No le creo. Está mintiendo. 

—Tiene la marca, Hal. No puedes dejar de lado ese detalle. El sello apareció cuando vio sus recuerdos a través de la mente de Jungsoo —rememoró Natasha. 

—¿Y?, Eso no significa nada. Él sigue siendo una amenaza para Jungsoo, lo entregó a Los Cazadores, lo usó como carnada y permitió que lo lastimaran a este grado —Hal recordó. El enojo fue haciéndose notorio en el tono de voz de mi mejor amigo. 

EN DISTINTA PÁGINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora