Fue una tarea imposible conciliar el sueño. Por lo que me limité a notar como las horas pasaban y solo cuando el reloj militar de Tyler, que se encontraba en la mesita de noche me indicó que eran cuatro de la mañana, me reincorporé de un brinco.
Mientras buscaba en la maleta, ropa que pudiera ponerme me debatí cuál sería el siguiente paso, estaba seguro de que Razel querría conocer el pueblo, por lo que tenía que pasar por el filtro de seguridad para permitirse aquel gusto. Detalle que a pesar de haber sido normalizado, no debería ser así, ¿por qué hasta ese punto se debía tener un control absoluto en lo que entraba y salía de Northesden? Por supuesto, la misma lógica respondía ante ello.
A medida que Northesden fue creciendo con el pasar del tiempo, la concentración de híbridos del mismo aumentó, considerándose así en uno de los principales sitios en los que podría ser conocido como una cuna u refugio para los Tepbrilims sin hogar. A la vez que eso fue sucediendo, la seguridad debió tomarse más estricta. Se aumentaron el número de miembros de guardianes donde se instalaron en puntos estratégicos por la ciudad.
Solté un bufido al no hallar algo cómodo para salir a correr, por lo que decidí buscar en el armario de mi amigo. Indagando entre sus pertenencias, encontré unas bermudas negras y una camisilla blanca cuyo estampado era de una banda que desconocía. Tomé prestado también un par de zapatillas aprovechando que Evans y yo compartíamos las mismas medidas de calzado y bajé a la planta principal. Tratando de hacer el menor ruido posible, finalmente salí de allí.
Le di un par de vueltas al vecindario y solo cuando los primeros rayos del sol empezaron a hacerse espacio entre las nubes, me dirigí a la residencia de Hal. Conocía su casa de tal modo que no me costó mucho introducirme en el garaje. A un lado de su vehículo se encontraba el saco de boxeo que solía usar en mi tiempo libre, agarré los guantes de la dispensa que no estaba muy lejos y empecé a golpear el saco aumentando la velocidad en cada agresión conforme pasaba los segundos.
La sensación de que el tiempo estaba corriendo dejó un malestar en mi estómago.
Había pedido tan solo un fin de semana para encontrar respuestas a muchas de mis interrogantes con respecto a Razel, pero conforme más iba indagando al rastreador en vez de ser resueltas, la cantidad de preguntas aumentaban, cuestionamientos que no las tendría a no ser que el implicado se atreviera a responderlas. Sentía que me estaba introduciendo en una red de dilemas que al final del día se quedarían de ese modo.
¿Por qué Razel era un dominante y no un humano común?, ¿siempre perteneció al bando enemigo o él fue inducido a base de posibles engaños?, ¿por qué siquiera aún trabaja para ellos?, pero sobre todo, ¿cuánto tiempo llevaba haciendo su labor? Si bien tuvo una vida mundana aparentemente normal, ¿cuál era su motivación a cazarnos?, ¿habría tenido alguna vez una experiencia con uno de mi especie que lo marcó desde en algún punto?
Esas y miles de interrogantes se enredaban entre sí, creando un bucle infinito de asuntos que tal vez jamás podría saber. Algo que consideraba casi imposible debido a las obvias razones.
ESTÁS LEYENDO
EN DISTINTA PÁGINA
FantasíaJungsoo Park es un ser sobrenatural que vive entre los humanos, ocultando su verdadera identidad. Su vida cambia cuando se reencuentra con el hombre que fue su gran amor, pero que ahora tiene otra alma y otro pasado. Se trata de él, pero también de...