(Re)encontrándonos

XXII

[Mensaje de Hunty]

¿A qué hora paso por ti nena?

Muerdo mi labio inferior con una sonrisa, Hunter había insistido en que él quería traerme y llevarme del trabajo, por más que no me quede en el club, según él era una excusa para vernos al menos un ratito en el día y yo ciertamente no podía decirle que no a nada a ese hombre. Hace dos semanas comenzamos esta especie de relación y no hay día que no nos hayamos visto, ciertamente tampoco hay día que no hayamos tenido sexo y estoy más que satisfecha con eso. Con lo que no estoy demasiado contenta es con los "asuntos del club", odio cada vez que desaparece con únicamente esa excusa, me pone bastante de los nervios, intento que no lo haga pero es algo que aún me cuesta.

Después de contestarle a Hunter que venga por mí a las 16 horas, vuelvo a mi trabajo, e intento no pensar en ese sexy motero que tiene mi mundo patas para arriba, y aunque es una tarea un poco difícil logro concentrarme para poder terminar rápidamente con mi trabajo.

A las 16 en punto, me llega un mensaje de Hunter avisándome que ya está abajo, le contesto pidiéndole que me espere cinco minutos y me dedico a guardar todo, apagar la computadora y despedirme de mi secretaria. Cuando salgo veo la enorme camioneta de Hunter fuera, y a él charlando con mi papá Alex.

-Hola – saludo a ambos, dejo un beso en la mejilla de papá y un beso corto en los labios de Hunter. Él me toma posesivamente de la cintura, dejándome a su costado.

-Estaba invitando a Hunter para que vayan ambos a cenar esta noche a casa – me cuenta papá y yo asiento con mi cabeza.

-¿Puedes? – le pregunto a Hunter y él asiente con su cabeza - ¡Genial! Entonces nos vemos esta noche papi, si necesitan que llevemos algo avísame – le pido, y le doy un beso en su mejilla.

-Adiós princesa, cuídala Hunter – le pide mientras estira su mano para estrecharla con la de Hunter.

-Siempre señor – asegura, para después girar y abrirme la puerta, me ayuda a subir y me coloca el cinturón de seguridad mientras yo pongo mis ojos en blanco.

-¿Sabes que soy perfectamente capaz de hacer todo esto sola? – le pregunto de forma risueña y él solo deja un pequeño beso en mis labios.

-A mí me encanta cuidar de mi mujer – dice antes de cerrar la puerta y yo muerdo mi labio inferior, cada vez que me llama así mi corazón late desaforadamente - ¿Vamos al club antes de ir a lo de tus padres? Tengo que ducharme, recién salgo del taller.

-Bien, pero antes pasemos por casa, así tomo ropa para poder acompañarte en esa ducha – le digo guiñándole un ojo y él me regala una pícara sonrisa.

-Es el mejor jodido plan. Deberías llevar un bolso y dejar un poco de ropa en el club – me dice al pasar, pero noto en su postura como se tensa un poco, está nervioso. Muerdo mi labio inferior, intentando no sonreír y asiento con mi cabeza.