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Cuando salimos de la clínica, tengo solo una cosa en mi mente, necesito contárselo a Hunter. Tengo miedo, mucho miedo, hace semanas no sé nada de él, tal vez puede estar con esa chica, o tal vez está igual de triste y vacío que yo, no lo sé. Pero lo que sí sé, es que quiero contárselo, porque si la situación fuera al revés, si yo fuera el hombre, querría saberlo cuanto antes.
-¿Vamos para casa cariño? – me pregunta papá Oliver, sacándome de mis pensamientos.
-¿Podrías prestarme tu auto papá? – le pregunto y él me mira negando con su cabeza.
-¿A dónde quieres ir? Yo puedo llevarte donde tú quieras.
-Quiero ir al club, quiero ir a decírselo a Hunter.
-¿Por qué mejor hoy no vas a descansar cariño? Escuchaste lo que te dijo el médico, necesitas descansar – me dice papá Alex preocupado.
-Lo sé papi, pero necesito contárselo – mis padres suspiran y se miran, intentando buscar una solución, porque me conocen y saben que yo no voy a dar mi brazo a torcer.
-Entonces yo te llevo y te espero cariño – me dice papá Alex – Al menos por hoy no manejes.
-Llévame, pero yo después le pido a alguno de los chicos que me lleve de vuelta a su casa ¿sí? – Papá asiente no muy convencido - ¿Papá podrías pasar por mi apartamento por algo de ropa cómoda para quedarme en su casa?
-Por supuesto muñeca – me dice papá Oliver con una enorme sonrisa, feliz de que me quede con ellos.
El viaje al Club fue en silencio, papá dándome tiempo para pensar en qué le diría a Hunter, él es la persona que más me entiende, siempre sabe qué es lo que necesito sin yo tener que decirle nada. Cuando llega, se estaciona fuera de las rejas, custodiada por dos Prospectos, yo suspiro mirando lo que esconden esas rejas.
-¿Estás segura que quieres hacerlo hoy? – me pregunta papá, haciendo que voltee a verlo.
-Lo estoy papi, quédate tranquilo que todo va a estar bien – intento darle una sonrisa para tranquilizarlo.
-Cualquier cosa me llamas ¿sí? Vendré rápidamente a ti.
-Lo se papi, te amo – dejo un beso en su mejilla y tras su "te amo más", me bajo del auto – Buenas tardes chicos – saludo y ellos me miran sorprendidos.
-Olivia – saluda Reed con sus ojos bien abiertos – Pasa.
-Gracias – le sonrío, tomo aire y paso las rejas. Ellos no me preguntan qué hago acá, ni a quien vengo a ver, y agradezco eso. Tal vez, me haga bien primero saludar a algunos hermanos y hermanas antes de ver a Hunter.
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(Re)encontrándonos
Storie d'amoreUna vieja amistad, 17 años sin verse, un reencuentro inesperado. Sus vidas habían cambiado, ya no eran aquellos chiquillos de ocho y diez años, ya no se dejaban humillar por nadie, ya habían madurado y encontrado su camino. ¿Pero qué pasa cuando s...