XLVI

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            Un mes ha pasado desde que me enteré que voy a ser mamá, desde que nuestro pequeñín está debajo de mi piel y a mí me explota el corazón de alegría

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            Un mes ha pasado desde que me enteré que voy a ser mamá, desde que nuestro pequeñín está debajo de mi piel y a mí me explota el corazón de alegría. Por suerte no me he vuelto a desmayar, y tampoco he tenido muchos síntomas de embarazo, solamente hambre y uno voraz, pero no he tenido nada de náuseas ni vómitos.

Hoy tengo la segunda ecografía de mi pequeñín, Hunter va a acompañarme, y vamos a escuchar por primera vez los latidos de su corazón, algo que me tiene realmente emocionada y ansiosa, anoche casi ni pude dormir imaginándome ese momento, y sé que Hunter tampoco porque nos estuvimos mandando mensajes hasta entrada la noche, yo intentando distraerme, y él intentando que lo deje venir a quedarse a dormir conmigo.

Otro motivo que me tiene ansiosa es la supuesta sorpresa de Hunter, me dijo que hoy, después de la ecografía al fin me llevaría hacia mi sorpresa, he intentado imaginarme un montón de cosas, pero no sé a dónde me llevará. No sé qué imaginarme de él, no lo veo llevándome a un restaurante en plan romántico, y por más que he insistido hasta el hartazgo para que me dé una pista, él no me ha dicho nada.

-Buenas tardes Liv – me saluda parado fuera de su camioneta, siempre me impresionó el tamaño de semejante máquina, es más parecida a un camión que a una camioneta. Desde que nos enteramos de mi embarazo Hunter no volvió a llevarme en su moto, ya que en la camioneta estamos más protegidos, cada vez que tiene ese tipo de acciones me ablanda un poco más.

-Buenas tardes Hunty – le sonrío emocionada y me tiro a sus brazos para darle un apretado abrazo.

-¿Cómo estás?

-¡Ansiosa! Ya quiero ver a nuestro bebé y escuchar su corazoncito. ¿Tú?

-Joder, casi ni pude dormir de lo ansioso que estoy – me dice pasándose una de sus manos por el pelo, que hoy lo lleva todo recogido - ¿Vamos? – yo asiento con mi cabeza, y después que me ayuda a sentarme en el asiento del copiloto, él se sube al del conductor.

-¿Qué quieres que sea?

-No lo sé, cualquier sexo me emociona, pero creo que para mi corazón sería mejor si es un nene, si llegamos a tener una niña y sale tan hermosa como tú la tendré que encerrar hasta que cumpla los cincuenta – yo lanzo una fuerte carcajada, pensando en que Hunter es muy capaz de hacer algo así.

-Para eso va a tener a su mamá, para ayudarla a persuadir a su padre – le digo con una enorme sonrisa y él bufa.

-Si saca tu puchero, estoy seguro que iría hasta el jodido infierno para traerles lo que ustedes quieran – yo me muerdo mi labio inferior para intentar que no se me cuele la sonrisa, Hunter siempre encuentra la forma de hacerme derretir.

-¿Qué pasa si es nena y quiere ser motoquera?

-Pues nunca se nos presentó una mujer queriendo pertenecer al club, pero supongo que tendrá que cumplir con todas las actividades que hacen los prospectos – me dice alzando sus hombros.

(Re)encontrándonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora