XV

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            Abro mis ojos y lo primero que veo es un pecho todo tatuado, sonrío mientras me aprieto más a ese musculoso pecho, siento como entre sueños Hunter me aprieta más fuerte

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            Abro mis ojos y lo primero que veo es un pecho todo tatuado, sonrío mientras me aprieto más a ese musculoso pecho, siento como entre sueños Hunter me aprieta más fuerte. Alzo un poco mi cabeza para poder detallarlo. Su largo y castaño cabello está esparcido por la almohada, sus pestañas están casi rozando sus mejillas y siento envidia de que sean tan largas. Su cara enmarcada en una espesa barba solo ayuda a que sea vea más sexy. Y yo ya lo envidio, ¿se puede ser tan sexy?

Suspiro y siento mi mano temblar, necesito tocarlo, pero no quiero despertarlo. Opto por la opción de levantarme, así que intento separarme de su muy musculoso cuerpo, pero logro el efecto contrario, él solo se aferra más a mi cuerpo.

-Hunty – le susurro y él solo gruñe entre sueños, lo que logra sacarme una pequeña risa – Hunty necesito ir al baño – Hunter frunce su ceño desorientado, pero aún sin abrir los ojos. Hasta que parece decidirse, abre lentamente sus muy grises ojos y me mira, para volver a apretarme más hacia su cuerpo, provocándome una nueva risa.

-De verdad me hago pis – le digo y él gruñe.

-Pero vuelves rápido – me dice mirándome de forma muy intensa, como siempre lo hace. Yo asiento con mi cabeza, y después de dejarme un beso en mi cabeza me libera. Yo solo voy corriendo al baño para poder hacer todas mis necesidades.

-Buenos días – le digo sonriendo cuando salgo del baño, mientras corro a esconderme debajo de las sábanas.

-Buenos días – me sonríe.

-Hace mucho frío – y no tardo nada en acurrucarme a su lado - ¿Qué harás hoy?

-Tengo que ir al club, hay asuntos por solucionar – yo asiento con mi cabeza decepcionada, quería pasar mi día entero exactamente así como estamos - ¿Quieres ir?

-No, tienes asuntos por resolver, y dudo que los puedas hacer conmigo a lado tuyo – le doy una sonrisa pequeña.

-Puedes quedarte con las chicas mientras lo soluciono – me sugiere, pero enseguida frunce su ceño - ¿No te gusta estar en el club?

-¡Amo el club! – le digo enseguida, para que borre esas locas ideas de su cabeza – De verdad me encanta ir, son todos muy amables conmigo y amo ver la hermandad que hay entre todos ustedes, es algo que no se ve muy habitualmente – para cuando termino él tiene una sonrisa orgullosa en su cara.

-No sabes lo feliz que me hace que te guste mi club – me dice y yo vuelvo a sonreírle.

No nos quedamos mucho tiempo más holgazaneando en la cama, ya que Hunter se tenía que ir al club, así que luego de unos minutos él se encerró en el baño, y después de cambiarme de ropa fui hasta la cocina para poder hacer un desayuno para los dos. Desayunamos en un muy cómodo silencio, mientras nos mirábamos de vez en cuando, pude notar que el ambiente estaba un poco tenso, como si tuviéramos algo de qué hablar pero ninguno se animaba a iniciar la conversación. Cuando ambos estábamos terminando el desayuno, el timbre de mi casa sonó y Hunter me miró con el ceño fruncido.

(Re)encontrándonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora