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            Después de una muy intensa maratón de sexo, me encuentro agotada acostada sobre Hunter, ambos nos encontramos en completo silencio, intentando calmar los desenfrenados latidos de nuestros corazones y esperando a que llegue mejor el air...

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            Después de una muy intensa maratón de sexo, me encuentro agotada acostada sobre Hunter, ambos nos encontramos en completo silencio, intentando calmar los desenfrenados latidos de nuestros corazones y esperando a que llegue mejor el aire a nuestros pulmones. Su mano se pasea de forma perezosa por mi espalda y yo me siento en casa, como siempre me sentí entre sus brazos, supongo que desde niños existía esta conexión entre nosotros.

-¿Estás cansada? – me pregunta y yo me río suavemente.

-Dame un respiro – le pido y él ríe con una sonora carcajada.

-Creo que nunca voy a poder saciarme de ti – me dice enterrando su cara en mi cuello.

-Mmm somos dos – le digo abrazándome más a su torso.

-Sé mía – me susurra y hace que cada uno de mis bellos se erice.

-Siempre fui tuya – le susurro y siento su sonrisa en mi cuello.

-Joder, en mi puta vida me sentí tan completo como ahora mismo – sonrío ante sus palabras – Te quedarás, ¿verdad?

-No pienso moverme de acá – murmuro.

-Voy a darte mi jodido chaleco – me dice emocionado, yo levanto mi cabeza para poder mirarlo.

-Más despacio vaquero – le digo sonriendo mientras dejo una caricia en su mejilla – Sé que entregar el chaleco es algo serio para ustedes, quiero que lo tomemos con calma, primero disfrutemos de esto y luego decidimos sobre nuestro futuro, ¿te parece?

-Yo sé que quiero pasar cada día de mi vida contigo – muerdo mi labio inferior, intentando ocultar la sonrisa que quiere partir mi cara en dos.

-Nunca pensé que tan rudo motociclista sea tan tierno – le digo llevando un mechón de su pelo detrás de su oreja – ¿Desde cuándo estás tan seguro de querer pasar toda tu vida conmigo? – le pregunto alzando una ceja, sabiendo perfectamente que este es un pensamiento reciente.

-Desde que me enterré en tu apretada vagina – jadeo con sorpresa y él me da una sonrisa socarrona.

-¡Hunter! – Le digo golpeándole el hombro mientras él ríe – Quiero conocer más tu mundo, y quiero que tú conozcas el mío – le digo seria y él suspira, asintiendo con la cabeza.

-Me parece bien, esperé 17 jodidos años, puedo esperar un poco más – me asegura, yo sonrío y me acerco a su boca para poder besarlo, lo que al principio es un beso lento, rápidamente se transforma en una guerra de lenguas, enseguida siento su erección y un gemido escapa de mi boca – Vamos a bañarnos, tenemos que alimentar ese sexy cuerpo para que recupere energías – me dice y sin dejarme responder se levanta conmigo en sus brazos, yo chillo por la sorpresa y enseguida ambos nos encontramos riendo.

(Re)encontrándonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora