XXXV

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            Dos días habían pasado desde que vi ese enorme positivo en el test de embarazo y mi cabeza está hecha un tsunami de emociones y pensamientos

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            Dos días habían pasado desde que vi ese enorme positivo en el test de embarazo y mi cabeza está hecha un tsunami de emociones y pensamientos. No se lo he dicho a nadie, no estoy preparada para compartirlo con absolutamente nadie, y quiero que el primero que se entere sea el padre, pero la verdad es que no tengo ganas de verlo.

¿Qué voy a hacer ahora? Estoy embarazada y separada del padre, descubrir que tengo a su hijo creciendo bajo mi piel, no hizo que me olvide de lo sucedido, yo no quiero volver con Hunter, no estoy preparada, ¿pero eso es lo que quiero para mi bebé? ¿Qué sus padres estén separados? Tengo poco menos de nueve meses para resolver eso, pero lo que sí tengo que hacer es pedir consulta con mi ginecólogo, iré a la primera consulta sola, necesito confirmar al 100% mi embarazo antes de decirle a Hunter y al resto de nuestra familia.

Suspiro, estos días se me ha hecho imposible concentrarme en el trabajo, solo pienso en el pequeño ser que está creciendo en mí, en lo inoportuno de su llegada, en mis miedos, en Hunter. Se me es imposible trabajar, por eso, la mayoría de los días termino yéndome antes de tiempo. Y este día es peor, en la tarde tengo consulta con mi ginecólogo, necesito comprobar que realmente una partecita de mí y de Hunter esté creciendo dentro de mí.

-Señorita – me llama Susana y yo la miro, no la sentí entrar – El señor Manuel Rodríguez pide verla – me dice y yo bufo mientras niego con mi cabeza.

-¿Qué hace acá?

-Tienen que darle un adelanto del trabajo – apoyo mi cabeza en la silla mientras pienso a toda velocidad una solución, me niego a reunirme con él. Tomo el teléfono en mi mano y marco a Samuel.

-¿Samu puedes reunirte con Manuel Rodríguez por favor?

-¿Por qué yo? – lo escucho quejarse del otro lado.

-Porque te lo estoy pidiendo.

-¿Cuándo?

-Ahora, ya está en la empresa.

-Lo siento Liv, no estoy en la empresa, hoy tenía un almuerzo con los Moret – suspiro con derrota mientras froto mi frente, solo Samuel está capacitado para tener una reunión ya con Rodríguez, él y yo somos los que llevamos el proyecto de su empresa.

-Okey, gracias de todas formas.

-Lo siento primita.

-Tranquilo, nos vemos pronto – saludo y corto la comunicación – Hazlo pasar Susana – le digo y ella me mira con una mueca de pena, para después retirarse.

-Que honor que me reciba Olivia Lennox – me dice entrando a mi despacho sin siquiera tocar la puerta, recorre todo mi cuerpo con su mirada, al menos lo que puede ver detrás del escritorio, y se queda algunos segundos de más en mis pechos – Cada vez más hermosa – me dice con una sonrisa de lado, y a mí me entran ganas de vomitar, y vuelvo a preguntarme qué fue lo que vi en este despreciable ser.

-Manuel – saludo sin ningún gramo de emoción en mi voz – toma asiento – señalo la silla que hay frente a mí.

-¿Qué te parece si mejor vamos a almorzar? – Me pregunta en tono coqueto mientras eleva una ceja.

-Siéntate y hablemos de negocios – digo con mis dientes apretados, no sintiéndome con el ánimo de discutir con él.

-Vamos preciosa, podemos almorzar y tal vez después...

-Tal vez después nada, siéntate de una puta vez – digo enojada, siento mi sangre hervir.

-Tranquila – levanta sus dos manos en son de paz y se sienta - ¿Tratas así a todos tus clientes preciosura?

-Solo a los imbéciles – le respondo con una sonrisa falsa – Éste es el proyecto – digo tendiéndole una carpeta, él me mira con una radiante sonrisa y después de unos segundos toma la carpeta entre sus manos – Está todo detallado, si tienes alguna duda puedes llamar a Samuel.

-Me gustaría leerlo contigo preciosa, por si tengo alguna duda.

-No las tendrás, y ya te dije que puedes llamar a Samuel.

-Me gusta el trato directo preciosa – cierro mis ojos, intentando tranquilizarme, quiero matarlo.

-A mí me importa una mierda lo que te guste, si quieres ve a la sala de espera a leer el puto proyecto y si tienes alguna duda y quieres "trato personal" espera a Samuel – le digo con mis dientes apretados, él se para de su lugar y camina hacia donde estoy, dejando la carpeta en mi escritorio.

-No me gusta para nada que me hables así preciosa – aprieto mis dientes con rabia al volver a escuchar cómo me llama, siempre odié que me diga así. Él apoya sus glúteos en mi escritorio y cruza sus piernas, quedando demasiado pegado a mí, por lo que tiro hacia atrás mi silla, él me mira con una sonrisa socarrona.

-Es cómo te mereces que te trate.

-Soy tu cliente preciosa, debes respetarme.

-El respeto se gana – sonríe y ahora si aprovecha para hacerme un repaso con sus ojos por todo mi cuerpo, odio que haga eso, me siento ultrajada, no quiero que me mire así, cuando sus ojos se posan en mis piernas desnudas sonríe – Te voy a pedir por favor que te retires – digo mientras me paro de mi silla para enfrentarlo.

-No es eso lo que quieres que haga – me dice altanero mientras se acerca a mí, siento demasiada incomodidad y rechazo, noto como el miedo comienza a colarse por mi sistema.

-Voy a llamar a seguridad – digo acercándome al escritorio, grave error, aprovecha para acorralarme, mis ojos se llenan de lágrimas y comienzo a ver borroso, ¿qué carajos le pasa a este imbécil? - ¡Aléjate en este momento imbécil! – grito, él toma con fuerza mi brazo y me hace girar, dejándome frente a él.

-Tan hermosa – deja una caricia en mi mejilla y yo cierro mis ojos, asqueada.

La puerta se abre sin ser tocada, y yo aprovecho su distracción para separarme de él y correr hacia la persona que entró, pero todo se vuelve negro a mí alrededor, alcanzo a llevar mis manos a mi panza antes de perder la conciencia.

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Buenaaas, acá vengo a dejarles el primer capítulo del año!!

Espero hayan arrancado muy bien el año, nos leemos pronto.

(Re)encontrándonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora