Capítulo 20.

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Punto de vista de Amelia Ledesma.

Dos días.

Ese era el tiempo que había pasado desde que Luisita y yo nos habíamos besado.

Aquella noche y todo lo que me había pasado no se me había ido de la cabeza ni un segundo en todo el fin de semana. Reviví cada momento, desde el paseo hasta el bar, hasta el final de la noche cuando sus labios finalmente se encontraron con los míos.

Después de besarnos, recuerdo que la cogí de la mano y volví con ella a la tienda de vestidos, donde nos quedamos hasta que dejó de llover. A pesar del frío que sentía por la ropa y el pelo mojado, internamente estaba ardiendo.

Cuando la lluvia desapareció, lo que no tardó mucho, acompañé a Luisita hasta su coche, donde acabé recibiendo otro beso.

Dos besos. Dos días.

—¿Srta Ledesma? —preguntó el conductor, devolviéndome a la realidad.

—¿Si? Disculpe. ¿Ha pasado algo? —pregunté.

—Llegamos al edificio del New York Times.

Miré a través de la ventanilla del coche y contemplé el enorme edificio que había a mi lado.

—Muchas gracias. Lo llamaré cuando termine la reunión —le contesté.

—Sí, Srta Ledesma. ¡Que tengan una gran reunión! —deseó amablemente mientras cerraba la puerta del coche.

Había programado la reunión con los fotógrafos del Times para esta mañana con el fin de presentar todos los detalles que había discutido con Luisita el viernes.

Cuando entré en el edificio y me dirigí al ascensor, me asaltaron de nuevo los pensamientos. No habíamos hablado durante el fin de semana.

¿He hecho algo malo?

¿Hemos ido demasiado rápido?

Mi cabeza estaba llena de preguntas sin respuesta. Mi corazón se aceleró al pensar en que podría perderla.

El tintineo del ascensor me devolvió a la realidad y ahora, ya en la planta donde tendría lugar la reunión, traté de recomponerme, dejando de lado mi vida personal y centrándome únicamente en ser profesional.

—Bienvenida, señorita Ledesma —Cooper dijo al verme.

—Gracias, Cooper. ¿Está todo listo para nuestra reunión?

—Sí. El equipo le espera en la sala de conferencias.

Caminamos por la enorme planta hasta llegar a la sala donde tendría lugar la reunión. Entré y me senté en la silla del extremo de la mesa. Cooper se sentó a mi lado.

—Buenos días a todos. Hemos decidido reunirnos para limar todos los detalles antes del evento que tendrá lugar este viernes. ¿Alguna objeción antes de empezar? —pregunté.

Todos me miraban fijamente, algunos ni siquiera parpadeaban.

—Creo que no, señorita Ledesma —respondió una mujer rubia al final de la mesa.

Mirando en su dirección pude ver a Sebastián sentado a su lado, que me miraba atentamente. Me quedé mirando lo suficiente como para que se sintiera incómodo y apartara la mirada.

—Durante la última semana he estado planificando el evento, lo cual los dividí en parejas. Cada pareja se encargará de fotografiar una zona específica, que ya ha sido determinada —dije mientras cogía algunos papeles —Como son diez personas, tendremos cinco equipos, que separé por letras: A, B, C, D y E.

The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora