Capítulo 31.

2.2K 188 27
                                    

Punto de vista de Luisita Gómez.

3 días después.

Esta mañana me había despertado más temprano que de costumbre, como era la víspera de un día festivo, las calles estaban aún más concurridas que de costumbre y el movimiento de gente parecía triplicarse. Era un infierno.

Sin embargo, aunque había puesto el despertador una hora antes, lo que significaba que tendría que salir de casa mucho antes de lo habitual, no pude librarme del tráfico de Nueva York.

El sonido de los claxon estaba muy presente en la calle donde me encontraba y el olor a humo quemado que salía del tubo de escape del coche parado justo delante de mí contribuía a que me empezara a doler la cabeza.

Mi teléfono móvil, que estaba conectado al salpicadero, empezó a sonar y me sorprendió el fuerte sonido que resonaba en el interior del vehículo.

El nombre de María parpadeaba en la pantalla.

¿Qué quería a estas horas?

—¿Te has caído de la cama? —pregunté mientras respondía a la llamada.

¡¿DÓNDE ESTÁS?! —gritó al otro lado de la línea.

—Atascada en el maldito tráfico mientras intento llegar a la tienda de vestidos. ¿Por qué gritas?

¡¿HAS VISTO EL PERIÓDICO?! —continuó gritando.

—¿Qué periódico, Mery? —cambié de marcha para poder mover el coche.

—¿QUÉ PERIÓDICO? ¿ESTÁS DE BROMA?

—Aún no pude ver nada, no es como si pudiera ahora mismo, pero..

—¡NUESTRAS FOTOS ESTÁN EN LA PORTADA! —interrumpió gritando una vez más.

Frené con fuerza, lo que hizo que el neumático patinara sobre el asfalto, provocando un fuerte ruido mientras mi cuerpo era tirado hacía el frente por el freno tan brusco.

—¡¿QUÉ?! —grité, recibiendo claxon en respuesta a mi acción —¡SI TIENES PRISA ATROPELLA, HIJO DE PUTA! —saqué la cabeza por la ventana gritando —Mery, explícame esto.

Dile a ese tipo que se vaya a la mierda —se rió —No hay nada que explicar, Luisi, estamos en primera plana. En la primera página. ¡En todo!

Sentía que mi cabeza iba a explotar en cualquier momento y sólo un nombre resonaba en todos mis pensamientos: Amelia.

—¡Esto es increíble, Mery! Nuestro trabajo está en la portada del Times —empecé a reírme con incredulidad de lo que estaba pasando.

—¡SI, JODER! ¡EN EL PUTO TIMES! ¡SOMOS JODIDAMENTE AFORTUNADAS!

—¡Necesito ver ese periódico! —dije mientras volvía a poner el coche en marcha.

—¡Hazlo cuando puedas! Ahora tengo que irme Luisi. Marina dijo que quiere invitarme a las Maldivas. Te quiero, cuídate.

—Me alegro por ti —he reído con su comentario —Yo también te quiero, cuídate.

Me quedé atrapada en el tráfico durante unos minutos más hasta que finalmente giré en la calle hacia la tienda de vestidos. Y para mi mala suerte, había más tráfico.

Decidí aparcar el coche a dos manzanas de distancia y caminar hasta el trabajo, después de todo, aún estaba a tiempo y había un puesto en el camino donde podría comprar un periódico.

Cerré el vehículo y comencé a caminar, cruzando las calles y pasando entre los coches. Mi velocidad era años luz más rápida que la de todos ellos.

The RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora