Capitulo 3.

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-Los necesito a ellos y a sus insoportables maneras de ser.-

A veces Aegon se pregunta si las pesadillas se van a detener algún día. Desde que volvió al pasado y pasa tiempo con sus hermanos, tiene aquellas pesadillas que le quitan el aliento, pero más que pesadillas son los recuerdos dolorosos.

(Él tratando de recuperar el cuerpo de Aemond en todos sus medios, pero fracasando. El cuerpo de Jaehaerys sin su cabeza y los sollozos de Helaena junto a sus otros dos niños hacen ecos en su mente. El cuerpo de su hermana-esposa atravesada por los pinchos que escurre su sangre hasta formar un charco.)

Trata de no pensar en ellos y concentrarse en lo que tiene ahora, pero las pesadillas solo le hacen ver lo inútil que fue protegiendo a sus hermanos de otros. Demasiado borracho como para proteger a su hermano, demasiado tonto como para burlarse de él con algo que dolía tanto; demasiado estúpido por no haber detenido el veneno de su madre cuando se dio cuenta y demasiado asustado por los golpes que marcaban su cuerpo gracias a su madre y el abuelo, pero Aegon ya no era ese niño asustado, ya no. Cuidaría de sus hermanos como es debido, los protegería como un hermano mayor que protege a los menores, (cosa que Rhaenyra no había hecho con él por ser el hijo de las personas que la traicionaron y así desquitándose con él) y los mantendría a salvo sin importar el costo.

Falta un año para que Daeron nazca y con él Jacaerys Velaryon, el hijo bastardo de su hermana. Antes a Aegon realmente no le importaba que los niños de su hermana fueran bastardos, se divertía con ellos cuando era adolescente, pero luego comenzó a sentir odio por ellos, ya que su padre era tan ciego por el amor a su hija que incluso si daba a luz más de sus bastardos su padre se negaba a verlo. Ahora que tiene una segunda oportunidad no interactuara con ellos, se concentrara más en sus hermanos y en encontrar un dragón para Aemond, uno que no sea Vhagar para ahorrarse todo ese desastre en Marcaderiva.

Ahora Aegon se concentrará en guiar por el buen camino a sus hermanos, lo estaba haciendo bien en las semanas que se convirtieron en meses. En dos meses no había permitido que su madre tocará a sus hermanos, le había gruñido a la mujer que lo trajo al mundo cuando trato de llevarse a Aemond y a Helaena una vez que él estaba distraído. Ese día Aegon le había dejado en claro a su madre que sus hermanos ya no eran sus hijos, que él los cuidaría cómo suyos y que ella tenía prohibido acercarse a ellos. Su madre ese día lo vio como si fuera un loco, pero a Aegon no le importaba, él ya había dado su advertencia.

Habían pasado dos días después de eso y Alicent no había vuelto a aparecer. 

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En un día soleado se encuentra en el jardín junto con Aemond y Helaena, su hermana pequeña se encuentra jugando con sus bichos y Aemond atrapando dichos bichos para ella. Aegon siempre se encuentra cerca de Aemond mientras lo ve buscar bichos para su hermana, incluso lo ayuda, pero su visión nunca deja la figura de su hermano, se siente más seguro así y puede mantener a salvo a Aemond de cualquier cosa. Incluso cuando casi se cae, Aegon estuvo ahí para atraparlo, cuando uno de los bichos estaba por morderlo, el Targaryen mayor lo apartó de un tirón, así que sí, es mejor que el este cerca para cuidar de sus hermanos.

No espero que justo ese día su media hermana estuviera en el jardín con Laenor Velaryon. Aegon se había quedado quieto cuando sus miradas se encontraron y vio que ella también hizo lo mismo. Ninguno hizo un movimiento, solo se miraban fuertemente hasta que Laenor fue el que rompió la tensión que se había creado.

-Aegon, Helaena y Aemond, ¿Qué hacen ustedes aquí solos?.- pregunto el Velaryon mientras mira a los niños pequeños, ninguno parecía querer decir alguna palabra hasta que Aegon responde a su pregunta.

-Estamos buscando bichos para Helaena, ya que a ella le gustan.- dice brevemente mientras aún tenso se pone delante de sus hermanos, Aegon quería ser discreto, pero sabe que Rhaenyra y Laenor notaron su postura protectora.

-Ya veo, pero, ¿Las sirvientas no vinieron con ustedes o los guardias?.- 

-No los necesitamos, nuestro hermano nos está cuidando.- susurra Helaena que se encuentra detrás de Aegon cómo queriéndose ocultar.

-Eso es verdaw, nuestro hermano cuidarnos.- Aemond dice con una sonrisa, Aegon puede ver qué tanto Rhaenyra y Laenor se encuentran inquietos con lo que están escuchando, lo sabe por cómo mueven sus manos de forma nerviosa.

-¿No quieren que el guardia llame a su madre y a nuestro padre?.- esa pregunta toca un nervio en Aegon que literalmente todo su cuerpo se pone a la defensiva.

-¡No los queremos! ¡Estoy haciendo un buen trabajo criando de Aemond y Helaena, no necesitamos a madre o padre, conmigo es suficiente!.- esa respuesta parecía no ser la que Rhaenyra y Laenor buscaban, el rostro de su media hermana junto con su esposo tenían una expresión de sorpresa y aturdimiento.- Mis hermanos no son de padre o madre, son míos. Yo los reclamé para cuidarlos y no dejaré que nadie se los llevé.- Aegon gruñó a Rhaenyra y Laenor para luego tomar la mano de Aemond y Helaena.- Aemond, Helaena, volvemos a la guardería, ¿Si? Prometo que luego volveremos a buscar más bichos.- su voz se suaviza con sus hermanos, los cuales asienten a su palabra y se van del lugar, dejando a su hermana mayor y esposo con palabras en la boca.

Rhaenyra no había dicho una palabra luego de que vio a su medio hermano correr con sus otros hermanitos, si bien las palabras de Aegon la habían dejado estupefacta por lo que estaba escuchando. Su pequeño hermano de tan solo seis años estaba criando a sus otros dos hermanos menores por su cuenta.

(Un niño de seis años haciendo el trabajo de adultos incompetentes que están cegados por sus propios problemas)

Se pregunta si su padre sabe sobre eso, pero viendo la repuesta que Aegon le dio, puede suponer que su padre no está presente en la vida de sus hermanos y que su pequeño hermano había reclamado a sus hermanitos cómo suyos. No de Alicent o de su padre, solo de él, lo cual es algo ilógico porque solo tiene seis y actúa como alguien mucho más mayor que su edad. 

-No puedo creerlo, Aegon está cuidando de tus otros medios hermanos, Rhaenyra, ¿Cómo es eso posible?.- Laenor suena tan incrédulo por lo que acaba de pasar y ella no estaba mucho mejor, aún le cuesta aceptar que un niño de seis está cuidando de otros niños de tan solo cuatro y tres años.

-No tengo repuestas para tu pregunta, primo, pero iré a hablar con mi padre al respecto de esto.- Estaba lista para ir hacia los adentros del castillo, pero la mano de Laenor la habían detenido.

-¿Crees que es... Correcto? Aegon se veía tenso ante nuestras preguntas, incluso se puso a la defensiva y posesivo con Aemond y Helaena. No estoy seguro de que quiera ver ahora al rey en sus aposentos y que les quiten a sus hermanos, creo que te odiara por ello.- ‘él ya me odia’ es lo que Rhaenyra quiere decirle, pero no lo hace, solo repasa las palabras de Laenor en su cabeza y se da cuenta de que tiene razón hasta cierto punto; Aegon sabe que ellos lo saben y por lo visto son los únicos que lo descubrieron, así que no será difícil deducir que fue ella quien hablo con su padre y su medio hermano de seguro la odiara más de lo ya la odia.

-¿Qué quieres que hagamos entonces? No podemos dejar que mi hermano de tan solo seis onomásticos, un bebé también este criando a otros niños menores, a otros bebés literalmente.- ella suspira pesadamente, no dejaría que su hermano menor cargará con tal responsabilidad.

-Por ahora mirar y saber bien que es lo que está pasando. No dejaremos que haga todo por su cuenta, dejaremos cosas que necesiten de forma discreta para que no las rechacen, porque es obvio que Aegon no confía en nosotros y me atrevo a decir que no confía en nadie en ese castillo.- Rhaenyra repasa lo que Laenor está diciendo y se encuentra de acuerdo con lo dicho.

-Bien, hagamos eso.- 

Espera que su decisión sea correcta, porque tiene miedo de lo que pueda pasar a futuro si no lo es. 

(Tiene miedo de que haya sido demasiado tarde para preocuparse de sus hermanos)

Sangre renacida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora