Capitulo 11.

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Tal vez Aegon no había pensado bien en lo que había dicho, pero para justificar su lengua suelta, su madre lo hizo enojar más de lo pensando. No quería ser rey, ni en su antigua vida, ni en la nueva, y no dejaría que su madre y abuelo lo envuelva nuevamente en sus malditos problemas, tampoco dejaría que lo hagan con sus hermanos, así que le puso puntos a la bruja de su madre y abuelo.

Tocan a sus crías y el mismo hará que Sunfyre los queme hasta no dejar ni sus huesos. 

Su mejilla arde como el fuego en su interior, está seguro de que los dedos de su madre están marcados y que dejarían un moretón muy visible en su rostro. Piensa en ponerle algo de pomada, pero antes de ir a su aposento, se encuentra con su hermana Rhaenyra que tiene a sus sobrinos en brazos y con ellos están sus hermanos.

-¡Tío, Egg!.- el pequeño Jacaerys grita su apodo, haciendo que todos volteen hacia él y en cuanto lo hacen, se fijan mayormente en las mejillas rojas decoradas con marcas de dedos y uñas. En cuestión de segundos, Rhaenyra junto con sus hermanos se encuentran a su lado. 

-¿Qué sucedió?.- pregunta Rhaenyra una vez que se agacha a su altura, dejando a Jacaerys y Lucerys en el suelo, para tocar suavemente su rostro marcado.

-Nada importantes.- es lo que dice tratando de quitar las manos de Rhaenyra de su cara, pero está siguen ahí, no presiona fuerte como su madre, pero es lo suficientemente como para que no pueda apartarlas.

-Aegon…-

-Fue madre de nuevo, ¿No es así, hermano?.- fue Helaena la que pregunta o mejor dicho hace una declaración, Aemond parece listo para ir a asesinar a su madre y Rhaenyra parece sorprendida ante la declaración de Helaena, tanto que lo mira con ojos filosos.

-¿Eso es verdad, Aegon? ¿Alicent te lastimó?.- quiere hacer una mueca por la pregunta, tenía que ser obvio que su madre lo hizo, es la única que le puede hacer tal trato, (aunque eso no es verdad, porque ni siquiera su madre puede levantarle la mano a un príncipe del reino) pero opta solo por asentir.- Helaena dijo ‘de nuevo’, ¿Eso significa que ella te ha lastimado antes?- la voz de Rhaenyra se vuelve oscura, como si una palabra suya fuera suficiente para romper algo dentro de ella.

-Ella lo hizo, Aegon tenía cuatro cuando madre le dio una cachetada frente a nosotros. Ella es mala.- Dice Aemond apretando sus puños con fuerza, parecía tan vulnerable en ese estado, que Aegon se acerca él y agarra su mano, Aemond lo mira y él le sonríe suavemente haciendo que se tranquilice. Helaena se acerca a ellos y él la abraza suavemente, haciéndole saber que está bien.

Aegon puede escuchar a Rhaenyra tomar una gran bocanada de aire, pero también puede sentir la furia que sale de ella. A pesar de que tiene a sus hermanos y sobrinos sobre él, su mirada se centra en su hermana, ya que necesita ver qué hará a continuación. Tan pronto como aparece una realización en los ojos de Rhaenyra, él sabe lo que ella hará, incluso antes de que lo diga.

-Chicos, necesito que vayan a los aposentos de Aegon hasta que vaya a hablar con la reina.- hay miradas entre ellos, no saben si dejar a Rhaenyra ir con la reina, no cuando todos saben que ellas se odian a muerte. Aegon estaba listo para decirle a Rhaenyra que no era importante y que no debía de preocuparse, pero las manos del pequeño Jacaerys apretando su mano calla las palabras que quiere decir.

-Entendemos madre, por favor vuelve seguro.- tan sereno y serio como suena, hacen ver al pequeño Jace de cuatro, como el chico de quince onomásticos que fue una vez; siempre admirable y con un buen juicio. Eso hasta que fuera asesinado por las flechas en la batalla del Gaznate, y se hundiera en el mar por ellas.

Hay culpabilidad cuando Aegon piensa en eso, que aun revolcándose en él, se deja llevar por sus hermanos y sobrinos hacia sus aposentos sin siquiera poder hablar con Rhaenyra. No piensa nada más que en los niños (por qué si, Jacaerys junto a sus hermanos eran niños) que fueron asesinados por su culpa, por la culpa de Aemond, abuelo y madre. Ellos mataron a los niños, como a muchas personas más.

Espera que con lo que está haciendo, nunca tengan que repetir los mismos errores, porque ciertamente él no lo haría de nuevo.

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No paso mucho para que Rhaenyra apareciera en sus aposentos, ella no se veía herida ni nada parecido, así que Aegon deduce que solo fueron gritos y algunas que otras amenazas, si la expresión de Rhaenyra lo delata. Por suerte, para ellos dos, los demás niños estaban dormidos, así que podrían hablar tranquilamente sin que ellos escuchen.

-¿Por qué no le dijiste a padre lo que ella te estaba haciendo?.- pregunto Rhaenyra una vez que se acercó y se sentó en su cama mientras acariciaba la cabeza de sus dos niños. Aegon la había mirado confundido por lo que ella estaba diciendo.

<Solo fueron dos veces, ¿Por qué concluye que fueron más? De dónde salió esa confusión. Espera... Puedo utilizar esto.>

Piensa, para luego poner una mirada algo dura, pero a la vez defensiva.-Podía aguantarlo, así que no hacía falta que te entrometieras.- dice con voz dura y tranquila. Los labios de Rhaenyra se curvan en forma de disgusto, como si lo que dijo no le hubiera gustado para nada.

-Tengo que, Aegon. Alicent no puede golpearte, eres un príncipe antes que su hijo y el que ella te haya lastimado, significa que automáticamente pierde esa mano con la que te haya tocado.- Aegon no la mira, tampoco la quiere escuchar y parece que Rhaenyra se da cuenta de eso, porque cambia de táctica rápidamente.- ¿Qué pasa si ella golpea a Aemond, Helaena o Incluso a Daeron, la dejarías seguir haciendo lo mismo?.-

-¡Nunca, primero le quitó las manos antes de que se atreva siquiera a lastimarlos o tocarles siquiera un cabello!.- exclama instantáneamente en un gruñido, Aegon nunca dejaría que Alicent tocará un solo cabello de sus hermanos, él ya la había amenazado con que le pasaría si llegara a hacerlo, pero Rhaenyra tenía que saber que nunca dejaría que la reina toque a sus hermanos. Él nunca lo dejaría.

-¿Entonces por qué dejas que ella te golpee? ¿Qué te hace diferente de tus hermanos para que te dejes golpear?.- esas preguntas hacen que se quede unos segundos en silencio, él sabía la respuesta a esas preguntas, lo supo desde siempre y desde que volvió.

-Porque soy el mayor y debo proteger a mis hermanos menores, no importa si madre me golpea, si el abuelo me dice cosas horribles o si padre no nos da su atención. Ellos no lo necesitan. Ellos me tienen a mí y no dejaré que nadie les haga daño, les daré todo el cariño o atención que ellos quieran.- parece que las palabras de Aegon habían tocado algo en Rhaenyra porque de repente lo abraza y lo sujeta con fuerza.

-Lo siento, lo siento, debí de haber visto por lo que estaban pasando, pero no lo hice.- dice con tanta suavidad y verdadero arrepentimiento que Aegon siente náuseas, siente que puede vomitar en ese momento por escuchar esas palabras.

<Deja de disculparte. Deja de disculparte. Deja de disculparte. Deja de disculparte. Deja de disculparte. Deja de disculparte. Deja de disculparte. Deja de disculparte.>

A pesar de las palabras que se repiten en su mente, Aegon no las dice, solo se queda ahí, flácido entre los brazos de Rhaenyra. No tiene el valor de disculparse, él por dejarse manipular, por usurpar su trono, por matar a su familia y por ser más Hightower que un dragón. Pero no dice nada y solo se deja abrazar, a pesar de que tiene tantas ganas de decirle a su hermana que no merece su pena o sus disculpas.

Tiene tantas ganas de acurrucarse en su cama con sus hermanos, que estar en los brazos de la hermana que asesino hace tiempo.

Sangre renacida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora