Capitulo 30.

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Cuando llegan a desembarco del rey, tanto Laenor cómo Aegon notan que toda la familia está ahí para recibirlos y que estaban a punto de saltar sobre ellos cuando habían aterrizado; pero la mirada llena de arrepentimiento y el estremecimiento de Aegon junto con la mirada de pena y dolor que Laenor le da al príncipe, hace que todos se pregunten que ha sucedido. Aegon no había saludado a nadie y solamente se fugó rápidamente, sus hermanos querían ir a hablar con él, pero fueron detenidos por Laenor.

-Tienes que dejarlo solo por un momento.- la mirada de dolor junto con la voz ronca de Laenor no dejaban tranquilidad, sino que hacía todo lo contrario, había inquietud en los presentes.

-¿Qué es lo que sucedió?.- Rhaenyra pregunta con seriedad.

-Lo diré cuando vayamos a sala del consejo, tienen que ponerse cómodos para escuchar esto.- todos hicieron caso al Velaryon y fueron hacia la sala del consejo, una vez ahí Laenor comenzó a explicar todo lo que había pasado, la muerte de Lord Corlys, el cómo todo fue una trampa y el hecho de que se habían encontrado en un combate con Vhagar y Rhaena Velaryon, la cual había muerto a manos de Aegon y Sunfyre.

Los presentes escuchaban a Laenor habían estado sombríos y tristes al escuchar tales cosas. Los niños Velaryon estaban tristes por el hecho de que su abuelo también había muerto, pero la muerte de su prima no les causó nada, después de todo ella era una extraña para ellos, ya que nunca habían convivido con ella realmente.

(Pero no sé asombran cuando Aegon si siente el remordimiento por lo que hizo, ellos saben que su tío ha tenido un gran corazón y que nunca dañaría a un niño, no importaba que sea del bando enemigo. Es normal para ellos ver que su tío se sienta mal por lo sucedido)

-Iré a hablar con él, debe de estar devastado por la situación.- dice Helaena para salir de la sala del consejo hacia pozo dragón dónde de seguro se encontraba Aegon, después de todo ella lo conocía muy bien.

Efectivamente, lo encuentra en pozo dragón junto a Sunfyre, ambos parecen arrepentidos y sombríos, tanto como un dragón pueda estar. Con pasos suaves se acerca a Aegon y toca su hombro, el Targaryen salta un poco, pero nada tan exagerado, su mirada viaja a la mano que tiene y solo se calma cuando se da cuenta de que es Helaena.

-Hel...-

-Hermano, Laenor nos ha contado lo sucedido.- Aegon hace una mueca de dolor y se gira para mirar a Sunfyre.- No es tu culpa, hermano.- 

-¡Lo es, Hel! Fui yo el que le dio la orden a Sunfyre de que la quemara, es mi culpa. Yo... Soy un mata parientes, Hel, no solo eso, asesine a una niña que solo es un año mayor que nuestro pequeño sobrino Joffrey. Era una niña, como Joff, el que la haya asesinado me convierte en un monstruo.- Aegon suelta las palabras mientras aprieta sus puños con fuerza, en su mente solo se repiten una y otra vez los gritos desgarradores de la niña y su cuerpo en llamas cayendo así su muerte segura.

Helaena ve la gran culpa que Aegon está llevando y suavemente gira a su hermano y toma el rostro de este con toda la dulzura que la dulce niña puede dar.

-No es tu culpa, me escuchas, no lo es. No me interrumpas.- le dice rápidamente cuando nota que Aegon estaba por abrir su boca y refutar lo que ella había dicho.- Escuchamos lo que Laenor había dicho, él nos dijo que le suplicaste a Rhaena que se detuviera, pero ella no te escucho y entonces tuviste que hacer lo que tenías que hacer. Pudieron morir ustedes, hermano, ustedes pudieron morir a manos de Rhaena y Vhagar, pero pensaste más rápido y están en casa ahora. Nosotros estamos aliviados de que estén en casa.- Aegon está en silencio cuando Helaena termina de hablar, parece procesar lo que su hermana le dice.

-Pero soy un asesino de parientes...-

-No lo eres.-

-Asesine a una niña… -

-Era ella o ustedes, no podías evitar el resultado.-

-Eso no significa que no me culpe.-

-Lo sé, tendrás que llevar esa culpa, hermano. Todos debemos.-

Aegon abraza a Helaena, mientras que Sunfyre lleva su grande cabeza hacia ellos y se apega a ellos a un costado. Era como si ella también estuviera consolando a su jinete. Helaena sonríe por ese gesto y lleva su mano hacia las escamas del dragón y las acaricia, Sunfyre no le gruñe cuando hace eso por el hecho de que Aegon les había presentado a la dragona cuando tenía una edad suficiente como para no exaltarse.

Sin que ellos lo supieran, Aemond, Daeron, Lucerys, Jacaerys y Joffrey se encontraban en la puerta del pozo dragón escuchando todo lo que estaban hablando. Se miraron unos a otros y sin hacer ruido comenzaron a caminar sin dejar rastros de que ellos estuvieron ahí, era como su nunca hubieran estado parados fuera de la puerta.

Pero lo estuvieron y realmente estaban aliviados de lo que habían escuchado.

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Cinco meses, fueron cinco meses que no hubo señales de Daemon Targaryen y su grupo, no hubo nada. Fue una mala señal para Aegon, Daemon de seguro estaba planeando algo grande y eso realmente no le gustaba para nada. Pensó que no habría nada, hasta que un cuervo de Lord Humfrey Bracken, Señor de Seto de Piedra, llego pidiendo ayuda por soldados de Daemon que los atacaba.

La familia Targaryen se había preparado, eran sus aliados y necesitaban ayuda, Aegon tomo el mando de ese grupo llevando la mayor cantidad de solados para ir al lugar. Con todo listo, Aegon estaba a punto de partir hacia la región de Riverlands, al asentamiento de seto de piedras, donde la casa Bracken se encontraba.

-Sé que será un viaje largo, pero espero que llegues pronto a casa.- dice Rhaenyra mientras toma la mano de Aegon con una sonrisa, él le devuelve la sonrisa y asiente con la cabeza.

-Volvere tan pronto como las cosas se calmen por ahí.- le dice para luego abrazar a su reina.- Prométeme que los cuidaras mientras no estoy.- Aegon le susurró, haciendo que ella correspondiera el abrazo y le devuelve el susurro.

-Lo haré, no tienes que preocuparte.- se separan y Aegon se enfrenta a los jóvenes que se encontraban algo inquietos, como si estuvieran haciendo todo lo posible para no abalanzarse hacia el Targaryen mayor.

-Volveré tan pronto como sea posible, no tienen que preocuparse.- le dice a los chicos con una sonrisa, Aemond asintió con la cabeza y le dio una sonrisa, lo mismo que Helaena, Jacaerys, Lucerys y Joffrey hicieron. Daeron era el único que no decía nada y que no mirabas a Aegon, así que este se acercó para ver qué es lo que pasaba con su niño.- Daeron, que...-

-Prométeme que no morirás, prométemelo.- es lo que dice el adolescente cuando interrumpe a su hermano mayor, el cual lo mira sorprendido, pero luego le sonríe suavemente.

-Prometo no morir, es más, prometo que todos estaremos bien.- tal vez fue cruel de su parte prometer tal cosa, pero él solo ver el alivio en el rostro de Daeron, hicieron que la mentirá valiera la pena.

-Vuelve a salvo, hermano.- ahora Daeron mira a Aegon con ojos decididos, a pesar de la humedad que hay en ellos.

-Lo haré.- una sonrisa suave es todo lo que puede dar, para luego subir a Sunfyre y comenzar a volar, mientras que las tropas en caballo lo seguían a todo galope.

Es así, como la familia Targaryen ve partir a uno de los suyos, con las esperanzas de que vuelva a salvo de su travesía. Pero sin que ellos esperaran lo que está por venir, que de seguro los sacudiría y para mal, dejando con ellos solo una cosa...

Un arrepentimiento que perdurará para siempre.

Sangre renacida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora