Pasar el día con Aemond fue lo mejor para todos, habían comido todos juntos, incluso Rhaenyra se había unido y habían estado sentados leyendo (Aegon les estaba leyendo) algún libro para que tanto los hijos de Rhaenyra cómo los de Aegon pudieran sentirse a gusto. Hubo momentos en los que paraban la lectura, ya sea por preguntas o porque los niños querían hablar de otra cosa, pero cuando se terminaban, Aegon podía volver a la lectura.Cuando la noche cae es cuando Aegon se acuerda que hay algo de lo que tiene que hablar con Jacaerys, así que cuando todos están durmiendo, él sacude a su sobrino para despertarlo.
-¿Hm? ¿Qué..-
-Shh, no hables demasiado algo, sobrino.- Aegon susurra haciendo que Jacaerys se despertara completamente y mirada al adolescente con confusión.
-¿Tío Aegon, que..-
-Te importaría acompañar unos minutos sobrinos, hay algo que debo decirte.- Jacaerys lo mira y asiente con la cabeza sin dudar.
-Claro tío.- Aegon realmente no esperaba una respuesta positiva, pero está feliz de que sea una y no tenga que evadir el espacio del niño. Con mucho cuidado, ambos salen de la cama y salen de la habitación, solo para caminar con pasos ligeros hacia donde quiera que Aegon los estuviera llevando.-¿A dónde vamos, tío?.-
-Ya verás.- es todo lo que Aegon le dice para seguir caminando. Realmente Jacaerys estaba algo cansado luego de caminar por más de veinte minutos, pero vale la pena cuando llegan al jardín y este está infectado de pequeñas luciérnagas que iluminan el lugar de forma tan hermosa que dejan a Jacaerys encantado.
-¡Tío, mira eso!.- Jacaerys dice con tanta emoción mientras va hacia el centro del jardín, donde las luciérnagas se habían amontonado.- Son tan hermosas, y brillan mucho, es tal y como los libros las describen.- la emoción sigue en su voz cuando agarra uno de los pequeños bichos en sus manos y deja ver cómo la ilumina. Aegon sonríe y se acerca a Jacaerys, solo para pararse al lado de este y disfrutar su emoción.
-Claro que lo son. Quería traer a los demás para que los vean, pero quería hablar contigo primero.- eso hace que Jacaerys deje de estar pendiente en las luciérnagas y mire a Aegon con curiosidad.
-¿Hm? ¿De qué?.-
-Jace... ¿Hay algo que te molesta últimamente?- pregunta con lentitud mientras mira a su sobrino, el cual se había puesto algo nervioso e incómodo, pero negó con la cabeza.- ¿Estás seguro? Cuando estábamos hablando sobre tus primos...-
-¡Ellas no son mis primos!.- Jacaerys gruñe de repente haciendo que Aegon lo mirara sorprendido, Jace se había dado cuenta de su arrebato e inmediatamente se sonrojó por la vergüenza. El silencio reina por unos minutos hasta que Jacaerys decide hablar.-... me disculpo por gritarte, tío, es solo que...- Jacaerys se muerde el labio nervioso y asustado, y Aegon solo había guardado silencio mientras dejaba al niño expresarse a su tiempo.- ¿Qué piensas de los bastardos, tío?.-
Aegon frunce el ceño, ahora sabe por qué Jacaerys ha estado tan... ¿Enojado, asustado? No sabe cuáles emociones son, pero lo que sí sabe es que su pequeño sobrino de solo nueve años está sufriendo.- Pienso que no tienen la culpa de nacer, ¿Sabes? Solo son o fueron niños que nacieron a veces de hombres egoístas, otras veces esos niños nacieron por amor.-
-No lo hacen. No lo hago.- dice rápidamente delatándose sobre ser un bastardo. Aegon estaba a punto de decir algunas palabras, pero los pequeños sollozos de Jacaerys lo hacen detenerse y rápidamente agacharse a la altura del niño.
-Hey, ¿Qué sucede Jacaerys?- Aegon sabe qué sucede, pero no esperaba llanto por parte del primogénito de su hermana, pero aquí estaba. Con tranquilidad abraza al niño, dejando que este llore y oculte su rostro en su hombro. El agarre de Jacaerys realmente es muy fuerte cuando lo abraza.- Jace, ¿Por qué lloras?.- pregunta tan suavemente que solo hace que el llanto de Jacaerys sea más fuerte.
-¡Lo siento, lo siento, tío! Somos bastardos... No nacimos de un matrimonio ejemplar, nacimos de la lujuria, el pecado, lo malo y trajimos vergüenza a las casas. No somos verdaderos Velaryon... No somos verdaderos dragones, ni siquiera sé quién soy en estos momentos.- son palabras tan dolosas para Jacaerys que salen de forma agonizante. Todo este tiempo Jacaerys supo que eran bastardos, supo que había nacido de la lujuria del pecado, que su padre no era su padre y que él solo era la encarnación del mal junto con Lucerys y Joffrey.
-No, no, Jacaerys no es así.- Aegon dice mientras frota la espalda del su niño sobrino en busca de calmarlo.
-¡Es así! Somos la encarnación del mal, somos pecados y yo... Te robé tu derecho, no tengo derecho sobre el trono y todavía te lo estoy quitando. Lo siento, tío, lo siento.- el corazón de Aegon tan blando como es, siente que se rompe ante las duras palabras que salen de la boca de un niño que tiene solo nueve años.
No puede permitir que Jacaerys se destruya cómo lo está haciendo.
-Jacaerys, mírame.- el niño niega con la cabeza, no queriendo ver el claro disgusto de su tío por él al saber la verdad. No cree que su corazón resista la expresión de asco de su tío por él.
-Me odiarás.-
-No lo haré, Jace. No lo hago, nunca podría.- las palabras salen tan sinceras que con algo de miedo, Jacaerys despega su rostro del hombro de su tío y mira su rostro. Se sorprende cuando se da cuenta de que su tío tiene ojos lagrimosos, como si estuviera a punto de llorar.- Jace no eres un pecado, tus hermanos tampoco lo son. No trajiste vergüenza a nada, eres un Velaryon, si no crees que es así, dime, ¿Ser Laenor o Lord Corlys te han tratado diferente, se han comportado extraño con ustedes?.- Jacaerys piensa por un momento, su padre Laenor no lo ha mirado con ojos enojados o resentido, es todo lo contrario, tiene calidez y amor en ellos, y era todo para sus hermanos y él. Jace no ve mucho a su abuelo Lord Corlys, pero cuando lo ve, tampoco hay esa mirada de traición o algo parecido, es igual que Laenor, aunque más estricto que cariñoso, pero estaba ahí.
-No, no lo hacen.- ante la negación, Aegon continúa hablando.
-Entonces sabes que te han aceptado como uno de ellos, eres un Velaryon, Incluso si no tienes su sangre. En cuanto al trono, eres el hijo de tu madre, un dragón y el solo tener la sangre de tu madre correr por tus venas es lo que importa para que te sientes algún día ahí. No me has robado nada.- Jacaerys se siente mejor al escuchar esas palabras, pero todavía hay algo a lo que tiene miedo.
-Pero el pueblo no me aceptará cómo su rey, ellos no aceptarán a un bastardo.- Jacaerys susurra con suavidad, porque sabe que es verdad, la gente nunca aceptaría a un bastardo por rey.
-A la gente no le importa si eres un bastardo, solo les importará que lo hagas bien para ellos, que sean un rey justo y bondadoso, el cual sé qué serás. Siempre me imagino que serás un gran rey, uno fuerte, pero también inteligente y que se preocupa por su gente como también por su pueblo.- solo con esas palabras Jacaerys siente una gran paz, pero a la vez felicidad. Siente como si algo de gran peso se le fue arrebatado en un momento.
-Gracias, tío.- Aegon le da una suave sonrisa, para luego darle un beso en la frente, haciendo que Jacaerys se sonrojara suavemente.
-De nada, sobrino.-
Luego de esa pequeña charla, ambos se quedaron unos minutos más en el jardín para luego volver a la habitación y dormir. Por primera vez, Jacaerys pudo dormir sin remordimiento, sin pesadillas, solo había paz luego de que su cabeza repitiera una y otra vez las palabras de su tío (y el ligero beso que le dio su frente).
Desea que llegue el día en que sea rey para demostrarle a su tío lo bueno que es, para montar en Vermax y ser su igual.
En sus sueños, él lo hace.
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Sangre renacida.
FanfictionAegon muere y tiene la oportunidad de volver al pasado, esta vez, él cuidará de sus hermanos menores que claramente necesitan terapia, pero bueno, ¿Quién no la necesita en toda su maldita familia?. Estos personajes no me pertenecen, pertenecen a Geo...