-Despierte, mi príncipe. Todos en la sala necesitan de su presencia.- Aegon escucha la voz grabé junto con el ligero movimiento para ser despertado, algo anonadado, Aegon se despierta y mira al guardia que tiene delante.-¿Qué sucede?.- pregunta somnoliento.
-Su majestad nos ha pedido que lo llamemos, tienes que ver con el príncipe Aemond, mi príncipe.- eso saca a Aegon de su sueño y sus ojos se abren frenéticamente para ver a los lados de su cama, en ella están sus sobrinos y sus dos hermanos, pero no estaba Aemond a la vista.
Sabe exactamente el porqué no está.
Delicado, pero rápido sale de la cama y camina tan rápido sobre los pasillos de la fortaleza de los Velaryon.
<Por favor que no le falte un ojo. Por favor que no le falte un ojo. Por favor que no le falte un ojo. Por favor que no le falte un ojo. Por favor que no le falte un ojo. Por favor que no le falte un ojo. Por favor que no le falte un ojo.>
Pide en su mente cuando llega a la sala donde todos estaban reunidos, es ahí cuando lo ve. Con cada paso que da, el cuerpo de su pequeño hermano siendo atendido por un maestre se hace más visible y Aegon no puede respirar. Acercándose cada vez más, el rostro de su pequeño hermano es más visible, tenía unas vendas cubriendo el ojo izquierdo y estas estaban ensangrentadas.
Él había fallado una vez más.
Sin importar las miradas o quien estaba hablando, Aegon se acerca a Aemond y toma su pequeño rostro en sus manos. El ojo bueno de Aemond lo mira, parecía querer llorar, pero no había dejado que ninguna gota siquiera caiga.
-¿Qué sucedió?.- Aegon le pregunto con voz firme, pero a la vez suave, una que Aemond conoce bien, una que dice lo preocupado y con sed de sangre por parte de su hermano.
-¡Él se robó a Vermithor!.- la voz aguda de una niña habla antes que Aemond, ligeramente da una mirada hacia la dirección en que vino la voz y ahí se encontró que le pertenecía a Baela Velaryon, la hija de Daemon.
-¡Eso no es verdad! ¡Lo juro que no es, no lo robe!.- Aemond estaba mirando a Aegon, no al resto, estaba tratando de convencerlo a él y nadie más. Algo en el corazón de Aegon se quebró, pero fácilmente acaricio la mejilla derecha de Aemond con suavidad.
-Te creo, realmente lo hago, yo sé que no lo harías.- dice con una suave sonrisa, eso parecía haber relajado de Aemond tanto como pudo y casi se deja caer sobre él.- dime qué pasó, hermano.- susurra suavemente frente de él.
-Salí a la playa a tomar algo de aire y vi a nuestros primos; Baela y Rhaena tratando de reclamar a Vhagar, les dije que era peligroso, pero ellas no me hicieron caso. Estaba por irme de vuelta a la cama, pero en ese momento Vermithor descendió a la playa, en frente mío y nos miramos fijamente unos segundos, hasta que supe que era su nuevo jinete. Rhaena que estaba ahí me dijo que lo había robado, pero le dije que no era así y ella trató de golpear, pero la empuje, entonces Baela saco un cuchillo y me acuchilló.- Aemond le susurra, pero es suficientemente fuerte como para que todos en la sala lo escucharán. Aegon respira lindo y le sonríe suavemente
-Geros taoba (buen chico).- es todo lo que dice. Con cuidado se pone firme y deja que su hermano apoye el costado de su cara en su cadera, para así Aegon mirar al resto de personas.- Mi hermano dice que él no lo ha robado, incluso ustedes escucharon lo que él dijo, entonces, ¿Por qué siguen diciendo que lo ha hecho?.-
-Porque el ahora es su jinete, por lo que eso dice que lo ha robado, chico.- Daemon había con una sonrisa burlona, oh, como desea Aegon borrarle esa sonrisa, pero no puede actuar de forma brusca en esta situación, no si quiere evitar más castigo de lo que Aemond ha sufrido.
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Sangre renacida.
FanfictionAegon muere y tiene la oportunidad de volver al pasado, esta vez, él cuidará de sus hermanos menores que claramente necesitan terapia, pero bueno, ¿Quién no la necesita en toda su maldita familia?. Estos personajes no me pertenecen, pertenecen a Geo...