Aegon estaba hachado humo por la boca mientras camina hacia su aposento con sus hermanos, está enojado por el hecho de que Rhaenyra y Laenor piensen que sus hermanos necesitan a padre o madre. Ellos no lo necesitan, lo tiene a él, es mucho mejor que padre y madre (él no daría favoritismo a uno y dejaría al resto solo) y no se tendría que esforzar para nada cuando busquen su atención.-Hermanow, ¿Puedo jugar con caballo?.- Aemond le pregunta una vez que están en su aposento, sacándolo de sus pensamientos.
-Sí, Aemond puedes jugar con ellos.- le entrega los caballos de madera que alguna vez fueron suyos (lo son aún, pero Aegon ya no los necesita, es un adulto, no un niño) y deja que juegue con ellos.
-Mis bichos, ¿Puedo tenerlos?.- Pregunta su hermana algo tímida como su tuviera miedo de pedir demasiado en este punto. Aegon respira hondo para luego sonreír y asentir con la cabeza.
-Sí, le diré a una de las sirvientas que busque tu caja con bichos.- le da una suave palmadita en su cabeza y Helaena se derrite con eso, para luego sonreír suavemente.
Le habla a una sirvienta para que traiga la caja de su hermana, mientras esperan mira atentamente a sus hermanos y luego la puerta. Tiene miedo de que cuando esa puerta se abra aparezca su padre. No es muy difícil deducir que Rhaenyra haya ido a hablar con su padre sobre lo que paso unas horas atrás y que dicho padre estuviera en su habitación por ello, es por eso que ha estado mirando la puerta con gran intensidad. Si su padre se acerca a su habitación y entra en ella tratando de quitarles a sus hermanos, Aegon no sabe de lo que puede ser capaz, tal vez ataque a su padre y corra con sus hermanos a quien sabe dónde o... No tiene nada pensando en otra cosa, así que hará lo que pensó primero.
Pasaron horas y la única persona que vino fue la sirvienta quien trae la caja de bichos de su hermana, no vienen nadie más luego de ella. Aegon está aliviado al ver qué su padre no le haya mandado a llamar, pero también está confundido pero eso mismo.
<Tal vez... ¿Rhaenyra no le haya dicho?.>
Aegon piensa en esa pregunta, pero no tiene sentido, ya que tiene entendido que su hermana lo odia por el simple hecho de que tiene una polla colgando entre sus piernas. Él es un desafío ante los ojos de Rhaenyra por ser un niño, pero dejará de serlo muy pronto, tan pronto como Sunfyre sea capaz de sostenerlo a él junto a sus hermanos para volar, entonces los llevara lejos y dejará de ser el desafío de su hermana definitivamente.
Dejando sus preocupaciones, Aegon se centra en traerles de comer a sus hermanos, no bajarían a comer con su familia, sino que comerían en su habitación gracias a la comida que había ordenado a las sirvientas traer. Piensa que su padre no le daría importancia sus ausencias, nunca lo hizo de todas formas, así que no hay problema alguno. Se relaja cuando comienza a darles de comer a sus hermanos, a pesar de que ellos querían demostrar que podían solos, él se había negado y les había comenzado a dar de comer, incluso si ambos protestaron.
(A pesar de estar malhumorados, lo que Aegon no veía eran las sonrisas que tenían sus hermanos mientras le daba de comer)
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A pesar de que Aegon parecía tener todo controlado, la verdad es que no era. Tiene las pesadillas de aquellos recuerdos que lo atormentan, tiene a su madre que había aparecido en su aposento tratando de querer hablar con ellos, bueno, con él. Cosa que no estaba mejorando mientras hablaban y él protegía a sus hermanos poniéndose delante de ellos.
-Son mis hijos, Aegon. Tú eres un niño que debe obedecer y no llevar responsabilidades que no entiendes.- Alicent sisea mientras mira a Aegon, el cual le gruñe ligeramente cuando se acerca a ellos.
-Son míos y te diré las razones de eso, para empezar tú nos usas con herramientas para el abuelo y para nada más, padre ni siquiera nos ve, siempre ve a Rhaenyra y no quiero que mis hermanos busquen aprobación o cariño de ustedes. Soy lo suficientemente mayor como para hacerme cargo de ellos, les daré todo el amor y aprobación que ellos quieran y que tú no...- un dolor en su mejilla no le permite decir más, ligeramente vuelve su cabeza hacia Alicent y nota la mano de esta levantada. No hace falta decir que es lo que paso.
Su madre lo había golpeado.
Mira el rostro de la reina y ve claramente la realización de lo que acaba de hacer, se había puesto pálida y una mirada llena de horror mientras miraba su mano y la roja mejilla de Aegon.
-Lo siento, yo no...-
-¡No toques a nuestro hermano!.- Helaena grito enojada y a su lado también salió Aemond a defenderlo.
-¡Mala, madrew mala!.-
Los dos niños le gritaron a su madre mientras abrazaban a su hermano mayor, Aegon había puesto sus brazos alrededor de ellos para tratar de calmarlos. Él no espero eso, no espero que su madre lo golpeara y mucho menos que sus hermanos estuvieran presente, Aegon no quería que sus hermanos vieran esta parte de su madre.
(Incluso cuando golpeó a Aegon en Marcaderiva por lo del ojo, Helaena había saltado por el miedo)
-Mis niños, yo no quería…-
-¡No, mala, mala! No lastimesw a nuestro hermanow.-
-¡Vete, vete, no te queremos!.-
Ambos niños miraban a Alicent como si fuera un monstruo y no le permitieron acercarse más, la reina tenía una mirada llena de emociones que Aegon no podía explicar que solo la ve irse sin decir nada. Lo deja solo con dos hermanos menores que lloran una vez que ella se fue y tocan su rostro con suavidad.
-¿Hermanow duele?.- el pequeño Aemond tenía lágrimas caer por su rostro mientras aún abraza a Aegon con fuerza.
-No, hermanito, no lo hace.-
-Si lo hace, madre te golpeó muy fuerte y debe doler.- los ojos llenos de lágrimas de Helaena le traen recuerdos horribles, así que lleva su mano hacia su cabeza y hace que la apoye en su pecho.
-No llores, querida. Duele, pero nada me duele más que ustedes lloren por esto.- a pesar de que Aegon dice eso, los niños sollozan más y se prenden a él como los pequeños dragones que son.
Sus pequeños dragones.
<Míos, míos para proteger y cuidar, míos para dar mi vida para ellos. Mis hermanos, mis dragones bebés.>
Piensa mientras abraza a sus hermanos menores, pero sin que él lo sepa con ese acontecimiento, la historia acaba de cambiar drásticamente.
El golpe de Alicent a Aegon solo había hecho que algo en los corazones de Aemond y Helaena se encendiera, una llama muy protectora que juraba cuidar de su hermano como él lo estaba haciendo ahora.
Un cambio radical.
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Sangre renacida.
FanfictionAegon muere y tiene la oportunidad de volver al pasado, esta vez, él cuidará de sus hermanos menores que claramente necesitan terapia, pero bueno, ¿Quién no la necesita en toda su maldita familia?. Estos personajes no me pertenecen, pertenecen a Geo...