Capitulo 32.

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La casa Bracken había sido tomada, el señor junto a sus hijos, esposa, amante e hijos bastardos estaban de rodillas y atados a la mitad de la sala de la fortaleza. Había dos caballeros que estaban resguardando a los prisioneros y había un príncipe Targaryen que los miraba con fuego en sus ojos, mientras que Ser Qarl Correy estaban curando la herida en su hombro.

-Todo listo, mi príncipe.- con la palabra dichas, Aegon casi salto para ponerse de pie, pero lo hizo con lentitud y se acercó con la misma velocidad hasta que estuvo al frente de Humfrey Bracken y su rostro en blanco miraba el rostro lleno de terror del hombre.

-Nos traicionaste.- es todo lo que sale de su boca sin emoción, el señor asustado tiembla ante ella y niega con la cabeza.

-¡No tuve otra opción, el rey Daemon había...- un golpe por parte de Aegon es lo que deja al señor sin seguir hablando.

-Es usurpador, no es rey, la heredera, TU REINA Rhaenyra lo es.- una risa burlona es lo que sale de la boca del traidor.

-¿Ella una reina? No es más que una puta que abre las piernas dando a luz a bastardos. Ella no es muy diferente a mí.- todo se queda en silencio luego de esas palabras, Aegon puede sentir como los caballeros de su tropa se tensan y no respiran. Ellos están esperando su reacción y hacen bien en tener esas reacciones, porque él está por estallar contra el coño de señor.

Aegon no sabe cómo, pero de un momento está arriba de Humfrey Bracken, golpeándolo en la cara una y otra vez, incluso golpea su cabeza contra el suelo. Aegon escucha los gritos de unas mujeres, de los hijos del imbécil señor, pero no hay nadie que lo haga soltarlo y no lo hace hasta que la sangre se encuentra con su visión, es cuando él lo suelta. Deja al hombre mallugado, lleno de heridas, y con sangre en el suelo, se levanta con una mirada en blanco. Eso hasta que un caballero entra con un papel en sus manos temblorosas.

-Mi príncipe...- la voz del caballero tiembla y Aegon espera lo peor.

-Habla ahora.- ladra con fuerza, haciendo que el caballero se ponga firme y que su voz dejara de temblar.

-Desembarco del rey fue tomada por el usurpador Daemon Targaryen y...-

-¿Qué hay de mi familia? ¿... Los mato?.-

-La reina junto a los príncipes y la princesa pudieron escapar, pero... El rey consorte, Laenor Velaryon murió en desembarco del rey.- el silencio reina por unos minutos, Aegon se ha desconectado luego de escuchar eso, no presta atención a lo que el caballero le dice y solo escucha el pitido en sus oídos.

<¿Laenor está muerto? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo?>

-¿Cómo?.- no registra la palabra que sale de su boca, sus ojos solo miran al caballero delante de él. El caballero lo mira antes de comenzar a hablar.

-El usurpador Daemon junto con su hija Baela lo asesinaron con sus dragones, quemándolo vivo a él y a Seasmoke... El mensaje dice, dice que el usurpador Daemon se reía mientras quemaban al rey consorte, mi príncipe.- Aegon aprieta los dientes tan fuerte que de seguro su mandíbula se rompería. Había una ira en su corazón y en sus venas que puede arremeter contra cualquiera, ya que no puede controlarla.

-¡Ja, ja ja! Él muerde sábanas, está muerto como el abre piernas que es.- y como no, Humfrey Bracken tuvo que abrir la boca. La visión de Aegon se volvió roja y fue con esa persona con la que arremetió, descargando toda su furia en el hombre que se atrevió a hablar.

No sabe cuando dura golpeando al hombre, realmente no lo sabe, pero cuando vuelve en sí solo hay una cosa hecha pulpa que antes era un hombre. La cara de Humfrey estaba desfigurada, había tanta sangre y el señor no respiraba, ya no. Observa sus manos ensangrentadas, su ropa de igual forma y estaba seguro de que su rostro debe tener algún rastro de sangre, de seguro daba terror a sus caballeros y se arriesga a mirarlos y cuando los ve... Ve orgullo en sus ojos.

Eso es confuso, pero útil.

-Recuperaremos desembarco del rey por nuestro rey consorte y se la devolveremos a nuestra reina, príncipes y princesa, ¿Entienden?.- su voz es firme y les deja en claro que él no está preguntando, está afirmando lo que van a hacer.- dije que si entienden.- vuelve a hablar cuando el silencio sigue presente, escucha el sonido de las armaduras cuando el movimiento de hace brusco.

-¡Entendido, príncipe Aegon!.- todos los caballeros gritaron con mucho orgullo y determinación, haciendo que el fuego de Aegon solo subiera más.

-¡Vamos a devolver el reino que le pertenece a nuestra verdadera reina!.-

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En una isla cerca de Marcaderiva, siete personas se encontraban ahí, escondidas por sus rasgos que podrían ponerlos en peligros. Aquellos hermosos cabellos plateados, ojos índigos, no eran iguales, había tres personas que tenían diferentes rasgos; como cabello castaño oscuro, ojos marrones, pero lo que todos compartían en sí era un rostro igual de agraciado.

Aquellas personas se trataban nada más ni menos que de los Targaryen fugitivos que se encontraban escondidos luego de lo sucedido en desembarco del rey.

-¿Cuándo tiempo estaremos aquí escondidos?.- pregunta una voz aguda, infantil, que pertenecía a nadie más que a Joffrey Velaryon.

-Tenemos que estar aquí cariño, es muy peligroso para nosotros ahora que Daemon tomo desembarco del rey.- su madre, la reina Rhaenyra toca suavemente su rostro cuando dice eso.

-¿Qué sucederá con Aegon? ¿Él estará bien?.- la dulce voz de Helaena pregunta con preocupación grabada en ella.

-Aegon estará bien, es fuerte.- dice aquel hombre joven de cabello plateado y ojos índigos.

-Pero... El tío Egg puede estar en problemas, después de todo los Bracken nos traicionaron y pueden haberle tendido una trampa.- la voz de un adolescente dice con la misma preocupación que la dulce joven de antes.

-Aegon es capas de defenderse, es un guerrero formidable al igual que un excelente jinete, además de que tiene la tropa con él... Será capaz de cuidarse, lo sé.- dice Daeron con seguridad, si escuchan un poco lo inseguro que está al final nadie lo menciona.

-Lo es, el tío Aegon es fuerte y estará bien. Estoy seguro.- la seriedad en la voz de Jacaerys, el hijo primogénito de la reina, es fuerte y nadie discute con eso.

-Estoy seguro de que mi hermano habrá escuchado lo que sucedió en desembarco del rey y volverá, pero sé que se tardará un poco, después de todo querrá tener un ejército lo suficientemente grande para enfrentarse a Daemon.- Aemond lo dice mientras observa a todos al alrededor, pero luego se detiene a observar a Rhaenyra a los ojos.

-Nos quedaremos aquí hasta que sea seguro volver a desembarco del rey o al menos hasta que Aegon vuelva a nosotros.- la reina dice con ojos serios al igual que su voz.

(De ahí venía el carácter de Jacaerys entonces)

Hubo un silencio por unos minutos, nadie dijo nada, solo se quedaron ahí esperando, esperando a que algo cambie, que alguien haga un movimiento o mejor dicho, a qué Aegon Targaryen aparezca y comience a mover sus piezas en el tablero del mortal juego.

Sangre renacida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora