XIII

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Desperté.
No quería abrir los ojos, no aún.
Las palpitaciones de alguien más en mi oído me dieron el empujón que necesitaba para abrir mis ojos.
Estaba en mi cama, recostada sobre el pecho de Wade mientras él me abrazaba con ambos brazos. Estaba despierto, lo sabía porque sentía como acariciaba mi espalda. Una de mis piernas estaba sobre las suyas, mientras que la otra estaba extendida al lado. Mis manos estaban debajo de su cuello, estaba abrazándolo sin fuerza.

Moví mis manos para sobar mi cara, luego de que mi celular se quedara sin batería, él me siguió hasta mi habitación donde conecté el celular y nos recostamos. Primero hablamos de música, luego de formas en las que es más eficiente matar un hombre, y por último, formas en las que es mejor dormir. Este ultimo tema gracias a mi bostezo.

- ¿Qué hora es?- Pregunté sin moverme de mi lugar. Mi voz estaba un poco ronca y mi cuerpo estaba cálido, había dormido bien.

- Uh...- Murmuró agarrando su celular.- Las seis de la mañana.- Respondió, yo suspiré con pesadez.

La pantalla de su celular estaba quebrada al igual que el mio, su fondo de pantalla era Hello Kitty corriendo con un globo en una de sus manos.
Cerré mis ojos y escondí mi rostro en su pecho, intentando retrasar lo inevitable, debería volver a S.H.I.E.L.D.
Si bien dejé una nota, sabia que se iban a molestar.

- Me debo ir.- Murmuré en su pecho.

- Lo sé.- Respondió con un poco de tristeza.- Déjame acompañarte, aunque sea hasta la estación de metro.- Agregó mientras me sentaba.

Luego de vestirnos, ambos fuimos hasta la estación de metro. Decidí regalarle la sudadera a Wade, se lo dije antes de subirme al metro y dejarlo en Rockaway, lucia feliz por mi regalo. También, lo besé otra vez, ninguno se quitó la máscara, así que probablemente se haya visto raro, pero se sintió igual de bien.
Al llegar a S.H.I.E.L.D tuve la suerte de no encontrarme con nadie, tan solo fui a mi habitación y me tiré en mi cama.

Con mis brazos y piernas extendidas miraba el techo en silencio. Bajé mi mano hasta uno de los bolsillos de mí pantalón y saqué la bala que Wade había disparado a mi corazón el día que nos conocimos.
Incluso sabiendo y pensando en el contexto donde la recibí, no podía evitar sonreír al verla. Mi sangre se había secado en el metal tallado, delineandolo con un marrón tan oscuro como el negro.

Unos fuertes golpes en mi puerta me despertaron, agarré el celular pensando que ya eran las ocho de la noche o algo más tarde, pero eran las nueve y cuarto de la mañana.

-¡Ross, rápido!- Escuché a Steve detrás de la puerta mientras guardaba la bala otra vez, me dormi teniendola en la mano.- ¡Es una emergencia!

Rápidamente me levanté y le abrí la puerta nerviosa, él estaba con su traje. Siempre me dio ternura esa máscara que tenia, era tonta. Ahora lucia una barba que lo hacía lucir realmente bien.

-¿Qué pasó?- Pregunté exaltada.

- Pohon Ular está en el Bronx.- Respondió mientras yo cerraba la puerta detrás mio.

- Mierda... ¿En donde los encontramos?- Pregunté refiriéndome al resto mientras cambinaba a su par.

- En el helipuerto.

Recordé a Dash y su bar en el Bronx, un millón e cosas pasaron por mi mente. Agarré mí celular y lo llamé, pero no respondía. Intenté ignorarlo, convenciendome de que no era nada y guardé mí celular nuevamente en uno de mis bolsillos mientras subíamos al elevador. Dash es rápido, probablemente ya escapó.

- ¿Han hecho mucho desorden?- Pregunté mirando a Steve.

-No lo sabemos...- Contestó.

Rápidamente llegamos al helipuerto y vi a los demás con sus trajes. Nos acercamos a Fury y este comenzó a hablar.

Racha De Buena SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora