XXXI

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Me había duchado, me había puesto una replica de mi traje que S.H.I.E.L.D. había preparado para mi. Estaba en silencio, la voz estaba en silencio desde la muerte de Tony.
Su funeral sería mañana. Hoy podríamos estar con nuestras familias, lo que quedaba de ese maldito día y ayer lo perdimos en el hospital.
Jugaba con mis dedos, tragaba saliva mientras el auto de S.H.I.E.L.D. viajaba por la avenida Rockaway.
Estaba yendo a la casa de Wade.
Si bien para mi no pasó ni una semana desde que nos vimos, en realidad pasaron cinco años. Quería saber como estaba, quería saber si le fue bien y además, quería verlo.
La idea y posibilidad de que él esté saliendo con otra persona no me sorprendía, no me agradaba, pero lo entendía. Mis ganas de verlo me hacían sentir un poco egoísta, yo quería verlo, yo necesitaba abrazarlo, yo necesitaba pedirle perdón... Quizá él me odie, quizá él no quiera verme nunca más en la vida.

- ¿Aquí, señorita?- Preguntó el chófer.

Miré por la ventanilla con una mezcla de emoción y nervios.
En vez de encontrarme con el edificio donde Wade vivía, me encontré con un pequeño mercado.
Abrí mi boca sorprendida y sin saber qué hacer.
No podía llamarlo, mi teléfono murió en la pelea contra Thanos, no estoy segura de cual. Nadie sabe donde está, los únicos que parece que teníamos una idea de donde podría estar éramos Peter y yo, y bueno, ambos estuvimos muertos por cinco años.
Inhalé buscando una respuesta en mi inconsciente, esperando que la voz me de la solución, pero obtuve un silencio sepulcral de su parte.

- Está bien, muchas gracias.- Fingí una sonrisa con amabilidad mientras abría la puerta del auto.

- A usted.- Respondió el chófer antes de que baje y cierre la puerta.

Miraba la tienda en silencio mientras él chófer arrancaba el auto y se iba.
No recordaba el número de Wade, y mi teléfono quedó completamente destruido, así que tenía uno nuevo con un número nuevo.
Miré a mis lados con un poco de nerviosismo y finalmente me digné a caminar.

Estaba yendo a mi casa en completo silencio.
Se sentía raro estar en silencio.
Por un lado lo agradecía, los últimos días estuvieron llenos de gritos, llenos de llanto, llenos de ruidos de máquinas, llenos de ruido... Pero por otro lado se sentía como un silencio post-muerte, no, era un silencio post-muerte. Era ese silencio que haces para procesar lo que acaba de pasar, era ese silencio que haces antes de comenzar a llorar. Era ese silencio horrible.
Caminaba con la mirada baja mientras abría la puerta de mí edificio.
La gente en la calle estaba feliz, por fin se habían reunido con sus seres queridos, por fin estos cinco años de dolor habían terminado, y por fin la vida sería más parecida a lo que fue antes de Thanos.

Llamé al elevador y marqué mi piso, tenía mis llaves entre mis manos. Apretaba mis labios con angustia, en cuanto abra la puerta de casa lloraría a mares otra vez.
Acariciaba la tela de mi traje, era de mejor calidad que los trajes que yo tenia, pero pensaba en el que Tony me había hecho.
Lo tenía en dos pequeñas pulseras que adornaban mis muñecas, Pepper Potts me ayudó con eso. Ella era la esposa de Tony, y madre de la niña que tuvieron hace cuatro años, Morgan.
Tensé mi mandíbula al pensar en ellas. Pepper era la mujer que lucia un traje de Ironman azul, Pepper fue la que sostuvo a Tony en sus últimos momentos.

Las puertas del elevador se abrieron dejando ver el pasillo de siempre. Caminé hasta mi puerta y suspirando metí la llave en la cerradura, pero la llave no giró. Fruncí el ceño confundida. Saqué la llave y me aseguré de haberla puesto bien, pero aún así, no giró.
¿Cambiaron la cerradura? ¿Hay un nuevo inquilino?
La puerta se abrió de par en par, dejando ver una figura recibiendome con el cañón de una pistola entre mis cejas y un traje que reconocería en todos lados.
Mis ojos y labios temblaron al verlo paralizado. Dudando, retiró el arma de mi frente sin despegar su mirada de la mía.

Racha De Buena SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora