XLII

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Wade estaba sentado frente a mi, una mesa con un mantel blanco nos separaba. Él vestía una camisa blanca con una corbata negra, además de unos pantalones de vestir negros y su cabello despeinado. También tenía un saco de lana negro, pero estaba en el respaldo de la silla.
Yo vestía mi único vestido que no era para funerales, el vestido que usé cuando caímos al río. Como abrigo, había agarrado un cardigan azul oscuro. El cardigan fue lo primero que encontré que no sea una campera de Wade en mi ropero.

- Nunca vine aquí, pero luce como un lugar de película, quiero decir, luces calidas, manteleria blanca, los centros de mesa con una vela y una flor... Parece de una comedia romántica.- Habló Wade.- Es hasta cliché, y me encanta, es como vivir en una película, o un fanfiction teniendo en cuenta los temas para adultos que tratamos.

- Tengo noticias para darte...- Sonreí bromeando mientras lo observaba comer un poco del pan con ajo que nos acababa de traer una mesera junto al menú. Wade rió.

- No son noticias nuevas, ya lo sabes.- Sonrió tragando mientras veía el menú.- ¿Qué pedirás?

- Uh...- Murmuré mirando la carta. La mayoría de cosas sonaban un poco complicadas y caras, esto sería más sencillo en Taco Bell.- ¿Qué pedirás tú?- Pregunté para pedir lo mismo que él.

- Estaba pensando en-no, la verdad que no tengo idea.- Se interrumpió a él mismo.- Te pregunté para pedir lo mismo que tu pidas.- Admitió agarrando otro pan con ajo.

- Me alegra saber que estemos en la misma página.- Sonreí bajando la carta para tomar un pan con ajo.

- ¿Cuál es la comida más romántica que se te ocurra?- Preguntó mientas yo mordía el pan, estaba delicioso.- ¿Tacos?

- No creo que vendan aquí.- Hablé cubriendo mi boca.

- ¿Qué clase de restaurante no vende tacos?- Levantó una ceja dejando el menú sobre la mesa.

- Normalmente un restaurante de comida italiana no vende tacos, por desgracia.- Repliqué.

- Carajo, sabía que tenía que llevarte a comer comida mexicana, no esto.- Murmuró llevando sus manos a su cabeza.

Wade estaba muy emocionado por esta salida, se sentía orgulloso de haberme traído a este restaurante en taxi, y podía verlo en su rostro, quería que sea perfecto.

- No te preocupes por eso, la comida italiana también es romántica.- Hablé intentando tranquilizarlo

- Es verdad.- Se enderezó con rapidez.- Como en La Dama Y El Vagabundo.- Asintió.- Podemos comer espagueti con albóndigas, como ellos.

- Tu eres la dama y yo el vagabundo.- Accedí sonriendo.

- Eso nunca estuvo en juego.- Habló obvio mirando la carta en la mesa.

Luego de unos minutos, la misma mesera llegó y tomó nuestra orden. Ambos pedimos lo mismo, con un vino para acompañar. No estoy segura del tipo de vino que pidió Wade, ¿un Suavignon Blanc? No sabía que había tantos tipos de vino.
Cuando le pregunté por el vino que pidió, dijo "No lo sé, elegí el que sonaba más elegante." Seguido a eso comenzó a decir "Suavignon Blanc" en distintas voces, yo hice lo mismo.

Llevé un poco de pastas a mi boca, pero el recuerdo de Stan Smith hizo que abra mis ojos como platos. Lo había olvidado, ¡Ah, el anillo de Chiara! ¡Mierda!

- Oye, tenemos que hablar.- Dije bajando mi tenedor.

La cara de Wade se volvió pálida, sus ojos se abrieron y dejó de masticar, se congeló.

- ¿Qué ocurre, bombón?- Preguntó estático con comida aún en su boca.

- No es nada malo.- Sonreí viéndolo, él suspiró aliviado mientras tragaba.

Racha De Buena SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora