XLVIII

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Me miré en el gran espejo del baño acomodando mi mascara, hoy era el gran dia.
Estaba usando el vestido negro, sí, ese vestido de cuello de tortuga con un tajo. El único vestido que tengo además del vestido para funerales. Wade lo trajo en su maleta, sabía que yo no lo traería, así que la última vez que estuvo en casa se lo llevó.
Él estaba a mi lado, usando nada más que su pantalón negro de vestir y sus zapatos. Planeaba usar una camisa con corbata, además de sus arneses de toda la vida. También tenia su saco negro, pero era un poco incomodo para usarlo con sus arneses. Decidio dejarlo. Lucia muy bien, realmente bien.
Yo también tenia arneses, no tenía bolsillos y no quería gastar mi tiempo con un sobre o bolso -además que no lo tenia- así que Wade me prestó uno de los suyos, uno de los de su reserva. Lo tenía en de mi cintura a mi pierna del lado del tajo, en mi cintura estaban mis pistolas y en mi pierna mi navaja y un poco de munición.

Wade fue a la habitación y volvió rápidamente mientras yo acomodaba el arnés en mi pierna, ¿Debería echarle talco?
Un ruido agudo y mecánico, similar al sonido que hace una vibracion, me devolvió a la realidad. Era Wade, estaba rasurandose.

- ¿Cambio de look?- Pregunté llevando mis manos a mi cintura.

- Hoy no será un día tranquilo y la barba mi pica debajo del traje.- Explicó echándome una mirada con rapidez, para luego volver a su labor.- Sé que está barba hace maravillas, pero es muy molesta.

- La barba no es la que hace maravillas, Wade...- Ronroneé antes de reír mientras me sentaba en la encimera del lavamanos.

Observaba a Wade rasurando su barba con atención, lo veía mover sus labios para facilitar el camino de la máquina manteniendo su mirada fija en su reflejo, de a ratos fruncia su ceño y de a ratos murmuraba la melodía de la canción que estábamos escuchando hasta que su rostro quedó expuesto. Lucia igual a Ryan Reynolds en La Propuesta y nunca me cansaría de decirlo.
Se miró un segundo en el espejo mientras le agregaba un peine a la máquina, e impulsuvamente la llevó a su cabeza, haciendo que abra mi boca con sorpresa y comience a reír.

- Ya te había dicho que era molesto...- Sonrió mirando mi reflejo en el espejo mientras cortaba su cabello.- Además me hará ver rudo, ¿no crees? Me verán junto a ti y ningún idiota querrá meterse contigo.- Agregó.

Wade dejaba líneas de cabello sin cortar, era bastante desprolijo. Estaba cortando su pelo bastante corto, no al punto del nivel más bajo, pero lo estaba dejando de quizá medio centímetro.

- Déjame ayudarte con eso.- Suspiré bajándome de la encimera.

- Estoy en tus manos.- Ladeo su cabeza aceptando mi ayuda, mientras me extendia la máquina apagada.

Yo la tomé y nuevamente me senté en la encimera, quedando frente a él con su cintura entre mis rodillas.
Encendí la maquina y la pasé por su cabeza, apoyando mi mano libre en su hombro y enfocándome plenamente en su cabello. Él me miraba, siempre me miraba de la misma forma, con atención y un brillo único en sus ojos, pero de pronto ese brillo se convirtió en lágrimas que inundaron el borde de sus párpados.

- Mierda, te cayó pelo en los ojos.- Hablé alejándome de él, Wade cubrió sus ojos mientras sacudía un poco su cabeza.

- Supongo que quiere seguir conmigo.- Habló soplando su rostro mientras yo lo ayudaba a quitar los restos de cabello.

- Date la vuelta, ya casi termino.- Sonreí barriendo un poco uno de sus pómulos con mi mano.

Wade se volteó y rápidamente terminé su corte.
Pasé mi mano por su espalda y cuello para sacar la mayor cantidad de pelos que podía, aunque quedaron bastantes.
Pasé con rapidez una toalla por su espalda, retirando un poco más de cabellos que cayeron al suelo.

Racha De Buena SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora