LI

49 8 0
                                    

Caminaba por las calles de Las Vegas con Wade, íbamos tomados del brazo intentando sincronizar nuestros pasos.
Ya era bastante tarde, nos quedamos dormidos y despertamos porque ¡Sorpresa! Servicio a la habitación llego con dos maletas llenas de billetes. Cinco mil billetes de cien para cada uno junto una nota de Stan diciendo que, primero que nada, habíamos hecho un buen trabajo, segundo, mañana a las cuatro en punto un auto nos buscaría del hotel y nos llevaría al aeropuerto, donde tomaremos el mismo Jet hasta Nueva York, y ahí un auto nos llevaría hasta nuestras casas. Por último nos dijo que había cambiado su número, y que nunca más nos volveríamos a ver. Oh, magico...
También nos envió una botella de champaña, así que eso fue nuestro desayuno.

Estábamos yendo al Heart Attack Grill, Wade estaba muy emocionado y yo estaba planeando como terminarme esa maldita hamburguesa antes que él y también como demonios haríamos para lograr embriagarnos luego de comer esa hamburguesota.

- ¿Qué pedirás?- Pregunté viendo nuestros pasos, estábamos sincronizados.

Wade estaba usando un pantalón de esos que siempre usaba, una camiseta y un abrigo. No tenía mucha ropa. Yo estaba usando un pantalón de Jean, una camiseta y mi campera con tela de cordero. Tampoco tenía mucha ropa.
El punto es que ninguno estaba usando su traje o su mascara, hoy no eramos Deadpool y Tear, hoy eramos Wade y ____, y eramos simples turistas que buscaban embriagarse y perder un poco de dinero.

- Ambos- Wade resaltó esa palabra.- pediremos el bypass cuadruple, pero con eso también pediré un ron. ¿Y tu?

- Quiero llegar a estar ebria para la noche, así que me pediré lo mismo.- Hablé viendo como nos acercábamos al lugar.- Quizá deberíamos apostar, el que tarde más en ambriagarse... Uh...- Pensé un castigo con rapidez.- Eh... Quizá...

- Mejor no apostemos eso.- Sonrió negando.- Ambos sabemos que yo ganaría.- Me echó una mirada rápida.

- Pesas más que yo, yo ganaría.- Rodeé mis ojos. Él hizo un segundo de silencio.

- El que tarde más cocinará por un fin de semana.- Propuso.- Ir a comer o pedir comida no cuenta, tiene que ser hecha por las manos del perdedor. Tampoco puede repetir de receta... Y tiene que afilar mis katanas.

- No puedo creer que realmente creas que vas a ganarme.- Reí mientras nos deteniamos frente al local.

- Siempre gano, soy bueno en lo que hago.- Sonrió orgulloso mientras abría la puerta del lugar.

El lugar parecía sacado de los cincuenta, aunque luego de prestarle atención a la decoración -incluidos esos pastilleros gigantes- podía ver pequeños guiños de comedia absurda. Nos recibió una mesera disfrazada de enfermera con un uniforme corto, nos puso una bata de hospital y nos llevó a la mesa.
Luego de pedir nuestra comida, la tensión subió. Debía terminar antes que él, era una hamburguesa grande, muy grande, de casi diez mil calorías, corría con la suerte de tener el ron para ayudarme a tragar, pero ¿podré?

- Quiero decirte algo.- Dije en cuanto trajeron nuestras hamburguesas.- Voy a verme muy, muy mal comiendo esto... Pero haré todo por ganarte, Wade.- Asentí con franqueza.

- No me ganarás.- Negó maniobrando para poder agarrar esa hamburguesa de cuatro carnes.- Haré todo lo posible para que quepa en mi boca, y no podrás hacer nada para detenerme.

- Eso es lo que ella dijo.- Sonreí desafiandolo.

Ahí comenzó nuestra pelea. Wade le dio un mordisco que no logró hacer mucha diferencia. Yo, por otro lado, le quité una de las carnes y con rapidez comencé a comerla haciendo que la altura de la hamburguesa baje un poco. El sabor no era lo mejor del mundo, era regular. Aunque no era del todo malo, el sabor a grasa estaba presente. Le di un trago a mi ron y agarre otra de las carnes. Con la misma rapidez la comí, le di otro trago a mi ron y repetí mi acción hasta que la hamburguesa finalmente quedó como un sándwich de aderezos, bacon, queso, cebolla y tomate.

Racha De Buena SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora