XLVI: Sam Va Lentín

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Tony mantenía su mirada sobre mi.
Estaba teniendo otra vez la misma pesadilla.
Ya no me importaba despertar, es más, en el fondo no quería hacerlo. Una parte de mi lo veía como una nueva oportunidad de ver a Tony, un momento en el que podía olvidar que estaba muerto, un momento en el que podía fantasear con la idea de un Tony sobreviviendo la pelea con Thanos.

Era consciente que era una pesadilla, sabía como iba a terminar, y ya me daba igual.
Estaba sentada junto a un Tony tan enfadado como moribundo, con mis brazos sobre mis rodillas mientras veía al ejército de Thanos convirtiéndose en cenizas.
Oía a Tony diciendo que estaba muerto por mi culpa, que no era justo que yo esté tan tranquila, que por mi culpa Peter fue expuesto a muchas cosas, y que debería avergonzarme.

Apoyé mi cabeza sobre su hombro mientras pensaba.
Habían pasado unas semanas desde que Wade se fue de casa en esa tan extraña conversación, por suerte en la madrugada desperté y estaba durmiendo a mi lado. Le he preguntado por qué lo hizo, y todas las veces evitó responder.
¿Qué podía ser tan misterioso como para que no quiera decirme?

Veía a Peter acercarse a mi, pronto despertaría.
Desde hace unos días estaba pensando en una sola cosa: ¿Qué haré luego de que Pohon Ular deje de existir? ¿Qué haré luego de que mi motivación se desvanezca? Pensé en ser mercenaria, como lo soy ahora, pero una semilla creció en mi dándome la idea más inesperada.
¿Y si solo me dedico a vivir como una persona normal?
Podría comprar una casa y vivir con Wade, podríamos tener un perro o algo, podríamos desayunar juntos antes de ir a trabajar, como las familias en las películas.

Pero sabia que esa no era yo, yo ni quiero el final feliz donde somos una familia de cuatro con un perro. Yo quiero el final feliz donde somos una pareja que se dedica a lo mismo, a matar por dinero.

Abrí mis ojos, ¿qué? ¿Mi sueño terminó antes de tiempo? Sí, gracias a Wade. Estaba observándome con una sonrisa mientras sostenía una bandeja con un desayuno, y otra bandeja debajo de su brazo. Lucia esa camiseta de Mickey Mouse que le había dado y un pantalón de pijama a cuadros rojo y negro.
Sobando mis ojos me senté, hoy era San Valentin.

- Buenos dias, muñeca...- Murmuró acercándose a mí.

- Buenos días...- Respondí viendo como apoyaba la bandeja sobre mis muslos.

En la bandeja había dos platos de hotcakes, dos vasos de jugo de naranja, y un chocolate.

- ¡Feliz Sam va lentin!- Festejó sentándose a mi lado mientras ponía la bandeja que estaba debajo de su brazo sobre sus muslos, dejando a Ellie entre nosotros dos.

- Feliz San Valentin, Boobies.- Sonreí agarrando su mentón para acercar una de sus mejillas a mi y dejar un beso.

Tenía barba, tenía barba de casi un mes, se sentía raro en mis labios pero creo que no me molestaba.

- ¿Qué tenemos aquí, chef?- Pregunté viendo como agarraba un plato y un vaso para ponerlo sobre su bandeja.

- La especialidad de la casa, unos hotcakes con miel de maple y jugo de naranja para mi preciosa.- Respondió frotando sus manos.

- ¡Oh, me encantan tus hotcakes!- Festejé emocionada.

- Luego, además de eso, hay un chocolate con relleno de caramelo que se veía bien.- Señaló el chocolate.- También, para el almuerzo estoy preparando espaguetis con albóndigas.

- Oh...- Sonreí impresionada.- Hoy se ha despertado con mucha creatividad culinaria, Chef Wilson.- Le guiñé el ojo.

- ¡Todo por mi bomboncito!- Habló emocionado entre dientes, agarrando mi rostro con una de sus manos y apretando mis mejillas dándome un rápido beso en los labios.

Racha De Buena SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora