- ¿Eres autista?
La voz le obligó a alzar la mirada. Lo tomó por sorpresa, increíblemente por sorpresa. Fue un suceso demasiado extraño, que había vivido muy pocas veces. Tal vez ninguna desde que empezó la secundaria. Tal vez sí, y no lo había notado. No obstante, lo importante, es que rebuscando en su mente, no se le venía ningún recuerdo similar a este. No, así no. Las personas normalmente no le hablaban de la nada.
Menos sus compañeros de clase, en clase. No cuando Ender se veía tan concentrado que podría hacer explotar algo de tan solo distraerle.
- Hey, te pregunto a tí.
Frente a él, las chicas del escritorio más adelante tenían todo el cuerpo torcido sólo para mirarle, expectantes, como si tuviera más respuestas a la vida de la que estaba enterado. Nunca las había visto antes (obviamente), quería evitarlas. No tenía porqué contestar. De hecho, no quería ni dirigirles un segundo más de su atención. Pero en un principio, perplejo, se quedó observando al par, que continuaba mirándole con el ceño fruncido detrás de los anteojos de plástico de seguridad y las expresiones de curiosidad.
- ¿No hablas? - Una de las chicas preguntó, la compañera de quien había preguntado primero. Ambas muy dedicadas al acertijo, sacando conclusiones por sus segundos de silencio. Ender tenía una mano congelada en su sitio donde había estado echando un líquido en su caja de petri tal como estaban ensayando. Pero la atención lo había distraído de su problema. Y ahora tenía un problema mucho más grande, pues no sabía qué hacer ante esa situación. ¿Responder? Seguro, es una opción. Pero son dos extrañas. Y la pregunta es... nada de su incumbencia. ¿No leyeron el artículo acaso? ¿Tuvo más repercusión el link que el periódico? ¿Habrían aprendido algo acaso sobre la palabra que acababan de usar?
Tampoco era trabajo de Ender educarles.
- ¿Eres mudo? - Dijo la otra, y la comisura de su boca se curveó levemente hacia arriba. Ahora, Ender no se fijaba en los demás, pero en una sola mirada, no sólo veía, sino que observaba. Percibía los detalles más pequeños, incluso a veces más rápido de lo que percibía los más grandes. Se estaban burlando de él.
- No. - Respondió entonces, bajo, monótono. No era una pregunta que hacerle a alguien que no conocías.
- ¿Entonces por qué no hablas? - Dijo la morocha, mirándole aún más confundida que antes. Era molesto, increíblemente molesto. Pero no hacía falta decirlo. Ender odiaba la atención. Siempre lo había hecho. - ¿De verdad tienes un problema?
La amiga le golpeó levemente el hombro sin dejar la media sonrisa de lado, y Ender sintió un reconocido ardor llenarle el pecho. Apretó los dientes, la morocha no le quitó los ojos de encima incluso girando a un costado, como si le mirara en desconfianza. Como si de pronto se diera cuenta que coexistía con un ser extraño, ajeno a este planeta. Porque no hablaba. Porque no contestaba. No iba a hacerlo. No tenía porqué.
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Rapsodia Ⓩ ZODÍACO
Teen FictionInspirada en ESA escena de Mean Girls. En una escuela privada del sector rico de un país primermundista, los adolescentes se encuentran con mucho tiempo libre. La creación de chismes a través de carteles en los pasillos de la escuela y por una págin...