Detuvo su mano en el aire, la libreta entre sus dedos, cuando el sonido de la puerta le distrajo. Un vistazo arriba, y no pudo hacer más que fruncir las cejas.
- Ah, veo que les fué muy bien hoy.
Giovanna aún no se alejaba del umbral, sin entrar del todo. Bolso colgando de un hombro y un talón puesto en la alfombra del pasillo. No le extrañaba a Tia que estuviera observando el lugar como si tuviera algo malo. Después de todo, normalmente, los jueves a esa hora, podían ocupar varios asientos.
- Es tarde. - Explicó Tia, volviendo a guardar sus cosas en su bolso, sin despegar la mirada de la morocha. Una mueca de la chica, un hombro encogido, le hizo pensar que iba a discutírselo o burlarse. Tal vez festejar de que la idea de la rubia no funcionaba. Giovanna nunca había estado muy a favor de las reuniones, y Tia aún no sabía por qué seguía yendo. Sí, así se lo había pedido, pero era casi un milagro, teniendo en cuenta la burla en su rostro cada que asistía.
- No tan tarde. - Giovanna, con un movimiento relajado y decidido, como si no le importara que claramente ya no podía estar ahí si la reunión había terminado, soltó su bolso sobre uno de los asientos y se dejó caer justo al lado. Cruzó las piernas y sus brazos y le devolvió la mirada a Tia. - Te abandonaron.
No había tanta burla como la que Tia esperaría de ella. Parecía más resignada, como si ella también lo estuviera esperando. Pero Tia no era estúpida ni creía en las fantasías. Lo más probable es que Giovanna se estuviera quejando de la pérdida de tiempo que había sido llegar hasta ahí en vano.
- Y yo que creía que construían una especie de Glee aquí. - Giovanna suspiró, mirando a su alrededor como si lo estuviera inspeccionando. Ambos brazos extendidos sobre los respaldos de los costados, como si estuviera en su casa. No pensaba irse, claramente. - Resulta que ante la mínima chance que pueden, se van.
- No es eso. Las cosas no van... muy bien.
El comentario obviamente no iba a solucionar la situación. Incluso, era peor. Era reconocer algo enfrente de Giovanna, la peor opción posible. Pero Tia se sentía tan desganada, tan agotada, que el filtro en su comenzaba a desgastarse, haciéndose más fino. Tal vez terminaría admitiendo que estaba estresada y que los planes no seguían su curso correctamente y que se sentía como en su propio callejón sin salida. Sam no tenía nada para decir y el resto no quería seguir adelante como ya había planeado. En cualquier momento su mente estallaría ante la presión de saber que todos habían abandonado antes de cumplir la hora porque no tenían material con el que seguir, y tampoco ganas. Y eso sería frente suyo.
Sin embargo, no tardó mucho en recordar que a Giovanna le había pedido ayuda alguna vez y la chica no le había fallado. Sí, se había aprovechado de la situación y la usó para su beneficio, pero técnicamente, cumplió con su parte. Y si había sido capaz de pedirle ayuda no podía preocuparse por un hipotético derrame verbal.
- No creo que tenga que ver con tu egoísta y testaruda actitud, ¿no? - Lanzó Giovanna, aunque su tono de voz era tan relajado como su lenguaje corporal. Una sonrisa casi cínica en su rostro mientras miraba a Tia con atención, feliz de que tuvo la oportunidad para decirle las cosas, dos palabras que parecía querer decir hace mucho. Orgullosa de haberla tomado desprevenida. Pero la sonrisa se achicó rápidamente y Giovanna no le sostuvo la mirada por mucho. Jugueteando con sus manos, enarcó una ceja y murmuró. - Quién diría que las personas podrían empatizar con Ander, aunque fuera un poco.
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Rapsodia Ⓩ ZODÍACO
Teen FictionInspirada en ESA escena de Mean Girls. En una escuela privada del sector rico de un país primermundista, los adolescentes se encuentran con mucho tiempo libre. La creación de chismes a través de carteles en los pasillos de la escuela y por una págin...