14. Una crisis de MGRT

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Harvey

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Harvey


Lo miré a la expectativa, esperando su respuesta. Él solo arqueó una ceja, impactado con mi solicitud.

—¿Y bien?

—¡¿Tú crees que estoy loco o qué?! ¡Ni aunque me pagues lo hago!

—Pero, Oliver...

—¡Pero nada! ¿Conoces a esa mujer? ¡Está de miedo! Yo no seré la maldita carnada.

—Vaya, Jen estaba tan confiada en que ibas a sacrificarte por nosotros —dije, fingiéndome resignado—. Pero al parecer no será así.

—¡Oye, oye! Conmigo no te vengas a hacer la víctima. Para empezar, ¿cómo es que te anda amenazando de muerte? Debe de tener una buena razón, algo habrás hecho.

—Ah... —Oly frunció el ceño. Podía ser un gran amigo y todo bien, pero ¿cómo le iba a decir que Mariana me encontró en el baño de Jen? Mierda, esas cosas no se dicen, menos si lo haces con la prima del amigo—. Nos vio juntos.

—¿Cuándo? —preguntó cruzándose de brazos, serio. Y creo que no estaba fingiendo.

—En el edificio, el sábado. Ahí nos vio, nos saludó, Jen se puso un poco nerviosa. Nos dio las invitaciones por separado porque como supuestamente somos "solo amigos" no había problema. Obvio que se dio cuenta de que no era así.

—Ajá, ¿y esperas que crea esa basura?

—Claro, te estoy diciendo la verdad. —Cielos, qué mentiroso me estaba volviendo. Pero no le podía contar todo, sería demasiado. Él enarcó una ceja, parecía creerse mi perfecta actuación.

—¿Y qué pasa si llamo a Jen para verificar? —¡Mierda! ¿Cómo no se nos ocurrió quedar en una buena versión de los hechos?

—Llama —dije con toda la tranquilidad que pude aparentar. Oliver se quedó en silencio un instante, fue suficiente para él.

—Bien, lo dejo ahí, solo estoy jodiendo. Entonces de verdad la maniática esa los está amenazando —dijo algo preocupado—. No, hermano, eso sí que es serio. Ni Donald Trump con el botón de la bomba nuclear en la mano se atrevería —se me escapó una carcajada al escuchar aquello.

—Entonces aún hay esperanzas, nunca apretó el botón.

—Ah, yo no me confiaría tanto. Mariana es el dolor de cabeza de Jen desde hace años, y eso que nunca se queja de ella, es como su "frenemie", o quizá su némesis, ya ni sé. Como sea, Mariana es de cuidado.

—Sí, de eso ya me advirtió Jen. Por eso te digo y te repito, es de vital importancia tener a alguien más de nuestro lado, auxiliándonos en caso se le ocurra hacer alguna maldad.

—Supongo que podría ir. Pero bueno, vamos a fingir que existe un universo en que creo tus palabras, donde según tú Mariana los descubrió caminando juntos. —Ya sabía que Oliver no se había tragado toda la historia completa y aun así estaba siendo comprensivo—. ¿De qué piensas que va la amenaza de Mariana?

Un díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora