29. Un golpe tras otro

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⚠️ Advertencia de contenido: El capítulo contiene descripciones de abuso y maltrato ⚠️


Jen

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Jen


Tenía miedo, y él lo sabía. Podría jurar que incluso lo disfrutaba, consciente de que estaba justo donde quería.

Te voy a decir una cosa: Siempre pensamos que cuando nos pase algo malo, seremos capaces de reaccionar de la mejor manera. En este mundo en el que ninguna mujer está libre de una agresión, me dije una y mil veces que si algún día alguien me acorralaba como Liam lo estaba haciendo, yo gritaría fuerte y golpearía. Pero el hecho es que el terror me paralizó, no pude siquiera levantar un poco la voz.

En un momento, cuando de verdad me sentí amenazada y creí que iba a golpearme, apreté los ojos y las lágrimas mojaron mis pestañas. Fue apenas un instante, tiempo suficiente para que la realidad cambiara.

De pronto ya no sentí su agarre brutal en el brazo. Y aunque aún temblaba y tenía miedo, pude abrir los ojos para ver lo que pasó. No, él no me soltó porque sí, lo apartaron a la fuerza. Lo empujaron a un lado, a él también lo cogieron de sorpresa, y terminó cayendo al pequeño jardín que rodeaba el edificio. Yo sentí como si el alma me volviera al cuerpo, una parte de mi cerebro gritaba "¡Corre, vete!", pero mis piernas no respondían.

Liam, por supuesto, no se rindió. Se paró muy rápido, pero seguía aturdido por la rapidez de los sucesos. Cuando quiso atacar a quien lo apartó, el otro fue más rápido. Y no fue ningún esfuerzo para él. Entrenaba seguido a pesar de lo demandante que era su trabajo, tenía excelentes reflejos. Antes de que Liam pudiera darle con el puño, este lo detuvo y lo inmovilizó de inmediato. Me quedé con la boca abierta cuando lo vi ponerle contra la pared, aplicándole una llave.

—¡Suéltame! —gritó Liam, molesto. Pero sus palabras no lo disuadieron, al contrario, presionó más fuerte.

—Vi lo que estabas haciendo.

—¡No te metas, imbécil! ¿Acaso no sabes quién soy?

—Claro que sé, y no me importa —respondió Fred, marcando cada una de sus palabras. Las dijo con furia contenida, hablándole casi al oído—. ¿Sabes qué otra cosa sé? Pedir copias de las cámaras de seguridad de los exteriores, así que si no quieres que todo América se entere de que eres un perro abusivo, será mejor que te largues.

—Maldito... —escuché a Liam gruñir, estaba rojo de la rabia y de la humillación. Me miró con odio, cosa que solo me asustó más—. No creas que esto se va a quedar así, mujerzuela.

—¿Qué has dicho? —Fred presionó la cabeza de Liam contra la pared, logrando que este soltara un grito de dolor.

—¡Voy a denunciarte! —amenazó el otro.

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