43. Trágico [Final]

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Jen

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Jen


Prince, Lady Gaga, David Bowie y Kylie Minogue. Esas eran las cuatro crías de Madonna. Cuatro cachorros schnauzer que cambiaron mi vida. Con sus lindas patitas, sus bigotes, y cientos de audios de TikTok que usaba para hacerles vídeos que solo compartía con papá, y a veces con Oliver.

¿Era una locura? Claro, ni yo sabía como estaba lidiando con todo eso, pues papá apenas podía esforzarse. Y como era obvio que no podría con tanto, y Madonna necesitaba más cuidados, daríamos a los pequeños en adopción.

La madre de Oliver se quedaría con Prince, Brooklynn y Oliver decidieron adoptar a Lady Gaga. Kylie, como es obvio, se quedaba en Australia con un amigo de papá. Y yo decidí quedarme a Bowie. Es que simplemente no lo podía dejar. Era el único que corría a mi cama todas las noches, y lo tenía abrazado como si fuera mi peluche. Y tal vez era el amor que sentía por él, pero te juro que siempre lo vi más bonito que los demás. Era definitivo, Bowie se quedaba conmigo y me lo llevaría a América. Punto, se acabó.

Y allí estaba yo, encantada, mirándolos comer mientras los grababa con el celular. Sabía que tenía una sonrisa de tonta en el rostro, no podía evitarlo. ¡Es que todos eran tan lindos! Bowie en especial, por supuesto. En ese momento me encontraba en la sala, esperando a papá. Él se preparaba, pues tenía un encuentro universitario al que lo acompañaría.

Cuando terminé de grabar a los cachorros, empecé a editar el vídeo y a buscar el audio preciso. Pero primero, eché un vistazo a Instagram.

Ah, sí, para que lo sepas, abrí otra cuenta. Eso porque decidí tener contacto con los chicos de la oficina, los ex "Diamond tours". Era anónima, sin foto de perfil, ni nada que indicara que fuera yo. Por eso mismo, cuando entré al feed, me sorprendió ver una notificación al lado. En solicitud de mensajes.

Era de la cuenta personal de Alexandra.

Te juro que la primera sensación que tuve fue de pánico. Como si un segundo volviera todo lo que dejé en los Estados Unidos. Quise tirar el celular a un lado, apagarlo, no lo sé, cualquier cosa. Pero aquello no duró nada, pues solo me dije que estaba siendo ridícula al huir de algo que en realidad no me haría daño.

Así que, por pura curiosidad, entré a ver. Me había escrito hacía varias horas, y me apresuré a leer.


Hola Jen. Sé que ha pasado tiempo, y que has tenido un proceso duro. Así que solo quiero que estés bien, de todo corazón.

No sé si piensas que esto es exagerado, pero de verdad te considero alguien cercana. No sé si una amiga, creo que podemos serlo. Porque podemos, ¿no? Aún es posible.

Han sido meses durísimos, sé lo que es alejarse en busca de tu paz mental, y no conseguirlo del todo. Tarde o temprano volverás, y yo también. Los Ángeles es una ciudad grande, pero espero que podamos coincidir.

Un díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora