¿Todavía Hay Boda?

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Los meses siguieron cómo rayo hasta que llegamos al inicio de clases y cómo siempre la tienda estaba abarrotada. Durante mi primera semana del último año en la academia fueron saber que proyectos haríamos para fin de año, para mi mal suerte uno de ellos era en equipos y me había tocado con unos chicos que no me caían muy bien, así que decidimos comenzar con la logística desde la segunda semana.

— Me voy, me veré con los de mi equipo en el café a dos calles —dije tomando mi bolso del sillón de la oficina de Fred

Me acerqué a él dejando un beso en sus labios y una sonrisa antes de dirigirme a la puerta

— ¿Por qué no me has dicho quienes son?

— Por qué no te va a gustar si te lo digo

— ¿Esa Anne está en tu equipo? —me quedé callada — si lo está, esa maldita roba novias

Contexto, Anne es una chica lesbiana, muy linda por cierto, pero que se la pasa coquetandome, o a cualquier mujer a su alrededor que le parezca atractiva. Le había comentado a Fred que la chica por más que yo la recuazara trataba de acercarse mucho a mi, no era al punto de acosó, pero si me pedía citas o me decía que no importaba que tuviera novio que el chico no contaba, era bastante bifobica, hacía comentarios sobre que en realidad yo era lesbiana solo que no lo aceptaba, ya saben esas cosas de personas bifobicas. La cosa es que Fred se enojó porque una vez casi me besa, yo claramente me aleje, y la chica no volvió a intentar nada de ese estilo, pero de todas maneras seguía invitándome a salir. Por eso no me gustaba el equipo que me habían asignado, además de un par de chicos pretenciosos.

— Fred, sabes que yo no saldría con ella, además de que me voy a casar contigo porque yo te amo a ti, y creeme no pasamos por tu celos mucho tiempo cómo para desperdiciarlo a un año de casarnos

— Sólo ten cuidado, y trata de alejarte de ella, no quiero que te sientas más incómoda de lo que ya estás

— bien —le sonreí y me acerque a besarlo

Fred se levantó de su silla y me acercó más a él por la cintura, causando una risita en mí, me da cosquillas cuando me toman de la cintura. El trato de subir de tono el beso acorralandome entre el escritorio y él. Pero lo hice parar con una sonrisa antes de que me subiera a la mesa.

— Amor, me tengo que ir

— ¿No te puedes quedar otro ratito? —dijo bajando sus besos por mi mandíbula y un poco hasta mi cuello, sentí un mordisco en mi cuello haciendome soltar un gritito

— ¿Acabas de morderme?

— ¿No es cómo si no lo hubiera hecho antes ?

— pero sabes que ese lado se ve mucho, va a ser difícil quitarlo

— que yo sepa, esta mañana no te habías quitado los que deje en el abdomen

— pues porque es el abdomen, nadie los ve ahí

— yo si

— pues por que tu eres Fred

— corrección, soy tu esposo

— es lo mismo

— no es lo mismo, si no dices que soy tu esposo cuando estés con ellos no me caso

— no tienes manera de saber si lo digo o no

— créeme mujer, tengo mis medios, y me enteraré si no dices que soy tu esposo

— bien, lo haré, pero necesito irme para poder decirlo

— sólo dame otro beso

Lo tomé del cuello de su camisa y lo acerqué a mi para darle un beso lento. Sus labios eran tan suaves que realmente ya no queria separarme, pero tenía que hacerlo si quería graduarme.

𝗨𝗻 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱... ¿𝗼 𝗱𝗼𝘀?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora