Anthony

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Una semana antes de cumplir los nueve meses Fred había comenzado a armar la cuna ( que era de Georgie que habíamos sacado del garage) al estilo muggle, haciéndolo darse cuenta de que no tenía herramientas muggles en casa a pesar de que yo le había insistido meses antes de que si planeaba hacerla al estilo muggle debía tener las herramientas, cómo siempre lo dejo para el final. Y es por eso que comenzaré con esta anécdota, estábamos en una tienda de herramientas lo cual era gracioso porque Fred miraba todas las herramientas y las metía al carrito mientras yo me encargaba de sacar las que eran innecesarias (porque yo si había leído el instructivo), eligió una caja enorme de herramientas que me suplicó que esta vez no la sacara haciendome acceder. Georgie estaba muy feliz dormido sobre el porta bebés del carrito mientras yo lo manejaba y Fred vivía su sueño de Bob el Constructor.

-Amor, ya tienes dos pinzas planas -dije tomando el nuevo par de su mano mostrándosela con el ceño fruncido. Estaba cansada, mis piernas ardían y mis pies estaban tan hinchados que llevaba pantuflas 

-Papá dice que entre más cosas mejor, además nunca sabes cuando se vaya a necesitar una en la tienda -dijo restándole importancia, ignorando mi ceño fruncido y siguiendo con su recorrido por el pasillo

Un dolor punzante llegó a mi espalda haciéndome agarrar el manubrio del carrito con fuerza y doblar mi espalda del dolor mientras Fred estaba dando vuelta al pasillo distraído hablando con él mismo y sus planes de "arreglar la casa completa al estilo muggle". Mientras me quejaba por lo bajo del dolor Georgie se despertó llorando pidiendome que lo cargara con los bracitos, no sabía si hacerle caso a mi hijo que estaba creando un dolor intenso en mi espalda o al que estaba frente a mi llorando por atención.

-Mamá -lloró Geogie. Fred no aparecía por ningún lado, estaba sola en un pasillo lleno de herramientas para carpinteria y me dolía tanto la espalda baja que quería llorar

Tomé a Geogie en brazos como me dieron las fuerzas maternales y comencé a arrullarlo dejando de lado y solo el carrito. El dolor de la espalda comenzó a hacerse más intenso que me volví a retorcer hacía el frente, decidí sentarme en el piso, Georgie no dejaba de llorar y estaba casi segura de que mi hijo dentro de mi vientre estaba jugandome una broma de contracciones que no pude evitar llorar del dolor y de la frustración porque el dolor no me permitía ni hablar para gritarle a Fred. Segundos después pareciera que mis plegarias fueron escuchadas porque Fred con una puerta enorme aparecieron por el pasillo donde se había ido.

-Mira amor, encontré... Santa mierda Amor ¿Qué te pasó? -dijo dejando la puerta a un lado y corriendo hacía mi con preocupación

-Pasa... que tu hijo... quiere nacer... vamonos... ¡YA! -exclamé entre respiraciones tratando de controlarlo hasta que Fred entendiera bine, pero terminé explotando de enojo al ver que Fred solo se había quedado a mi lado viendome sufrir con una cara de sufrimiento casi igual a la mía

-Bien, dame a Geogie -dijo tomando al pequeño pelirrojo en brazos- Bien campeón, parece que hoy conoceremos a tu hermanito necesito que te calmes y ayudes a papá a ganar esta carrera hasta el auto- le murmuraba mientras se alejaba de mí para dejarlo en el carrito donde había estado antes

-¡Frederick Vamonos ya! -le grite al ver que se estaba tardando mucho

-Lo siento, linda -se disculpo cuando llegó a mi lado para cargarme y subirme del lado donde venían todas las herramientas haciéndome reír por la situación tan ridícula mientras lloraba y me enojaba, las hormonas no me dejaban vivir bien -Linda no te rías, me das miedo -comenzó a mover el carrito a toda velocidad hasta la entrada de la tienda 

-Es que... estamos... esto es... rídiculo -risas, gritos, gemidos de dolor y sollozos de colaban entre cada palabra

-Solo respira amor, estamos llegando -dijo en cuanto mis ojos llorosos miraban la puerta, dejo el carrito a un lado con el de seguridad tomó a Georgie en brazos y los dejo en los míos. Yo lo miré con incredulidad y preocupación no quería que se cayera con los tres en brazos-Linda los voy a carga, creeme to puedo

𝗨𝗻 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱... ¿𝗼 𝗱𝗼𝘀?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora