El viaje en escoba y las francesas

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Abril llegó y el cumpleaños de los gemelos con él, había estado ahorrando durante un buen rato para comprarles escobas nuevas a los chicos ya que veía que les fallaban mucho las que tenían y tenían que estar arreglandolas constantemente, así que le dí la mayor parte de mis ahorros a mi madre para comprarles Nimbus 2001, ya que Harry le regaló su Nimbus 2000 a Ron en cuanto sirius le dió la saeta de fuego, claramente dos escobas eran carísimas así que solo complete una y la mitad de otra, hice un trato con mi madre acordando que la ayudaría en su trabajo en el ministerio para que ella me pusiera la otra mitad y esa mañana del 1 de Abril de 1995 recibí dos paquetes traídos por seis lechuzas.

–¿Qué tienen esas cajas? –preguntó George

–Qué bueno que preguntes Georgie–coloque una de las cajas frente a él y una frente a Fred–, son sus regalos de cumpleaños– les sonreí

Su cara no tenía precio cuando abrieron las cajas, George saltó el mesón que nos separaba y me tumbó de mi asiento en un abrazo

–Gracias, gracias, gracias, si no fueras la novia de mi hermano te besaría–dijo aún abrazándome

–Que bueno que te gustó por que ya sacrifique mi verano de no hacer nada por esos regalos–dije entre risas, nos levantamos y me dio dos besos en cada mejilla y volvió al otro lado con Lee y Marley que admiraban la escoba–, ¿tú no vas a decir nada? –le pregunté a la cara en shock de mi novio que seguía admirando la escoba

–Eres el amor de mi vida–dijo hacía la escoba

–Wow, desplazada por una escoba, que feo–dije fingiendo indignación y un dolor en el pecho

–No la escoba, Tonta, Tú– dijo ahora mirándome a mí y atrayendome un beso con mucha emoción si no fuera por Angelina que lo paró antes de que me subiera a horcajadas en su lado del banco ya lo habríamos hecho en el comedor–, lo siento es que mi esposa es la mejor

Todos reímos y seguimos hablando de las nuevas escobas de los chicos, hasta que debimos irnos a clase, la primera clase de ese día era encantamientos y para nuestra suerte ese año igual lo compartimos con gryffindor, así que nos apuramos, pero cuando llegamos al salón habían mesas de más, estábamos confundidos hasta que el profesor Flitwick habló.

–El día de hoy Madame Maxime a pedido una demostración de esta clase, para algunos de sus alumnos, así que les pido mucho respeto para los invitados

En cuanto terminó su discurso y la explicación de las mesas la puerta dio paso a alrededor de 10 chicas y 10 chicos franceses, Fred y George eran los últimos de nuestra fila, estando ellos atrás mío y de Marley, así que quedaban unas cuantas bancas solas trás ellos, unas chicas francesas corren a sentarse tras ellos, no le vi mucha importancia hasta que a mitad de clase una chica comenzó a coquetear con George, de nuevo me dio igual por que el chico podía hacer lo que quiera, pero ni me gusto nada el comentario de la otra chica hacía Fred.

–Tu eres muy lindo

–gracias–escuche la voz incómoda de Fred

–Tiene muy lindas manos y tus brazos están muy bien

–tengo novia–dijo firmé Fred, estaba orgullosa de mi hombre

–no importa, no tiene por qué enterarse si tu y yo...–supuse que solo deletreo eso porque no la estaba viendo

–No quiero y tengo novia–volvió a repetir mi novio

–Vamos no se enterará

–Te dijo que no Perra–le dije cuando me harté de lo que estaba tratando y en ese momento me di cuenta que tenia su mano apretando el brazo de Fred y que estaba muy cerca de él

–¿Tú quién crees que eres? –hizo un mueca de disgusto

–Su novia, estúpida, y eso que estás haciendo se llama acoso, el te dijo que no, respeta, y él está incómodo así que si no quieres tener problemas suelta su brazo–amenacé y lo soltó sin decir nada–, eso pensé

Después no lo volvió a molestar en el resto de la clase, y al terminar me levanté rápido para marcar territorio besándolo cuándo aún no se levantaba de su silla, a lo cuál él gustoso aceptó.

–Me gusto esa amenaza–dijo cuando estábamos saliendo del salón hacía pociones, ese día también nos tocaba con ellos esa clase

–Ahora entiendo porque te pones así cuando me coquetean–ambos reímos siguiendo nuestro camino

Por la tarde salimos a dar un paseó de pareja con la nueva escoba que le había regalado, íbamos por sobre los terrenos de la escuela en una calma muy linda, yo iba agarrada a su cintura, íbamos en silencio total para admirar la vista que teníamos desde el aire hasta que una pregunta azota mi mente.

–¿Por qué no quisieron fiesta este año?, Digo, hace unos meses nos dijeron que no hiciéramos nada–dije tranquila mirando su perfil

–Cumplimos la mayoría de edad, no nos mal entiendas, amamos las fiestas que organizan, pero este año comenzamos a hacer nuestros propios productos de broma, este año te volviste mi novia, este año cambiaron muchas cosas para George y para mí, y queríamos un cambio para nuestro cumpleaños 17, la verdad es que siempre soñamos en ser solo nosotros, Fred y George, pero estos cambios nos gustaron y queríamos pasar tiempo con ellos y asimilarlos, con éste cumpleaños–dijo viendo el paisaje

–eso es lindo, querer reflexionar–dije tranquila

Y volvimos a entrar en un silencio muy cómodo para nosotros hasta que descendimos cerca de la escobera y nos llevamos una linda sorpresa, George y Angelina besándose, la verdad pensé que vería esta pareja después de años, no que se formaría en este momento, solo nos quedamos escondidos hasta que se fueron y nos adentramos en la escobera a dejar las escobas muy emocionados.

–Los viste, estaban muy lindos juntos–dije con emoción

–y el hijo de nuestra madre jamás me dijo nada–dijo un Fred muy sonriente y feliz por su hermano

–con razón Angie quería invitar a George y él estaba indeciso, además ahora que lo recuerdo, cuando las parejas comenzaron a bailar se desaparecieron juntos–dije uniendo sospechas, y saliendo del lugar

Después de eso seguimos en un silencio muy lindo viéndonos a los ojos, nosotros vivíamos en la etapa de luna de miel, nunca habíamos discutido, y si lo hacíamos hablábamos de ello expresandonos con completa confianza, esas eran las bases de nuestra relación la confianza y la comunicación, eramos muy buenos comunicando con los ojos, pero las palabras salieron de mi boca sin permiso.

–Te amo–dijimos al unísono y comenzamos a reír por la coincidencia para después besarnos cortamente

𝗨𝗻 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱... ¿𝗼 𝗱𝗼𝘀?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora