Día atareado

139 8 0
                                    

Yo quería shiftear a una tercera RD, ya tenía guión listo junto a mi línea de pensamiento centrada en shiftear cuando de repente me quedé dormida. Pero en eso empiezo a escuchar unas risas como de un niño pequeño, un adolescente y un pequeño de casi ¿Tres años? No lo sabía hasta que abrí los ojos; después sentí varios pesos a mi lado junto a un quejido de dolor de un brazo que me rodeaba la cintura.

—Mamá levántate, prometiste hacer galletas —pedía la voz del pequeño de ahora entendía cómo cuatro años

— Ayer le dijiste a papá y a George que podríamos ir también contigo la abuela —se quejó el pequeño de doce

—Mamá no encuentro mi suéter Gryffindor, ¿Sabes si se lo presté a James? —la voz del adolescente me hizo abrir los ojos

Los más pequeños estaban entre mi cuerpo y el de Fred quién solo siguió durmiendo dándonos la espalda, aunque el cuerpo del niño de doce años estaba sobre él dificultandole la posición

—Anthony bajate de tu padre cielo, le dolerá la espalda —dije enderezandome en la cama tomando en brazos al pequeño de cuatro—. Creo que tu suéter lo lave ayer George, seguro está entre la ropa del sillón

—Gracias, ma'—dijo el adolescente saliendo de la habitación corriendo

—Quiero mis galletas —pidió el pequeño en mis brazos haciéndome reír por su puchero mientras me ponía de pie

—Levanta a tu padre entonces —dije dándole un beso en la frente dejándolo caer a un lado del cuerpo de Fred

—¡Papá!—sacudió el cuerpo de mi marido por los hombros haciéndolo quejarse

—¿Iremos con la abuela? Le prometí a Lily que le llevaría mi escoba y Rose me debe quince sickles porque le gane la semana pasada al quidditch—dijo el niño de doce siguiendome fuera de la habitación

—Iremos más tarde cariño, ahora por favor recoge tu habitación —dije al pasar por dicha habitación

—George siempre deja sus cosas por toda mi habitación y ni siquiera duerme ahí —se quejó entrando a la habitación

—Pues toma sus cosas y déjalas en su habitación, cielo—dije riendo y bajando las escaleras viendo al adolescente pelirrojo tomar el picaporte de la entrada—Alto ahí George ¿A dónde vas?

—Prometí enseñarle a Marlena a batear —dijo nervioso

—George sabes que estás castigado desde hace dos días, no puedes prometer esas cosas; ahora sube a tu habitación o ayuda a tu padre en el taller

—Te odio. En cuanto menos te des cuenta me voy a escapar —murmuró pasando a mi lado haciéndome sonreír

—Yo también te amo, mi bebé —le dije despeinando su cabello haciéndolo correrse y a mi reír

—¿Por qué esa cara larga? —Escuche la voz adormilada de Fred detrás de mi en la parte superior de las escaleras cargando al pequeño de cuatro años

—Preguntale a tu mujer —escuché a George exclamar antes del portazo de su habitación —. ¡Anthony ven por tus porquerías!

—¡George Weasley! —regañe

—¡Bruja!

—¡George! ¿Quieres otras dos semanas de castigo? —Fred gritó molesto

—No

—Eso creí, respeta a tu madre —dijo bajando las escaleras hasta igualarme y dejarme acorralada en la baranda acariciando los cabellos del pequeño que llevaba en brazos— Buenos días señora Weasley

𝗨𝗻 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱... ¿𝗼 𝗱𝗼𝘀?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora