capitulo uno

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EL MUNDIAL YA ESTABA A UNAS POCOS DÍAS DE comenzar, y con los jugadores que representarían a México ya seleccionados, los entrenamientos habían comenzado hace unas semanas.

Fue agradable para Hirving volver a ver a sus compañeros del Tri, después de haber estado jugando para el Napoli, ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que los había visto y realmente le gustaba la oportunidad de jugar con algunos de sus compañeros, especialmente con aquellos en el que esté podría ser su último mundial.

Entre ellos estaban Andrés, Erick y Guillermo, quienes eran a los que Hirving era más cercano, quizás los podría llamar sus mejores amigos.

Lo único que Hirving tenía en mente, era en lograr ayudar a su equipo y repetir el milagro que ocurrió en el mundial del 2018, al haber logrado meterle un gol a Alemania.

— Eh, wey.— Hirving se gira mientras deja de tomar de su botella de agua, viendo a Guillermo acercándose a él.— Javier al parecer va a hacer una fiesta está noche, quiere que todo el equipo vaya.

— ¿Pa que o que? Si ni está ni en el equipo.

— Quiere que nos relajemos antes de irnos.

Hirving asiente mientras dice un ah bajamente.— No creo ir, planeaba quedarme a entrenar un poco mas.

— Wey, por un día que no entrenes no pasa nada. Se que te has estado quedando más tiempo entrenando todo está semana, tómate un descanso ¿Si?

Hirving hace un pequeño puchero combinado con una mueca. — Lo pensaré.

Memo le da unas palmaditas en el hombro y le sonríe levemente.

— Bien.

Hirving observa a sus demás compañeros, conversando mientras salen de la cancha, probablemente llendo a los vestidores para irse.

Sacude la cabeza, despejando los pensamientos de ir a aquella fiesta.

La parte inteligente y razonal le decía que se quedará a entrenar, pero por otra parte, realmente quería salir y divertirse con sus amigos.

Amigos a los que no había visto en un largo tiempo...

Analizando los pros y contras, decide ser feliz y ponerse pedo por un día no l hacía daño.

























— ¡Wey, si viniste!.— el abrazo entusiasta de Javier es el recibimiento que Hirving recibe una vez que llega al lugar.— Memo dijo que te pusiste tus moños para venir, vente, acá están todos.— el mayor lo guía a través de la casa hasta donde todo el equipo estaba reunido.

— ¿Quieres una chela?

— Simon, we.— Hirving toma asiento a un lado de Memo, recargando su cabeza en el hombro del rizado.

Lozano ya se había comenzado a sentir mareado, después de haber tomado tres cervezas. Se había levantado de su cómodo asiento para ir al baño a orinar.

Había comenzado a caminar al baño que se encontraba en el primer piso, que una pequeña luz en lo que parecía ser el sótano llamo su atención que se acerca, maldecía su curiosidad.

Por un momento, mientras caminaba, sentía como si perdiera fuerza, y caminar por inercia, de alguna forma como si estuviera hipnotizado.

Porque su cerebro gritaba que regresa, pero sus piernas seguían avanzando.

¡𝗵𝗼𝗹𝗮, 𝗺𝗮𝗺𝗮́. 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝗮𝗽𝗮́!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora