¡𝗵𝗼𝗹𝗮, 𝗺𝗮𝗺𝗮́. 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝗮𝗽𝗮́!

capitulo cuatro

[⚽]

- NI LOCO USO ESO.- DICE HIRVING, COMPLETAMENTE en contra de la ropa frente a él.- Está bien feo. Cómo dice la chavisa, cero aesthetic.

- Es ropa de niño, mocoso. Si es mi dinero, yo elijo la ropa.

Hirving se cruza de brazos, fingiendo estar molesto.- Mi Nana siempre me compraba ropa que me gustaba.

- "Compraba", ahora yo te la estoy comprando.- dice mientras continúa viendo la ropa.

- Pero está fea, no me gusta.- se queja.- Mejor comprame una camiseta de Spiderman y ya, que tengo hambre.- dice, viendo como a lo lejos había camisetas con el estampado del super heroe.- Ya me quiero ir.- dice casi como si estuviera haciendo un berrinche.

- Mejor ve y elige unos calzones de tu talla, y eliges varios eh. También calcetines.

- Como digas.- Hirving se da la vuelta y comienza a caminar a la sección de ropa interior de niño.- ¿Por qué hay calzones de Spiderman?

La mayoría de los calzones tenían algún estampado de algún superhéroe.

Sin embargo, realmente ya se quería ir, se sentía incómodo porque no estaba usando calzones en ese momento.

Agarra un par de ropa interior que piensa que le quedara y tres pares de calcetines que afortunadamente eran de los básicos para regresar a dónde estaba con Memo lo más rápido posible.

- ¿Memo?.- pregunta, girando sobre sus talones porque Memo ya no estaba en la sección de niño donde lo había visto por última vez.- ¿Memo? Te voy a matar, wey.- murmura.

Comienza a caminar lentamente, viendo a sus lados a cada paso que daba, viendo si una cabeza rizada aparecía sobre los estantes.

- ¡Memo! ¿Ontas, wey?.- para ese punto Hirving ya había comenzado a buscar pasillo por pasillo en donde estaba Memo, pero este ni sus luces daba.

No quería estar solo, y menos como un niño que estaba vistiendo ropa de adulto y que no estaba usando sus calzones.

Su teléfono se lo había dado a Memo (o más bien Memo se lo quito) para cuidarlo, así que no había forma de llamarlo y preguntarle a dónde se había ido.

Lógicamente no se había ido de la tienda, y debía de estar en este piso. Pero le incomodaba la mirada que una señora le estaba dando, como de pena.

- No no no.- murmura cuando de reojo mira a esa señora acercarse le con su hijo.

- Mijo, ¿Estás solo?

- Ehh, no venía... esta venía con mi... con mi tío, pero ya no lo encuentro.

La señora dobla sus piernas para quedar a la misma altura que Hirving.

- ¿Quieres que te ayude a buscar a tu tío?

No, vieja loca, yo sé que me quiere secuestrar, todas son iguales, se te acercan fingiendo ayudarte y cuando menos te los esperes ¡BAM! Te drogan y te llevan con ellos.

- Si, por favor.

- ¿Cómo se llama tu tío?.- le pregunta.