capitulo treinta y cuatro

405 53 15
                                    

DIEGO HABIA COMENZADO A REPRODUCIR el video en su teléfono, en el, se veía como alguien había grabado a Hirving yéndose en un auto.

Probablemente con alguien del equipo técnico, porque Hirving iba en el asiento trasero, y en el vídeo se veía claramente como iba llorando y hacia un intento por limpiar sus lágrimas para que no lo vieran.

— ¡No se puede ir así como así!

— Wey, pobrecito.— dice Diego.— Se ha de sentir bien mal.

Guillermo saco rápidamente su celular y marco al número de Hirving.

— No me contesta.— despega el celular de su oreja y cuelga cuando lo manda a buzón de voz. Rápidamente vuelve a llamar.

— Ya le intente marcar. A ver, iré al aeropuerto a buscarlo, su vuelo no puede salir todavía.

— ¿Y si no alcanzas a llegar?

— Tomaré el siguiente vuelo a México. Imagínate cuando vean a un niño solo en el aeropuerto, se lo lleva el DIF.

— No entiendo porque se fue, ¿Por qué no hablo con nosotros?

Diego lo observa con pena.— Hay algunas personas que no pueden expresar sus sentimientos, Memo.

— Es mi culpa, yo sabía que estaba triste, debí haberlo consolado.

— Memo, tu también estás triste por la derrota, pero, ¿Quién te va a consolar a ti? Siempre te esfuerzas en hacer sentir mejor a los demás cuando están decaídos, mostrándoles una sonrisa y animando los, pero tú también tienes derecho a sentirte triste. No es tu culpa que Hirving se sienta así, ni que haya querido irse, tu también te tenías que recuperar emocionalmente.








Dos horas antes







Hirving sabía que estaba tomando una decisión muy precipitada.

En cuanto Guillermo se fue de su habitación, dejándolo solo, había pensado lo mucho que había odiado esta situación.

Todo había salido mal, incluso desde antes de llegar al Mundial.

Había pasado algunos minutos intentando pensar la decisión correcta a tomar, se había recostado en su cama boca arriba, mirando hacia al techo mientras sentía las lágrimas deslizarse por sus mejillas. No se podía ir así como si nada, pero él ya no quería estar más allí.

Ver su maleta y la mayoría de ropa que estaba en esa solo lo hacía recordar su triste situación. Incluso hasta este punto, aún no entendía que es lo que le había pasado.

No estaba en una película de ciencia ficción o comedia como para que de toda la población

No se molesta en doblar su ropa, simplemente se asegura de que todo lo que había llevado a Qatar, regresará con el a México.


Señor, buenas noches.

Lozano.

Yo solo le aviso que ya me quiero regresar a México. No hay ningún problema ¿Verdad?

No la hay, pero tendrás que tomar un vuelo normal.

¡𝗵𝗼𝗹𝗮, 𝗺𝗮𝗺𝗮́. 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝗮𝗽𝗮́!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora