capitulo treinta y dos

539 88 23
                                    

HIRVING COMIENZA A ABRIR LENTAMENTE LOS ojos, preguntándose porque estaba en el cuarto de Memo y no en la suya.

No mames, no me digas que me quede dormido mientras jugábamos Lotería.

Se levanta asustado, viendo hacia todos lados.

— Memo, ¿Te dormiste ahí? — pregunta y el rizado se despierta.

— ¡Hirving! ¡Eres adulto otra vez!

Lozano se ve así mismo, camisa super ajustada y otro par de shorts arruinados.

— Préstame ropa, porfa.

Memo asiente y rápidamente se acerca a su maleta para sacar un conjunto de un pens y sudadera.

— No inventes, me va a quedar gigante.— dice cuando Memo comienza a buscar la ropa.

— Wey, despierta.— Memo sacude a Diego, quien había tomado el sillón para dormir.— Hirving ya despertó, es adulto otra vez.

— Ah, órale.

— ¿Sigues molesto?

— Si mi confianza fue traicionada, si, ¡Estoy furioso!

— Ay, no griten que me duele la cabeza.— dice Hirving.— ¿Dormí chueco o porque me duele todo? — pregunta, y es que con cada paso que daba, le dolía una parte del cuerpo.

— Hirving, hay algo que te quiero decir, ven.

Hirving se acerca con duda y se sienta en la esquina de la cama, antes de que Memo pudiera hablar, Hirving se le adelanta.

— ¿Me mie en tu cama? Hay que perro oso...

— ¡No! Déjame hablar.

— Ahh que bueno, porque soñé con agua y ya vez que dicen que es por qué te miaste.

— También si sueñas que vas al baño ¿No? Siempre que sueño que quiero mear es porque si me ando miando, pero aunque sea en madrugada yo me levanto.— dice Diego.

— Yo también, porque si me aguanto luego me duele la panza.

— A mi también, pero si me aguanto también viene con premio

— ¡Ya callense! — grita Memo.— Esto es importante, dejen de andar con sus mamadas.

— No grites, Memo, que me duele horrible la cabeza, y tengo un montón de sueño, ¿Pues cuánto dormí?

— Hirving, cállate, que esto es importante.

— Okey.— dice lentamente.

— No te vayas a asustar.— comienza Memo.— Pero ayer... tú, ¿Cómo decirlo...?

— Olvidaste tus recuerdos, wey.— interrumpe Diego.

— ¿Eh?

— De alguna manera tu... mente "retrocedió" porque te quedaste con tus pensamientos de cuando eras niño. ¿Recuerdas algo de ayer?

Hirving niega con la cabeza.— Lo último que recuerdo es cuando estábamos jugando Lotería y salimos a caminar.

— Ahí te desmayaste.

— Yo primero pensé que había sido un golpe de calor.— dice Diego.— Eso hubiera sido más gracioso.— murmura para si mismo.

Hirving no dice nada, solamente se queda callado. Guillermo se le acerca y le entrega un cambio de ropa para que se pusiera.

Suspira fuertemente.— Gracias, voy al baño.— se levanta rápidamente y camina hacia el baño.

Se encierra rápidamente y coloca seguro a la puerta.

¡𝗵𝗼𝗹𝗮, 𝗺𝗮𝗺𝗮́. 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝗮𝗽𝗮́!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora