capitulo veintidos.

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AÚN LE COSTABA A HIRVING CREER que por segunda vez estaba comiendo con uno de sus más grandes ídolos.

Un premio por un castigo.

— ¿Que tal la hamburguesa?

— Riquísima, muchas gracias, Messi, si que eres grande, no físicamente pero si tienes un gran corazón, Messi.

Lionel ignora que Rodrigo haya mencionado su baja estatura innecesariamente. Si el Dibu o Kun hubieran estado allí, se estarían muriendo de risa, probablemente burlándose de él a la par de Rodrigo.

— Oye, Rodrigo, ¿Te puedo preguntar algo?

— Simon.

— Esto de no comer hasta ya muy tarde, ¿Es normal para ti? Porque no es muy saludable que digamos.

Hirving deja de comer su hamburguesa y finge pensar.

— La verdad, cuando estoy muy deprimido no tengo mucha hambre y no comó... pero nomás un dia porque al siguiente ya me está tronando la panza.— se sincera, lo que se siente raro porque era la primera vez que Hirving le decía eso a alguien.

— ¿Qué tan comunmente vos estás deprimido?

— Uhmm, no se, va y viene.

— Comer hasta tarde y estar deprimido tanto tiempo no es normal y es muy malo para tu salud.

Se le llama depre, mi Messi.

— Además, ¿Tu padre lo permite?

Hirving abre los ojos, pero intenta disimularlo.

— Digo, yo... eh, cuando estoy con mi mamá es que estoy deprimido, mis jefes están divorciados y pues, ya sabes... Paso un tiempo con mi mamá y otro con mi papá. Así que si, mi papá está soltero, por si te interesa.

— Me interesaría hablar con el acerca de tu salud.

— ¿¡Qué!? Me va a regañar, Messi. Se supone que no debo hablar con extraños y estoy hablando contigo.

— Rodrigo, es por tu salud.

Hirving hace un puchero molesto y lo único que puede pensar es;

"Memo me va a matar"

— Como dice la chavisa, no soportaste.— dice para terminar con la conversación y continuar comiendo.




































— Debí haberlo seguido, nunca le dejes el trabajo a un pendejo.— murmuraba para si mismo el rizado.— ¿Ya te contesto?

— No, Memo, no.— Diego se vuelve a llevar el celular a la oreja, esperando a que Edson respondiera.

— Ponlo en altavoz.— ordena el rizado cuando escucha que la llamada fue aceptada

— Si, patrón.

¿Qué?

Eh, wey, Memo quiere saber que show.

No mames, wey, ya estuvo, me voy a regresar.

¿Ya lo secuestraron o que?

El hijo de su puta madre está bien agusto tragándose una hamburguesa con Messi.

¿¡Con Messi!?

¡𝗵𝗼𝗹𝗮, 𝗺𝗮𝗺𝗮́. 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝗮𝗽𝗮́!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora