capitulo siete

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GUILLERMO.— MEMO VOLTEA A VER QUIEN LE HABLO, VIENDO que era el Tata quién se dirigía a él.

— Mierda.— susurra Memo.

El Tata le hace una seña para que se acerque. Memo suspira y comienza a alejarse de la portería para acercarse al otro hombre.

— ¿Pasa algo?

— ¿Dónde está Lozano?.— pregunta directamente.

— Él no pudo venir, señor.

— ¿Por qué?

— El no se encontraba bien, se que no es una gran excusa para que falte pero por favor, tome en cuenta que el ha estado quedándose después de los entrenamientos para seguir entrenando.

El Tata no dice nada y solo continúa masticando su chicle con enojo, como siempre lo hacía.

— Dile que lo quiero aquí para el siguiente entrenamiento.— dice y se da la vuelta.

— Pero...— trata de decir Memo pero conforme se alejaba el Tata, iba a ser imposible que lo escuchara.
































¡Estás bien pinche loco!.— exclama Hirving cuando Diego.— ¡No lo vayas a hacer!

— ¿Por qué no? Es mi cabello.

— Wey, recapacita, ya te pelaste una vez y te veías bien feo.— Hirving le recuerda.— ¿Quieres ser más feo de lo que ya eres?

La verdadera pregunta era, ¿Cómo habían llegado a esa situación?

Diego había estado bromeando con Hirving todo el día y pensó que sería divertido amenazar con raparse el pelo. Tomando en cuenta que a Hirving le gustaba jugar con él y se había molestado cuando Diego se había rapado la primera vez incluso si no lo admitiría en voz alta.

Diego deja la máquina con la que planeaba afeitarse el cabello y baja la mirada para ver a Hirving.

— No tienes sentido de la diversión, Chucky. Quizás te convirtieron en niño porque te estabas amargando.

— Ya no aguanto, ya no aguanto.— Hirving esta vez corre para que no fuera posible que Diego lo cargará como horas pasadas.

— Wey, ¿A dónde vas?.— pregunta Diego, dejando la máquina y extendiendo los brazos con duda.

Sale del baño justo cuando Hirving entraba a la habitación en la que se estaba quedando.

Diego intenta abrir la puerta, pero está se encontraba con seguro, por lo que toca dos veces pero no obtiene respuesta.

— ¿Wey?

— Déjame en paz.— se escucha un murmuró desde adentro.

— Wey, solo estaba bromeando. ¿Estás en tus días? Estas exagerando.— pregunta, esperando a que Hirving comience a pelear, pero no lo hace.— ¿Hirving?.— pregunta, poniéndose serio por primera vez en el día.— No es para tanto, ¿Si? Obvio no me iba a rapar.

— No es solo por eso.— Hirving abre la puerta con el ceño fruncido, pero sus ojos estaban llorosos.

Diego casi se siente mal. Casi.

Era un poco graciosa la vista, por la diferencia de altura, Hirving tenía que ver para arriba y Diego para bajo, si es que querían verse las caras.

— Todo el día estuviste burlandote de mi, no es que me afecte mucho tus mierdas, pero lo haces específicamente de mi situación actual.— se señala así mismo para remarcar su punto.

— ¿Y que tiene que ver qué me rape contigo como niño?.— pregunta en voz baja, pero el otro lo ignora.

— ¿¡Crees que para mí es divertido estar así!? Pues fíjate que no.— frunce aún mas el ceño, y se talla los ojos, como si estuviera quitándose las lágrimas que querían salir.— Solo quiero que esto nunca me halla pasado, ¡Faltan tan solo días para el Mundial! ¿¡Cómo carajos voy a ir si luzco así!?

— ¿El Mundial es lo más importante para ti?.— pregunta.

— Eh, duh.— dice como si fuera lo más obvio.— Es lo que todo jugador de fútbol quiere.— dice y camina hasta la cama, sentándose en ella.

Diego lo sigue y se sienta a su lado.

— Mi nana había estado ahorrando dinero para ir a apoyarme a Qatar.— recuerda, y un puchero surgió en su rostro.

— ¿Y que paso?.— dice recordando a la mujer, Hirving se la había presentado hace dos años y era una gran mujer.

— Mi nana murió a inicios de este año.— dice, mientras se le entrecorta la voz.

Diego no se esperaba eso, sabía que un familiar de Hirving había fallecido porque él se los dijo, pero jamás dijo quien y nadie pregunto nada más porque se veía que a Hirving le afectaba de sobre manera.

Diego abre los ojos, e Hirving rápidamente pasa sus brazos por la cintura de Diego, enterrando su rostro en el pecho del otro.

— Lo siento, Hirving.— Diego soba la espalda del menor mientras Hirving, por primera vez después de todo este tiempo, rompe a llorar.
































Diego
Última conexión: A las 4:12 p.m.

Pregúntale a Hirving que quiere para comer
7:57 p.m.

Hola a ti también
8:01 p.m.

Dijo que una pizza
8:01 p.m

Bueno
8:02 p.m.

Te traes unas sodas
8:02 p.m.

☑️☑️


— ¿Nos vamos?.— pregunta Andrés, acercándose a Memo.

— Si, ya voy.— Memo termina de guardar sus cosas en su mochila.





















author's note

Tampoco es que me quiera centrar tanto en la brujería y la historia no planeaba tomarla como una historia sería, sino como una divertida.

Vayan darle amor a este tiktok que hizo una lectora ❤️

https://vm.tiktok.com/ZMFcch6bv/






Capitulo editado

¡𝗵𝗼𝗹𝗮, 𝗺𝗮𝗺𝗮́. 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝗮𝗽𝗮́!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora