capitulo nueve.

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Sábado 5 de Noviembre, 2022.

Su día ya había comenzado tarde desde que se despertó.

En primer lugar, no escucho su alarma, y fueron los golpes de Memo en la puerta preguntándole si ya estaba listo para irse que Hirving se despertó.

— No mames, wey, me quedé dormido.— dice cuando le abre la puerta.

— No inventes, Hirving.

— Dame cinco minutos, wey.— pide Hirving comenzando a buscar la ropa que se pondría.

— Está bien, te espero abajo.— dice Memo y se da la vuelta para bajar al primer piso.

Se apresura a ponerse el desodorante y después su camisa.
Luego se quita los pantalones con los que duerme y se pone unos shorts para entrenar.

Cómo Hirving se quedaba hasta más tarde entrenando, no llevaba ropa para cambiarse en los vestidores. Prefería irse ya listo y llegar a la casa de Memo a darse una lucha.

Con el cambio de horario que hubo, para las cinco de las noche ya estaba oscuro, y el, quedándose más tiempo, no le gustaba regresar tan noche y menos si no tenía coche propio.

— ¿Dónde carajos están mis putos tennis?.— pregunta con desesperación.

Se inca a un lado de la cama, buscando si se encontrarían debajo de esta.

Pues si estaban, pero cuando las saca, un papel venía junto a sus tennis.

— ¿Qué carajos es esto?.— frunce el ceño al ver la hoja de papel frente a él.

Había un dibujo extraño coloreado con color negro. Le daba escalofríos tan solo ver ese dibujo.

Tenía unos símbolos en las orillas de la hoja y en las orillas estaba pintado de negro.

En el centro había una silueta y alrededor de esta, había unas rayas marcadas.

¡Apúrate, wey!.— grita Memo, desde el piso de abajo.

Hirving gira a ver a la puerta y rápidamente regresa su mirada al dibujo.

Lo hace bola y lo tira en el bote de basura que había en su habitación. Corre, cerrando la puerta detrás de él.

Cuando llega a las nueve de la noche, no recuerda la existencia de tal dibujo.



















[⚽]

















¡YA DESPIERTENSE!.— GRITA MEMO, TOCANDO LA PUERTA de la habitación con fuerza.

La abre y mira a Diego quejándose.— Yo ni voy a ir al Mundial, ¿Por qué me despiertas?.— pregunta.

— Despierta a Hirving, porfa.— dice Memo, retirándose de la habitación.

— Ash.— se queja Diego, girando la cabeza hasta ver el rostro de Hirving, quien tenía la cabeza recargada en el brazo de Diego, con su otra mano libre, Diego comienza a sacudirlo.— Eh, wey, despiertate.— lo comienza a sacudir más fuerte.

¡𝗵𝗼𝗹𝗮, 𝗺𝗮𝗺𝗮́. 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝗮𝗽𝗮́!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora