capitulo once

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Jueves 3 de Noviembre, 2022



Este día, Hirving se había levantado temprano.

Normalmente el se despertaba tan solo una hora antes de que comenzará el entrenamiento y nadie les decía nada si él y Memo llegaban tarde.

Pero hace unos días, Diego le había mandado un mensaje diciendo que quería ir a comer a un nuevo restaurante que había encontrado.

Había aceptado simplemente porque Diego dijo que le pagaría la comida.



chamaco miado
Wey, ya llegué.
7:30 a.m.

chamaco miado

Apurale
7:31 a.m.


☑️☑️

Deja su celular y termina de abrocharse las agujetas.

Toma su celular junto a su billetera y llaves y sale de la habitación.

— Memo, ¿Estás despierto?.— toca la puerta de su habitación. Pero no oye respuesta.— De seguro sigue dormido.— susurra y baja las escaleras.

Cierra con seguro la puerta principal y llega hasta la puerta de la reja,y es justo cuando Diego, por mamón, comienza a tocar el claxon.

— Cállate, estúpido, Memo está dormido.— le dice, aprovechando que las ventanas estaban bajadas y Diego lo escucharía.

Parece no importarle porque continúa pitando.

— ¡Que te calles!.— grita.

— Uy, perdón.

— Neta, como te encanta estar mamando, wey. ¿No te cansas?.— pregunta mientras entra al auto.

-— No.

Hirving mira casualmente el espejo retrovisor, y jura ver como una persona se escondía en un auto más atrás de ellos.

— ¿Qué?.— pregunta Diego.

— No, nada.

[ . . . ]

Se remueve incómodo en su silla, y una vez más mira a su alrededor con duda.

— ¿Qué?.— pregunta Diego.— Ya di que porque andas tan sospechoso.

— Es qué... no se, desde que llegamos siento que alguien me está viendo.

— ¿Un fotógrafo para una revista, tal vez? Porfa que no tome fotos, van a pensar que estamos en una cita.— dice, mientras saca su celular y comienza a revisar Instagram.

— Eso es lo que hacen los fotografos, tomar fotos. ¿Tu estás imbécil o te haces?.— desvía su mirada hasta dar con una mujer ya mayor sentada a unas mesas de diferencia de la de ellos.

Ella lo estaba viendo fijamente. No de una buena manera, sino que era escalofriante porque era como una estatua, no se movía

¡𝗵𝗼𝗹𝗮, 𝗺𝗮𝗺𝗮́. 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗽𝗮𝗽𝗮́!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora