Hans Wings.
Veo a un lado, luego al frente y cuando estoy por lanzar mi última jugada se me adelantan y quedo helado.
– ¡Gane! –Lilian aplaude eufórica y yo me dejo caer exhausto.
–La verdad mamá, es que te estábamos dejando ganar –dice Margot con prisa, sonrio.
–Nada, nada, que mi hija y su novio sean malos perdedores no es mi culpa –reímos. –Yo iré a descansar, ¿Te quedaras otro rato, Hans?
–No Lilian, ya me debo ir a casa, gracias por la comida y este largo rato jugando –sonriente se coloca de pie y se marcha, observo a Margot.
–Mamá es buena en lo que hace –dice. –Gracias por quedarte con nosotras y pasar un rato increíble –me acerco a ella, tomo su rostro, dejo un beso en sus labios. –Hans, cuando tomas esta iniciativa, mi corazón late mucho –comenta.
–Niña, mi corazón late aún más cuando estoy a tu lado –sonríe. –De verdad te echaba de menos.
–Y yo a ti –dice. –En un par de días estaremos cumpliendo meses de novios.
–Tengo algo especial para ti –se asombra. –Estaba esperando el momento para decirte que ese día saldremos, ¿De acuerdo?
– ¡Claro que sí! –dice sonriente y se acerca dándome un fuerte abrazo.
Inhalo el olor dulce de su cabello, hundo a mi rostro en este y lo acaricio disfrutando lo largo y abundante que ahora lo tiene.
–Tres metros, samurái –nos separamos con prisa, observo a Caleb, Arena de pronto despierta y ladra al verlo. – ¡Ay no! –reprimo una sonrisa. –Alejen a esa cosa peluda de mí.
–Si serás exagerado, es tu sobrina, dale amor –dice una Margot divertida.
–Si en este mundo, solo llegaríamos a estar Arena y yo, te juro que prefiero desaparecer que estar con ella –Caleb se acerca. –Respeto a los animales, pero es que los perros... –Arena ladra, Caleb da un brinco, no aguanto la risa. –Un día de estos me encontraran infartado.
– ¡Insisto! ¡Exagerado! –canturrea Margot y toma a nuestra cachorra en brazos. – ¿Te acompaño? –dice y me mira, asiento. –Acompañare a Hans a su coche, llevare a Arena conmigo para que estés relajado.
–Gracias, que considerada y Hans... –le miro. –A tres metros, adiós.
Se deja caer en el sofá y sonriendo me despido y salgo junto a Margot, ambos reímos al ver como Arena al estar en el suelo, corre por todo el césped, gracias a Dios es muy inteligente y sabe sus límites a donde tiene que correr. Cuando llegamos a mi coche, le doy el frente a mi chica y sonrio al verla, tomo sus manos acaricio el dorso de estas y dejo un beso en su frente.
–Te quiero niña –digo en un susurro, al vernos, sonríe. –Estar a tu lado siempre es especial, y quiero que sepas, que todo estará bien con mi hermana y las chicas, ¿Si? –asiente. –Además, ya viene tu cumpleaños y debes estar con tus amigas.
–Mi cumpleaños, cierto... –lo dice con un tono de voz que me deja confundido.
– ¿Está todo bien?
– ¿Eh? ¡Si, si claro! –Margot se alza de puntillas y deja un beso en mis labios. –Por favor, avísame cuando llegues a casa, ¿Si?
–Sí, lo prometo ya ve dentro, esta algo helado aquí afuera –asintiendo se aleja y yo rodeo el coche subiendo en este, bajo la ventanilla de la otra puerta. – ¡Nos vemos, amor!
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Conexiones.☆
Teen FictionLibro 1 - El hilo rojo. ¿Desde cuando podemos sentir una conexión con alguien ajeno a nuestra vida? ¿Quizás al tocar su mano? ¿Al sentir su cercanía? O simplemente ¿Al escuchar su voz? En esta ciudad llamada Hood River, un grupo de estudiantes come...