Capitulo 2 - Miradas.

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Tengo la vista fija en el techo de mi habitación, las estrellas de silicón que brillan al apagar la luz me hipnotizan. Aquel fugaz recuerdo aparece nuevamente en mi mente y sacudo mi cabeza para apartarlo con prisa, me cubro con la sabana y suelto un quejido de mis labios.

Aparto la sabana con brusquedad y comienzo a patalear sobre el colchón, es una manera de siempre expulsar el mal humor que de pronto me aparece.

Yo no debí hacer eso, detesto haber actuado tan impulsivamente en esa jodida fiesta en el lago, ahora debo intentar fingir demencia cuando yo solita me busqué lo que hice. Después de haber obtenido lo que tanto había anhelado, ahora estoy en el rincón del arrepentimiento.

– ¡Oh Dios! –salto del susto al escuchar el sonido de mi móvil informándome que llego un mensaje de texto.

Tanteo mi mano por el edredón de mi cama y doy con este, al presionar para que la pantalla se encienda quedo literalmente ciega por unos segundos, parpadeo un par de veces. Siempre olvido disminuir el brillo de este, así que antes de revisar el mensaje voy hasta la configuración y disminuyo el brillo, ya con mi vista un poco mejor, procedo a leer lo que me enviaron.

Es de Daniela quien informa que no pasara por nosotras, tenemos un grupo así que las chicas ya están informadas. Al parecer su madre llevara su coche para que lo revisen y tendremos que tomar el transporte escolar, cosa que para nada me agrada. Así que tendré que desde ya ponerme de rodillas en la puerta de Caleb para que me lleve mañana al instituto.

Observo la hora en el móvil y no son ni siquiera las diez de la noche, pero sentía la necesidad de entrar a mi cama y recostarme hasta esperar que me diera sueño. Tengo algunos libros por leer, pero en este momento no tengo muchos ánimos que digamos de hacerlo así que me quedo nuevamente con la mirada fija en el techo, observando las estrellas de hace un momento.

Cierro mis ojos y dejo salir pesarosamente todo el aire de mis pulmones para luego inhalar otra vez. Con prisa busco mi móvil y busco algo para escuchar e intentar no sé, conciliar el sueño hoy muy temprano y al dar con la canción, comienzo a tararear. Árcade de Duncan Laurence es lo que escucho y canto muy bajito, cierro mis ojos y muevo mi cabeza al ritmo de la música.

– ¿Sin poder dormir, Margot? –me incorporo con prisa sobre el colchón, cubro mi boca con ambas manos para evitar gritar, siento el corazón acelerado. –Lo siento, no quise asustarte... –salgo de cama, mi móvil queda bajo la sabana, el sonido de la música se escucha bajo, observo a Josiah y me cruzo de brazos.

– ¿Qué demonios? –él sonríe y se encoge de hombros, mi voz en un susurro. –Si sabes que hay una jodida puerta para entrar a casa, ¿Verdad? –él comienza a caminar en mi dirección, observo la ventana abierta. –Debes dejar de hacer esto, es mi habitación, mi privacidad, por lo menos respeta eso, ¿Quieres?

–Lo sé, pero tu hermano me dijo que debía venir, el idiota me dijo que entrara por la ventana de su habitación, pero está cerrada, ¿Qué esperabas? ¿Qué me quedara en ese jodido frio?

– ¿Si? –abro mis brazos exasperada. –Pudiste haber llamado a la puerta, como las personas normales. Josiah, podría haber estado desnuda o que se yo, cambiándome de ropa... –sonríe y asiente.

–Hubiera sido maravilloso verte de esa manera, Margot –abro mi boca y el ríe bajito.

–Vete, ¿Sí?

–Deja el dramatismo, si la luz estuviera encendida claramente hubiera tocado la ventana, además, ¿Tu desnuda? –suspira. –Tranquila no es lo que deseo ver. –se detiene muy cerca y el corazón pasa directamente a mi garganta. –Hubiera preferido verte jugar con tus dedos –frunzo el ceño, le miro fijo.

Conexiones.☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora