Capitulo 8 - Roces.

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Hans Wings.


Camino por el pasillo del instituto, observo a todos lados, estoy en esos días donde no quiero siquiera hablar con mis amigos. Oculto un poco mi rostro con la capucha de mi suéter y me detengo frente a mi casillero, busco los libros necesarios para mi clase de química y coloco los que ya no utilizare.

El fuerte golpe en el casillero a mi lado me hace saltar del susto y al voltear, esbozó una sonrisa de lado al ver que se trata de esa chica que siempre hay en el instituto para intimidar a quien se le atraviese –y nunca está sola–. Llevo la mirada a mi casillero y al cerrarlo la enfrento, la observo mascar chicle, juega con un mechón de su cabello, enarca una ceja y yo no le aparto la mirada.

–No le perdonare a tu hermana lo que hizo –se cruza de brazos. – ¿Quién se cree que es, Hans?

–Ni se te ocurra hacer algo en contra de ella, porque sabes que te puedes arrepentir –le miró fijamente. –Julia no estaba atada a ti, ni siquiera al grupo de porrista, ella te dejo muy en claro que solo sería mientras ella lograba ingresar al de su instituto, ¿No?

–Sí, pero...

–Pero nada Tamara, en eso quedaron, tú no tienes por qué obligarla a nada, tu eres la líder del equipo de pompones, es hora de que comiences hacer tus coreografías o rutinas, no sé, y no depender de mi hermana –la castaña sonríe ampliamente, se acerca y acaricia mi mejilla con su dedo índice.

–Me encantas cuando te pones con tu carácter rudo, Hans –muerde su labio inferior, le ignoro un poco su coqueteo. –Tienes razón, comenzare a crear bailes para mi equipo, algunas cosas me quedaron de Julia, fin, que estés bien Hans, a ver si nos vemos pronto, en tu habitación.

–Tam... –digo con cansancio.

–Shhh, que estés bien Hans.

Esos ojos mieles me miran con deseo e inmediatamente ella termina por marcharse, niego ante su propuesta y tomo camino a mi próxima clase.

Ya en el aula con alguno de mis amigos, tomo asiento en los puestos traseros, saco lo que necesitare para la clase y en cuanto el timbre suena los demás terminan de entrar y detrás de ellos el profesor de química. Mi mejor amigo se sienta a mi lado, le observo decir algo, pero espabilo un poco para enfocarme en lo que dice, ni siquiera me percate que estaba hundido en mi mente.

–Disculpa Jesse, ¿Qué decías?

–Bro, te comentaba que no tendremos entrenamiento el día de hoy, el entrenador tuvo que marcharse, al parecer algo familiar –se encoge de hombros, asiento. –Por cierto Hans, no me has terminado de contar acerca de la chica, ¿Qué ha pasado?

Llevo la mirada al frente, intento buscar algunas palabras para no caer en ese tema, pero el profesor es quien evita que continúe hablando con mi amigo. Volteo a verle, y con una sonrisa le señalo al profesor y esté bufando con cansancio desvía la mirada y se centra igual que yo, en la clase.

Se me hace gracioso, el hecho de que Jesse ha estado atacándome una y otra vez con ese tema, que para ser sincero estoy intentando no darle importancia por el hecho de que así debe ser, solo mantener mi mente en mis cosas y no en chicas.

El profesor comienza su clase y comienzo a tomar apuntes, podre ser ese popular que todos crearon, pero soy una persona que se enfoca en sus estudios, si quiero lograr tanto lo que tengo en mente, debo hacerlo.

Además, una de las cosas que mamá siempre nos dice es que lo nuestro es estudiar y nada más, ya luego podremos hacer las cosas a nuestro modo, pero mientras ella y papá nos dan todo, lo mínimo que debemos hacer es llevar buenas notas a casa.

Conexiones.☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora